La importancia de esta investigación deriva de la necesidad de medir la sostenibilidad del destino turístico en general y no de la actividad turística en particular, dado que cada vez más los turistas valoran la sostenibilidad de los destinos donde se alojan, como criterio de decisión. La sostenibilidad comienza a percibirse como un extra que permite marcar distancias, llegando a ser un factor clave para proporcionar experiencias positivas y para que el destino sea competitivo. La sostenibilidad del territorio donde está inserta la actividad turística es un elemento clave para su desarrollo a largo plazo y para su propia supervivencia como destino. Además, la comunidad local es consciente de ello y aprecia el turismo como una actividad económica fundamental y quiere formar parte del proceso. Por lo tanto, la idea de la sostenibilidad es ahora más urgente que nunca y por ello, es necesario seguir reflexionando sobre la idea conceptual de esta y las posibles razones, por las cuales, no se ha avanzado más rápidamente en su investigación. Para hacer sostenible un destino turístico hace falta que los actores implicados colaboren y traten de llegar a un consenso acerca de las políticas a aplicar y la gestión a llevar a cabo en tal destino. Además, un enfoque comunitario para el desarrollo del turismo es un requisito previo para la sostenibilidad, es decir, si no se cuenta con el apoyo de los actores locales, es casi imposible desarrollar el turismo de manera sostenible. Tampoco se puede omitir que la sostenibilidad es un concepto multidimensional que requiere un análisis conjunto de aspectos ambientales, sociales, económicos, financieros, etc., siendo necesarios mecanismos que permitan su cuantificación simultánea. Por último, sin límites a la capacidad de los destinos no existen garantías de un desarrollo sostenible. En vista de todo esto, muchos autores consideran que los métodos multicriterio son útiles para contemplar las contradicciones que están implícitas en el propio concepto de sostenibilidad (Thiel, 2014, Ruiz et al., 2011, Schianetz et al., 2007). Según Thiel (2014) el método multicriterio permite considerar el carácter multidimensional de la sostenibilidad, emplear un esquema participativo, recoger las diferentes visiones de la sostenibilidad e incorporar el concepto de límites o umbrales. Por lo tanto, el objetivo principal de este trabajo de investigación es determinar una medida de sostenibilidad a través de la participación comunitaria, utilizando técnicas multicriterio, las cuales tienen la intención de agregar simultáneamente las preferencias de los distintos actores a la de una serie de indicadores. Con este trabajo no se pretende medir la actividad turística sino la sostenibilidad del destino turístico, ofreciendo una visión de ésta a través de la participación de los actores turísticos, siendo esta la novedad de la investigación. Según Ritchie y Crouch (2000) sólo adoptando la visión del destino (“destination visioning”) podemos realmente adoptar un enfoque sostenible, no sólo porque esta perspectiva tiene en cuenta las complejas relaciones dentro de un destino, sino también porque reconoce el impacto de las decisiones sobre las futuras generaciones. La identificación de los actores y la participación de los mismos son pasos básicos para lograr el desarrollo sostenible. Para identificar los actores de la Costa del Sol se ha empleado la técnica del muestreo en bola de nieve. La finalidad es obtener una información detallada con respecto a los actores del destino que deberían formar parte en el proceso de participación en el contexto de la sostenibilidad. Este análisis no estaría completo si no se identifica el tipo de relación entre los diversos actores, es decir, es necesario determinar si existe una relación de cooperación o de rivalidad. De esta manera se identifican las formas de acercamiento y negociación para la toma de decisiones. Además este análisis sirvió para determinar el peso de cada actor en el proceso de la medición de la sostenibilidad, mediante las relaciones que miden la frecuencia de comunicación que hay entre ellos. Una vez definidos aquellos actores a participar en el proceso y la forma de participación, se mide la sostenibilidad del destino turístico utilizando un conjunto de indicadores y los límites o umbrales de estos definidos como nivel de reserva (un nivel bajo el cual los valores no serían aceptables) y nivel de aspiración (valor deseable) fijados a través de procesos de votación entre un grupo de expertos, que definen los niveles según sus preferencias y conocimientos. Una vez identificados estos valores, se utiliza una función de logro que mide la desviación entre los valores de los indicadores y los niveles de referencia. Para cada municipio se obtiene un indicador débil, que mide la sostenibilidad agregada, permitiendo compensaciones entre los distintos indicadores, y un indicador fuerte, que mide el estado del peor indicador (teniendo en cuenta la importancia de los mismos a través de los pesos dados por los actores implicados en el proceso), es decir, no permitiendo compensaciones. Con eso se demuestra que el método empleado en esta investigación es una herramienta de gestión que, además de ofrecer una visión de la sostenibilidad del destino turístico desde la perspectiva de los actores turísticos implicados, permite identificar aquellas actuaciones a desarrollar para mejorar la sostenibilidad, teniéndose en cuenta la prioridad calculada mediante la importancia que se les da a los indicadores. También se analiza la visión particular de la sostenibilidad del destino turístico de los distintos grupos de actores turísticos. Una primera conclusión a la que llegamos es que la mayoría de los actores turísticos consideran que comparten puntos de vista similares con aquellos actores con los que se comunican. Sin embargo, a la hora de valorar la importancia de los indicadores en la sostenibilidad, no siempre sus opiniones coinciden, tal como era de esperar. También, se pudo observar que los grupos de interés considerados presentan un alto grado de similitud de opiniones, con respeto a los actores en su totalidad, en sólo una o dos dimensiones. Como segunda conclusión destaca que la sostenibilidad medida a través de los distintos grupos registra casi los mismos niveles de sostenibilidad en la Costa del Sol. Por lo tanto, la mayoría coincide en determinar qué municipios son más o menos sostenibles. Aun así, se podría llegar a concluir que la mayoría de los grupos coinciden en los indicadores que deben tener más peso, por lo que debe ser prioritaria su mejora en cada dimensión de la sostenibilidad. De todas maneras, una comunicación más efectiva entre estos actores podría ser la clave para evitar los conflictos entre ellos y así poder llegar a un consenso en lo que respecta a la sostenibilidad de la Costa del Sol. En general, a la vista de las valoraciones de la importancia de los indicadores, se deduce que sería fácil consensuar entre todos los actores, las actuaciones prioritarias a emprender para mejorar la sostenibilidad en la Costa del Sol. Por último, se presenta una comparación entre dos tipos de medición de la sostenibilidad del destino en la Costa del Sol: según la interpretación de los expertos (Thiel, 2014) y según los actores turísticos. Mediante el análisis de la comparación de la medición de la sostenibilidad a través de los dos grupos, se puede concluir que la diferencia en los resultados obtenidos mediante un grupo u otro reside principalmente en los niveles de sostenibilidad (mejor o peor posicionado) y no, en cuanto a si un municipio es considerado o no sostenible. Ambos grupos coinciden en que, desde la perspectiva débil, aquellos municipios con una trayectoria más larga en el turismo son más sostenibles socialmente y económicamente. En la dimensión financiera, los expertos consideran más sostenible la Costa del Sol Occidental. Es muy importante destacar las diferencias de opinión sobre la importancia de cada indicador en la medición de la sostenibilidad ya que condicionan los niveles de sostenibilidad, y por otro, determinan la prioridad de las acciones a tener en cuenta a la hora de gestionar el destino turístico. Con este análisis se demuestra cómo la medición de la sostenibilidad puede estar condicionada por el factor de las ponderaciones. Esto se ha podido ver en el caso de la dimensión ambiental donde la diferencia en los niveles de sostenibilidad la marca, según los expertos, aquellos municipios con mejor indicador “línea de costa ocupada” y, según los actores, en calidad y contaminación. Es muy importante saber en qué situación se encuentra cada municipio, e identificar qué indicadores se deben mejorar para avanzar hacia la sostenibilidad. Con la intención de conocer la realidad de un destino turístico y obtener una visión diferente de ésta, surge la necesidad de definir una metodología que permita, por un lado, incorporar las opiniones de diversos grupos de interés, al haber varios actores implicados y no un único centro de decisión, y por otro, la consideración de criterios de distinta índole para medir la sostenibilidad, y dar así una visión compleja y consensuada, respondiendo a la interpretación de la sostenibilidad de “base comunitaria” propuesta por Saarinen (2006).