El habitar en la vertical

Chile es un país emplazado en un sinfín de accidentes geográficos que se prolongan de norte a sur y de este a oeste y que generan multitud de enfrentamientos arquitectónicos y condicionan la forma de habitar. Su orografía provoca formas caprichosas del terreno para el desvelo de los urbanistas, cuya imaginación trasciende a los convencionalismos. Valparaíso, ciudad ubicada en la Quinta Region de Chile, posee una cualidad (mica en este país). Su sobrenombre de "Ciudad anfiteatro" hace referenda a su carácter morfológico al descender por las pendientes hacia todo un océano. Se vislumbran dos grandes zonas: la primera, junto al mar, es un intersticio habitable (planicie o Plan) y la segunda trepa hasta los cerros -enmarcando el plano a través de un arco- que recorre la ciudad desde el Cerro Barón (levante) hasta Playa Ancha (poniente). ¿Urbanismo o Paisajismo? Considerando el paisajismo como un tipo de urbanismo, Valparaiso muestra un perfil y una morfología en los que los cerros arropan la zona llana que se rinde a la costa. En la planicie se identifica lo habitable de las avenidas como un tablero de damero diseñado por la colonización española. Pero a medida que se asciende a las colinas se genera el gran desafío: el tejido urbano se esfuerza por adaptarse al paisaje o, mejor dicho, al terreno. Aquí surge la problemática, ¿cómo habitar la vertical? En una region en la que predominan los cerros y ofrece una urdimbre urbana moldeada por las laderas y las quebradas de las colin -en el lenguaje propio de Valparaíso-, en una capital en la que los habitantes buscan el encuentro con el mar a través de construcciones sin un orden clarificado, cuyos volúmenes se disponen unos sobre otros con el fin de obtener una vista del horizonte improvisada y desordenadamente, ¿cómo habitarlo?