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Fil: Uriarte, Pilar. Universidad de la Republica; Uruguay Fil: Tonhati, Tania. Universidad de Brasilia; Brasil Fil: Thayer Correa, Luis Eduardo. Universidad Católica Silva Henríquez; Chile Fil: Stefoni, Carolina. Universidad de Tarapacá; Chile Fil: Roldan Andrade, Ursula. Universidad Rafael Landívar; Guatemala Fil: Ramírez Pérez, Leduan. Flacso; México Fil: Ribeiro de Oliveira, Antonio Tadeu. Observatorio de Migraciones Internacionales. Instituto Brasileño de Geografía y Estadística; Brasil Fil: Pereda, Lorena. Observatorio de Migraciones Internacionales; Brasil Fil: Oviedo, Carolina. Universidad de Buenos Aires; Argentina Fil: Magalhães, Lina. Universidad Arturo Prat; Chile Fil: Litterio, Luciana. Universidad de Buenos Aires; Argentina Fil: Ledo García, Maria del Carmen. Universidad Mayor San Simón; Bolivia Fil: Gómez Martín, Carmen. Flacso; Ecuador Fil: Golé, Carla. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; Argentina. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Ciencias Antropológicas; Argentina Fil: Cicogna, María Paula A. Universidad de Buenos Aires; Argentina Fil: Cavalcanti, Leonardo. Universidad de Brasilia; Brasil Fil: Castillo García, Manuel Angel. El Colegio de México; Mexico Fil: Cardozo Ramírez, Ximena. Universidad de Buenos Aires; Argentina Fil: Bobes León, Velia Cecilia. Flacso; México Fil: Calvelo, Laura. Universidad Nacional de Avellaneda. Departamento de Cultura, Arte y Comunicación; Argentina Fil: Rojas Wiesner, Martha Luz. El Colegio de la Frontera Sur; México

El presente artículo analiza la coexistencia y relación entre dos enfoques que ha mantenido el Estado hacia la población migrante en Chile durante la actual pandemia por COVID-19. El primero está asociado a la perspectiva universalista de derechos humanos, que ha guiado los avances en el acceso a la salud de la población migrante. El segundo, en cambio, es de carácter excluyente y se desprende de una visión securitista con foco en el control de la migración irregular. En una primera lectura ambos enfoques pueden parecer opuestos, pero lo cierto es que se vienen aplicando simultáneamente, aunque con variaciones de intensidad de acuerdo a los distintos contextos políticos. A partir de trabajos previos realizados por las investigadoras analizaremos cómo ambos enfoques han impactado a la población venezolana en el país. Nos centraremos en el caso venezolano puesto que hoy día representa el 30% de la población extranjera y porque ha sido uno de los focos de las medidas implementadas por el gobierno en el último año. Palabras claves: migración venezolana; pandemia; COVID19; derechos humanos; salud. Abstract This article analyzes the coexistence and relationship between two approaches that the State has maintained towards the migrant population in Chile during the current COVID-19 pandemic. The first one arises from the universal Human Rights approach that has guided the advances in the access to the health system for the migrant population. The second one, arises from an exclusionary approach developed by the national security perspective, with a strong focus on the control of irregular migration. At a first glance, both approaches may seem opposite, but the truth is that they have been applied simultaneously, although with variations in intensity according to the political context. Based on previous work carried out by the researchers, we will analyze how both approaches have impacted the Venezuelan population in the country. We will focus on the Venezuelan case since today it represents 30% of the foreign population and because it has been one of the focuses of the measures implemented by the government in the last year. Keywords: Venezuelan migration; pandemic; COVID 19; human rights; health. Resumo O presente artigo analisa a coexistência e a relação entre dois enfoques que o Estado manteve em relação à população migrante no Chile durante a atual pandemia de COVID-19. O primeiro está associado à perspectiva universalista dos direitos humanos, a qual tem norteado os avanços no acesso à saúde da população migrante. A segunda, por sua vez, é de caráter excludente e decorre de uma visão securitista com o foco no controle da migração irregular. Em uma primeira leitura, ambos os enfoques podem parecer opostos, mas a verdade é que têm sido aplicados simultaneamente, embora com variações de intensidade de acordo com os diferentes contextos políticos. Com base em trabalhos anteriores realizados pelas pesquisadoras, analisaremos como ambas os enfoques têm impactado a população venezuelana no país. Vamos nos concentrar no caso venezuelano posto que hoje representa 30% da população estrangeira e porque tem sido um dos focos das medidas implementadas pelo governo no ano passado. Palavras-chave: Migração venezuelana; pandemia; COVID19; direitos humanos; saúde.

Indexación: Revista UNAB. Hablar de racismo en el América del Sur, tal como señala el profesor Bonilla-Silva, no es una tarea fácil. Y no lo es porque nos relacionamos con esta categoría de manera ambigua, con cierta incomodidad, como si fuera algo de lo que realmente no quisiéramos hablar demasiado, probablemente porque no estamos muy seguros de lo que significa o si se trata de una categoría que realmente nos explica. De ahí que las respuestas a la clásica pregunta sobre si existe racismo en alguno de nuestros países, naveguen entre la incredulidad, la negación o la aceptación condicionada. Quizá, en el caso de Chile, esta situación se extreme un poco más: lo digo a la luz de algunas respuestas que he tenido en mis propias entrevistas y lo que he escuchado en distintos escenarios. Hace más de 15 años le pregunté a un político de ese entonces, si consideraba que había racismo en Chile y su respuesta fue categórica: no, no lo hay porque en Chile no hay población negra. En otras ocasiones es frecuente escuchar que lo que tenemos en Chile es una diferenciación por clase que explica las desigualdades sociales y las lógicas de inclusión y exclusión. En el primer caso, la respuesta del político ejemplifica la creencia de que el racismo solo existe respecto de la población afrodescendiente y que el color de piel sería el elemento de distinción respecto del cual se clasificaría a los grupos sociales. El problema, sin embargo, es que esta visión no reconoce que el racismo se produce en relación con distintos grupos étnicos, no solo con la población afrodescendiente, y que la distinción entre distintos colores de piel es una construcción social. Esto quiere decir que el proceso de racialización opera con cierta independencia de los tonos de piel que posean las personas. El segundo caso, el peso que ha tenido la clase para la comprensión y estudio del proceso de estratificación social en las sociedades sudamericanas. Si bien ello no es criticable, llama la atención la demora en la incorporación de la dimensión racial en la investigación social. De acuerdo con París, recién a fines de los ochenta los estudios sobre racialización en el continente latinoamericano adquieren un desarrollo más sistemático.