Objectives: the general aging of the population is related to the increase in the prevalence of sarcopenic disease; especially among older women, this pathology is closely related to nutrition and specifically to protein consumption in older adults. The aim of our study was to evaluate the possible relationship between a low protein intake and a higher prevalence of sarcopenic disease, a worse dietary pattern, and lower physical performance in postmenopausal women living in the community. Material and methods: the study was carried out in a total of 164 independent women over 65 years of age, recruited from a municipal social center in Valencia (Benimaclet). The presence of sarcopenic pathology was evaluated using the latest algorithm published by EWGSOP2, and the intake of nutrients through a three-day dietary record. Physical performance was evaluated through the iPaq-e questionnaire, as well as the SPPB test and the 4-meter gait speed test. Results: the total sample comprised 164 women with a mean age of ± 72 years; 26.2 % of the sample had a protein intake lower than recommended by the FAO/WHO; 25.6 % of the women presented some stage of sarcopenia; regarding the prevalence of sarcopenic obesity, 12.2 % of the sample was affected by this disease. Significant relationships were found between protein consumption and the prevalence of sarcopenia (p = 0.021) and sarcopenic obesity (p = 0.043). Significant related differences were found between the majority of macronutrients and micronutrients under study and protein consumption. No relationship was found between protein intake and physical performance. Conclusions: protein consumption in most of the women studied (73.8 %) was higher than the daily recommendations established by the FAO/WHO. There was a significant relationship between the prevalence of sarcopenia and sarcopenic obesity, and low protein intake. Higher protein intake was associated with a higher energy intake pattern. No relationship was found between protein intake and physical performance of the participants.Objetivos: el envejecimiento general de la población se encuentra relacionado con el aumento de la prevalencia de la enfermedad sarcopénica, especialmente entre las mujeres mayores. Esta patología se encuentra estrechamente relacionada con la nutrición y, concretamente, con el consumo proteico en los adultos mayores. El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la posible relación entre un bajo consumo de proteínas y una mayor prevalencia de la enfermedad sarcopénica, un peor patrón dietético y un menor rendimiento físico en mujeres posmenopáusicas residentes en la comunidad. Material y métodos: el estudio se realizó en un total de 164 mujeres mayores de 65 años, independientes, reclutadas en un centro social municipal de Valencia (Benimaclet). La presencia de sarcopenia fue evaluada utilizando el último algoritmo publicado por el EWGSOP2, y la ingesta de nutrientes a través de un registro dietético de tres días. El rendimiento físico fue evaluado a través del cuestionario iPaq-e, así como el test SPPB y el test de velocidad de la marcha de 4 metros. Resultados: la muestra total comprendió un total de 164 participantes con una edad media de ± 72 años. Un 26,2 % de la muestra presentaban una ingesta de proteínas inferior a la recomendada por la FAO/OMS. El 25,6 % de las mujeres presentaban algún estadio de sarcopenia y, en cuanto a la prevalencia de la obesidad sarcopénica, un 12,2 % de la muestra se encontró afectada por dicha enfermedad. Se encontraron relaciones significativas entre el consumo de proteína y la prevalencia de la sarcopenia (p = 0,021) y la obesidad sarcopénica (p = 0,043). Se encontraron diferencias significativas relacionadas entre la mayoría de macronutrientes y micronutrientes a estudio y el consumo proteico. No se encontró ninguna relación entre la ingesta proteica y el rendimiento físico. Conclusiones: el consumo de proteínas en la mayoría de las mujeres estudiadas (73,8 %) fue superior a las recomendaciones diarias establecidas por la FAO/OMS. Existió una relación significativa entre la prevalencia de la sarcopenia y de la obesidad sarcopénica y un consumo bajo de proteínas. Un mayor consumo de proteínas se asoció con un patrón de ingesta energética superior. No se encontró relación alguna entre la ingesta proteica y el rendimiento físico de las participantes.