Introducción. Las transiciones vitales clásicas asociadas a un ciclo ternario, que tenía el trabajo como referente (la infancia, como tiempo de preparación para el trabajo, la adultez, como tiempo de actividad laboral, y la jubilación) han dado paso a itinerarios mucho menos estandarizados, marcados por la biografización y la incertidumbre. Transitar por vidas más inciertas supone retos para todas las personas, pero especialmente para aquellas que viven situaciones de mayor desigualdad de derechos u oportunidades. Acompañar en esos procesos también implica retos y oportunidades para los profesionales que intervienen en ellos. El objetivo de este estudio es conocer, desde la perspectiva de los profesionales actuales y futuros de la acción social, cuáles son las transiciones vitales más relevantes y en qué tipos de situaciones se concretan. Metodología. Para ello, hemos realizado un estudio cualitativo con las aportaciones de 129 estudiantes, profesorado y profesionales del Trabajo Social y la Educación Social, recogidas a través de un cuestionario telemático y analizadas siguiendo las orientaciones de la teoría fundamentada. Resultados. Los resultados nos han permitido, por una parte, identificar siete grandes grupos de ámbitos transicionales vinculados a: la familia y relaciones interpersonales, los procesos de pérdida y duelo, el empleo y la situación económica, el binomio salud-enfermedad, el ciclo vital, la educación y, por último, el contexto, territorio o sociedad. En relación a las diferentes poblaciones, el estudiantado ha mostrado menos preferencia por los ámbitos transicionales relacionados con el empleo y situación económica y más por los que hacen referencia al ciclo vital. Por otra parte, la investigación nos ha aportado una visión más microscópica sobre procesos que pueden pasar desapercibidos en esos ámbitos transicionales. En cada ámbito hemos identificado los escenarios situacionales descritos. Eso nos permite tener una visión más concreta del tipo de situaciones que, desde la perspectiva de las transiciones vitales, afrontan los profesionales que acompañan a las personas que las experimentan. Todo ello configura un catálogo orientativo de situaciones en las que hoy actúan los profesionales de la acción social y que se convierten en oportunidades para repensar la práctica profesional. Además, estos aspectos son susceptibles de ser incorporados en la formación inicial y posterior de los profesionales y también abrir líneas de trabajo para futuras investigaciones. Como novedad, la investigación nos permite identificar un número importante de circunstancias que pueden ser cruciales para el bienestar de las personas a las que atienden los profesionales de la acción social. Discusión. En general, las transiciones vitales continúan especialmente marcadas por los ciclos evolutivos socialmente reconocidos. Junto a ellas, aparecen transiciones emergentes asociadas a circunstancias personales, económicas o sociales que no encajan en los ciclos evolutivos clásicos, que implican cargas emocionales complejas para las personas que las viven y para las que las acompañan y que están marcadas por la incertidumbre y la vulnerabilidad. Conclusión. Los resultados nos ayudan a ser conscientes de las diferentes tipologías de situaciones que debemos tener en cuenta cuando abordamos el trabajo con las personas a las que atendemos. El dinamismo social actual nos lleva a entender que acompañar los procesos de transición vital es tanto o más importante que situarnos bien en los escenarios de partida o de llegada en los que se desarrolla la práctica profesional de la acción social.