Este artículo tiene como objetivo analizar el desarrollo y la gestión de las políticas culturales locales, con un enfoque específico en la red de Bibliotecas Públicas de Barcelona. Esta nueva mirada en la política cultural busca integrar la cultura local y movilizar comunidades, impulsada por la priorización de la gobernanza del sistema cultural. Dentro de este contexto, entre las iniciativas que abrazan esta nueva perspectiva, se destaca el papel que desempeñan las bibliotecas como espacios privilegiados para fomentar una “cultura común”, fortaleciendo la cohesión social y generando valor en el ámbito social. El desafío que implica para estas instituciones adaptarse a nuevos roles, como centros de “hacedores de cultura” y promotores del consumo digital, es esencial. Para el análisis, se plantean dos enfoques principales. Primero, se examina el valor social de las bibliotecas desde la perspectiva de su gestión directiva, explorando cómo este concepto se integra en su día a día y su relevancia como puntos de encuentro comunitario en Barcelona. Segundo, se evalúa el impacto de las políticas institucionales y las demandas laborales en el funcionamiento de estas bibliotecas, considerando su aplicación en el contexto específico de estas instituciones culturales. Para llevar a cabo este análisis, se emplea una perspectiva cualitativa. Como resultado, se ha podido concluir que la política pública de bibliotecas en Barcelona debe contar con una participación ciudadana activa y real para ser efectiva, entendiendo que la democratización cultural implica no solo el acceso físico, sino también un compromiso activo de la comunidad. Se observa que la administración pública implementa una política “top down” muy marcada, contrastando con el trabajo cotidiano de gestión de las bibliotecas. A pesar de los esfuerzos para fortalecer el valor social de estos equipamientos, surgen desafíos, como la precariedad en presupuesto y recursos humanos, que limitan el desarrollo efectivo de la política. Los bibliotecarios desempeñan un papel vital como mediadores culturales, pero la brecha entre la proyección pública y la realidad operativa destaca la necesidad de abordar los desafíos laborales y sociales que enfrentan las bibliotecas en su funcionamiento diario = This article aims to analyze the development and management of local cultural policies, with a specific focus on the Public Libraries network in Barcelona. This new look at cultural policies seeks to integrate local culture and mobilize communities, driven by the prioritization of the governance of the cultural system. Within this context, among the initiatives that embrace this new perspective, the role of libraries as privileged spaces for fostering a “common culture”, strengthening social cohesion, and generating value in the social sphere stands out. The challenge for these institutions to adapt to new roles, such as being centers of “culture makers” and promoters of digital consumption, is essential. For the analysis, two main approaches are considered. First, the social value of libraries is examined from the perspective of their management, exploring how this concept is integrated into their day-to-day work and their relevance as community meeting points in Barcelona. Second, it assesses the impact of institutional policies and labor demands on the functioning of these libraries, considering their application in the specific context of these cultural institutions. In order to carry out this analysis, a qualitative perspective is used. As a result, it has been possible to conclude that the public policy of libraries in Barcelona must have an active and real citizen participation to be effective, understanding that cultural democratization implies not only physical access, but also an active commitment of the community. It is observed that the public administration implements a very marked “top down” policy, contrasting with the daily work of library management. Despite efforts to strengthen the social value of these facilities, challenges arise, such as the precariousness of the budget and human resources, which limit the effective development of the policy. Librarians play a vital role as cultural mediators, but the gap between public projection and operational reality highlights the need to address the labor and social challenges faced by libraries in their daily operations.