En el presente trabajo se estudia la representación del arquetipo femenino en la obra mural de Diego Rivera que el artista entretejió en sus amplios y complejos programas iconográficos con una extraordinaria imaginación poética. Se postula aquí que por una parte, dicha representación arquetípica partió de su erudita utilización de símbolos alegóricos y de alusiones a divinidades femeninas de distintas épocas y lugares, como medio para asegurar la universalidad del contenido histórico de su pintura, y que por otra parte, y de forma esencial, el origen de sus poderosas imágenes femeninas, se remonta a algunas de las experiencias vitales del artista, en particular a aquellas relacionadas con el amor filial, con la maternidad/paternidad, y con las heterodoxas relaciones amorosas que Rivera mantuvo a lo largo de su vida con sobresalientes mujeres de su época a quienes admiró y reconoció a través de sus impactantes retratos y homenajes pictóricos. Se concluye así que el arte mural fue para Rivera no sólo un instrumento de acción política, tal y como es normalmente reconocido por la crítica especializada, sino también, una oportunidad para elaborar temas de carácter subjetivo, en los que paradójicamente alcanza un mayor grado de generalidad y trascendencia que el que caracteriza a su pintura histórica. Particularmente la expresión simbólica del arquetipo femenino plasmada por Rivera en algunos de sus principales aspectos como la Buena Madre, la Madre Terrible y, la Gran Madre, tal y como los fue viviendo, construyendo y modificando a través de algunas de sus experiencias vitales más significativas y profundas de su vida personal, constituye uno de los logros artísticos más eminentes del artista y uno de sus principales aportes iconográficos al arte universal. Sus excelsas imágenes de diosas y madres nos permiten re-conectarnos con el inconciente colectivo, y particularmente con el poder tradicionalmente asociado con el arquetipo femenino, lamentablemente desatendido y denigrado en gran parte del arte contemporáneo. In this paper I examine the representation of the feminine archetype in Diego Rivera´s murals, considering not just his learned use of traditional allegorical symbols, but also, his personal experiences, in particular those in regard to filial love, maternity/paternity, and his very complex amorous relationships with some outstanding women of his time, which in a more or less conscious way, the artist intertwined with extraordinary lyrical imagination in his ample and complex iconographic programs. I conclude that for Rivera, muralism was not only an instrument of political action, such as it is normally recognized by specialized literature, but also, an opportunity to elaborate personal themes, in which paradoxically he reaches a greater degree of universality and transcendence that the one which characterizes his history paintings.