Body has perhaps been a central issue of art since the mid-20th century. The performative turn includes not only artist's body importance in the work of art, but also that of the spectator through the configuration of spaces, scenes and multiple forms of interactivity and participation. However, this importance is usually focused on the role of the human body. Even when the work itself takes the aspect of the purest object presence, as happens for example in the American minimalism of the 1960s, its interpretation, from Fried to Didi-Huberman, claims the relationship with the human figure and its commensurability with respect to form. In this work we would like to explore a form of corporality that is unintelligible when measured with the scale of human organicity. As happens, for example, in the work of the Peruvian Ximena Garrido Lecca, art can traverse and problematize non-human bodies, and not even living ones, as expressive forms that produce imaginary and formal structures beyond any anthropic horizon. If, as Deleuze and Guattari indicate in A Thousand Plateaus, metallurgy allows us to think adequately of the material's philum, then it is possible to trace the outline of a material aesthetic based on geology or minerals, which could think of imaginary production based on material configurations and of the mineral bodies.v El cuerpo constituye quizás el problema central del arte desde mediados del siglo XX. El giro performático comprende no sólo la centralidad del cuerpo del artista en la obra, sino también la del espectador a través de la configuración de espacios, escenas y múltiples formas de la interactividad y la participación. Sin embargo, esta centralidad se focaliza, generalmente, en el protagonismo del cuerpo humano. Incluso cuando la obra misma tome el aspecto de la presencia objetual más pura, como sucede por ejemplo en el minimalismo norteamericano de los años sesenta, la dirección de su interpretación, de Fried a Didi-Huberman, reclama la relación con la figura humana y su conmensurabilidad respecto de la forma. En este trabajo querríamos explorar una forma de corporalidad que resulta ininteligible si se mide con la escala de la organicidad humana. Como sucede por ejemplo en la obra de la peruana Ximena Garrido Lecca, el arte puede recorrer y problematizar cuerpos no-humanos, y ni siquiera vivos, como formas expresivas que producen estructuras imaginarias y formales más allá de todo horizonte antrópico. Si como indican Deleuze y Guattari en Mil mesetas la metalurgia nos permite pensar de modo adecuado el filum de lamateria, entonces es posible trazar el esquema de una estética materialiesta de base geológica o mineral, que podría pensar la producción imaginaria atendiendo a las configuraciones materiales y temporales de los cuerpos minerales.