Antonio Romera y el exilio artístico español en Chile

Entre los pioneros que profesionalizaron la historia del arte y la práctica de la crítica artística en Chile, no cabe duda que se encuentra Antonio Romera. Un intelectual español a quien, el masivo exilio de 1939, que sucedió a la derrota republicana en la guerra civil de su país, le llevó a recalar y a afincarse en el solidario refugio latinoamericano del solar chileno. El presente trabajo, sin embargo, no se centra tanto en Romera, quien –comencemos por advertir– firmó su obra bajo tantas rúbricas como variadas fueron sus incursiones en el mundo cultural, como situar su figura y producción –también como dibujante caricaturista– en el contexto del peregrinaje de creadores y aporte artístico que, el desenlace del citado conflicto armado, llevó a Chile. Para trazar tal panorámica, estas páginas se adentran en el arribo al país de los creadores inmersos en este río de sangre española, en sus centros de acomodo y socialización y en sus específicos ámbitos artísticos de acogida y proyección. Aunque, como punto de partida, hay que tener presente que la escena artístico-cultural que los recibió en Chile no había gozado de un gran desarrollo ni de punteras especializaciones, por lo que fue frecuente que, en sus desarrollos creativos, estos artistas huéspedes interconectaran diversos planos profesionales y dedicaciones artísticas. A lo cual se sumaron, de inmediato, las propias necesidades laborales experimentadas como exiliados y sus adaptaciones prácticas. Todo ello condujo su actividad creativa hacia determinados sectores o ámbitos artístico-laborales, a menudo poco precisos o interrelacionados, entre los que, por su representatividad y conexiones profesionales, habría que destacar el ámbito de la arquitectura, la construcción y el diseño mobiliario; el ámbito editorial, de diseño gráfico, ilustración y publicidad; el ámbito de la escenografía, el cine, la fotografía y la música y el ámbito de la enseñanza, la crítica artística y la erudición histórico-artística. Práctic