Relación entre los estereotipos edadistas y la percepción del propio envejecimiento en la mediana edad

Las creencias negativas sobre la vejez son relevantes no sólo porque influye en la salud física y mental de los mayores sino también en el trato que reciben como consecuencia de tales estereotipos. Además, la propia percepción de la vejez está cambiando en una sociedad que va camino de ser una población envejecida. La relación entre el nivel de estereotipo y la autopercepción del envejecimiento en la mediana edad (rango de 40 a 60 años) se estudió con una muestra de 111 participantes con una media de edad de 53 años, mediante cuatro cuestionarios: ERA-12 y CENVE para estereotipos sobre la vejez; B-APQ y ATOA para la autopercepción del envejecimiento. Aquellas personas que tuvieron menores niveles de estereotipos negativos hacia la vejez presentaron una visión más positiva del propio envejecimiento, además consideraron a los mayores de 75 años capaces de tomar decisiones sin necesidad de una evaluación previa. Esto estudio respalda la idea de que disminuir los estereotipos hacia los mayores podría incidir en la mejor percepción del propio envejecimiento que influye a su vez en una mejor salud física y mental. Negative beliefs about old age are relevant not only because they influence the physical and mental health of older people but also the treatment they receive as a result of such stereotypes. Moreover, the perception of old age itself is changing in a society that is moving towards an ageing population. The relationship between the level of stereotyping and the self-perception of ageing in middle age (range 40-60 years) was studied with a sample of 111 participants with an average age of 53 years, using four questionnaires: ERA-12 and CENVE for stereotypes about old age; B-APQ and ATOA for selfperception of ageing. Those who had lower levels of negative stereotypes of old age had a more positive view of their own ageing and considered those over 75 to be capable of making decisions without prior assessment. This study supports the idea that decreasing stereotypes towards the elderly could have an impact on a better perception of one's own ageing, which in turn influences better physical and mental health.