Coreografía de la arquitectura : estudio del cuerpo como herramienta para diseñar el espacio

La danza, al igual que la arquitectura, es un reflejo del hombre. A través de estas artes ha podido manifestar sus ideas, sus sentimientos, ha podido expresarse como le parece. La danza y la arquitectura no son más que expresiones de libertad y emoción. Con esta tesis, mi intención es seguir los pasos de los grandes que me precedieron y analizar, comparar y comprender cómo estas dos artes pueden unirse para crear algo único. Al recorrer la historia antigua, el hombre ha utilizado el movimiento, su propio cuerpo, como medio de comunicación. Comunicación que puede considerarse universal. Como el dibujo. Si imaginamos el cuerpo a través del espacio, marcará líneas, cerradas, abiertas, rectas y curvas; por tanto, marcará un camino. Inconscientemente, todos creamos un espacio con nuestro movimiento. Basta pensar en cuando nos levantamos de la cama por la mañana, vamos a la cocina, salimos de casa. Casi como una coreografía, haciéndonos bailarines de nuestras vidas, creadores de nuestro propio espacio. De hecho, en la arquitectura, el espacio sólo existe si se llena, si lo experimenta un individuo, y es éste quien le da sentido en función de los movimientos que puede realizar. Lo que quiero destacar, además, en esta tesis es estudiar e interpretar todos los aspectos que tienen en común estas dos artes y cómo el movimiento genera un espacio performativo y no performativo.