Artículo (Maestría en Educación desde la Diversidad). Universidad de Manizales. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, 2013 Maestría en Educación desde la Diversidad, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Este trabajo de investigación tiene como objetivo comprender las formas de resistencia cotidianas en la escuela por parte de estudiantes en contextos de guerra y desplazamiento forzado en dos escuelas públicas del Departamento del Cauca, además, resaltar la función de la escuela como escenario de encuentros, desencuentros y procesos de transformación, mediación y relaciones alternativas ante las formas de exclusión académica y discriminación étnica y cultural que surgen en el nuevo entorno escolar. Este estudio, además de pretender ampliar el conocimiento sobre las prácticas de resistencias en la escuela frente al desplazamiento forzado y la guerra, se interesa por construir un escenario educativo acogedor, de respeto y reconocimiento de la diversidad, un lugar donde los estudiantes puedan resignificar y recomponer el sentido de pertenencia a un grupo, o a un nuevo colectivo social, con base en valores y derechos constitucionales que propenden por respetar el plan de vida interrumpido de las comunidades desterradas y reparar las prácticas de despojo de las cuales han sido víctimas. Nuestra metodología se apoya en charlas, encuentros, actividades pedagógicas alternativas, como la huerta escolar, el botiquín homeopático y actoría social, con los estudiantes afectados por el conflicto entre otros, con el fin de acceder a las narrativas, historias, experiencias subjetividades y cosmogonías desde sus propias voces, como fuente primordial de información la cual confrontamos con antecedentes, documentos y estudios relacionados con algunos tópicos de nuestro trabajo, que nos han permitido visibilizar procesos de resistencias cotidianas, curriculares y en las prácticas de valor cultural en la institución educativa. Gracias a este trabajo de investigación y durante su desarrollo se ha logrado vincular a un gran número de niños niñas y jóvenes en situación de desplazamiento forzado a las prácticas pedagógicas alternativas, además de establecer un cronograma de actividades y reuniones periódicas con directivos y docentes, para conocer y analizar los problemas y dificultades de los estudiantes que llegan a nuestras escuelas, y así, poder implementar métodos y estrategias de acogimiento e integración al nuevo entorno escolar. Es así como la escuela se transforma en un escenario alternativo para interactuar y crear vínculos afectivos con las personas que lo rodean; aquí, conformara una comunidad intercultural, donde podrá expresar ideas, pensamiento crítico y solidario a través de la actorÍa social y del trabajo escolar. De la comprensión del desplazamiento forzado como trauma y patología a la comprensión de afectos, sentimientos y narrativas decoloniales en escuela frente a la guerra La guerra individualiza las relaciones y produce ensimismamiento a partir de los sentimientos de miedo, humillación y aislamiento. Si la guerra individualiza, fragmenta y deja los duelos de injusticia a la situación personal o las habilidades resilientes de la familia o el individuo, las resistencias desestabilizan y desnaturalizan el orden hegemónico de colonialidad cultural y epistémico que circulan en la institución. La recolonización y sus nuevas tecnologías del destierro enmascaran viejas prácticas del despojo actualmente en el colonialismo global, a partir de la creación del imaginario de una realidad enteramente corrupta, capitalista y violenta de la cual nadie puede escapar. Las escuelas en resistencias tematizan la situación del conflicto colectivizando la exigibilidad del límite frente a lo intolerable: “No más escuelas en medio de las nubes de balas” (Jóvenes en Tacueyó), en tal sentido, las prácticas de resistencia y acciones colectivas en el Cauca nos interpelan por una gran desobediencia civil y movilización de la comunidad educativa frente a la realidad de las escuelas como trincheras de guerra. (Botero y Palermo, 2013, p. 276). [Ello] Implica la ampliación de audiencias y vinculación de escuelas en las cuales podamos afirmar con los jóvenes en el Cauca: “que no necesitamos más soldados –legales e ilegales–, más bien necesitamos más maestros, mayores y mayoras que nos puedan enseñar” (Joven en Argelia – Cauca). Finalmente, las acciones de escuelas solidarias, inter-culturales, con currículos con pensamiento propio para pensar el desarrollo recrean las formas de conocer y hacer, inspirados en los conocimientos producidos al interior de las culturas. La escuela no está naturalmente ocupada por las fuerzas hegemónicas, más que encargarse de la reproducción de las ideologías dominantes se constituye en alternativa a las dinámicas de la guerra al procurar formas de relacionamiento, identidad con el territorio y con la propia cultura.