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Geotourism is a concept that is expanding rapidly throughout the world without exception, given its versatility to value the elements of geodiversity and geoheritage; landscape elements without an apparent use or benefit usually find in geotourism a window that can exploit unsuspected conditions. Culebrillas Lagoon, located in the southern center of the Ecuadorian Andes, represents a hydrographic unit of glacio–lacustrine origin as a typical hidden place that conceals a valuable geotourism potential. Culebrillas is marked by a series of fluvio–glacial morphologies, whose forms hide an important cultural heritage expressed in its festivities, myths, and legends which have been celebrated through the centuries. Inca and Cañari civilizations have been, in the past and present, the original groups that inhabited this sector, and important vestiges of their presence are still evident, as in the case of the Qhapaq Ñan or the Inca road system. The present investigation allowed the generating of information about elements of geoheritage and other related resources that have various potential uses, and which highlight the intrinsic values present in this area, complementing each other from a holistic socio–environmental and geotourism perspective.

El sector agrícola y la expansión urbana son amenazas para los bosques en el mundo (FAO, 2016), entre ellos, el Parque Nacional Machalilla (PNM en adelante). Esta área protegida se encuentra bajo la Categoría II de conservación (UICN, 2017) y protege uno de los ecosistemas más susceptibles del Ecuador, el bosque seco tropical (MAE, 2007). El objetivo principal de la investigación fue determinar la variación de la cobertura vegetal del PNM en un periodo de 30 años, para lo cual se utilizaron tres imágenes satelitales Landsat, ortofotografías e índices de vegetación con la finalidad de cuantificar la tasa de cambio para los periodos 1986-2000, 2000-2016 y 1986-2016. Además, se realizó la clasificación supervisada de imagen del año 2016 para fijar los valores umbrales de los índices, la cual contó con identificación y verificación de coberturas en campo. De los resultados obtenidos, se destaca que hubo una tasa anual de pérdida de vegetación natural de 195,28 ha en el PNM durante los últimos 30 años y que la mayoría de los cambios sucedieron en el periodo 1986-2000 con pérdidas de 181,20 ha/año, siendo el bosque seco más susceptible a pérdida de vegetación natural. Este análisis geoespacial permitió generar la cartografía de susceptibilidad a variación de cobertura vegetal del PNM, demostrando que el 73,82% de la pérdida de vegetación natural se concentra en zonas de muy alta y alta susceptibilidad, las cuales se encuentran cercanas a poblados y vías como el Valle de Buena Vista de la Comuna de Agua Blanca.