¿Libertad sexual o prostitución? Reflexiones acerca de la relación entre mujeres y sexualidad en los estudios históricos

Resumen: En enero de 2020 se estrenó en el Teatro Español de Madrid la obra Prostitución, bajo la dirección de Andrés Lima. Tras el paro obligado a causa de la pandemia por COVID19, la obra ha estado de gira durante el año 2021, agotando en cada sede las localidades disponibles. El proyecto teatral capitaneado por Lima es muy notable, ha recibido además buenas críticas, y ya se sabe que en estos casos el boca oreja es siempre un catalizador para agotar entradas. Pero más allá de estos elementos, seguramente el título de la obra también juega un papel importante en este éxito. La prostitución es un tema que despierta siempre interés, polémica, debate y, debemos admitirlo, morbo, como tiende a suceder con todo lo relacionado con el sexo y la sexualidad, en especial en contextos de tradición cultural judeo-cristiana. Lo mismo acaece en un mundo académico que, obviamente, no está envasado al vacío. También aquí tiende a perpetuarse el doble juego habitual de los debates sobre la prostitución: se oculta cuando no interesa enfatizar ciertos aspectos de la sociedad que se estudia, pero a la vez se mira por el agujero de la puerta con el interés que despierta lo que se percibe como prohibido, o al menos como restringido, de un modo u otro. En este sentido es elocuente que las salas del llamado Gabinetto segreto del museo arqueológico de Nápoles, en Italia, salas que contenían objetos con imágenes sexuales básicamente procedentes del yacimiento de Pompeya, no fueran plenamente accesibles al público general hasta el año 2000, después de varios vaivenes expositivos.