Search

El desarrollo de la psicología en Guatemala durante las últimas décadas se ha visto fortalecido por varios hitos en su historia como han sido los congresos, encuentros académicos y profesionales, colaboraciones internacionales y conferencias para nombrar algunos. Este número especial de nuestra revista da testimonio de uno de ellos. Gracias a la confianza, apoyo y mentoría de los grandes exponentes de las psicoterapias integrativas de América Latina y de la valiosa y comprometida colaboración de un comité organizador, pudo realizarse en Guatemala, de manera virtual con sólido apoyo tecnológico, el VIII Encuentro Latinoamericano de Psicoterapias Integrativas (ELAPSI). Si bien, el producto final fue de una excelente calidad académica, científica, profesional y sociocultural, también fue de inmenso valor el llegar a concretarlo. Desde el momento en que nos fue confiada la realización del mismo en el marco del VII Encuentro Latinoamericano que se llevó a cabo en Uruguay en 2018, sabíamos que estábamos abriendo brecha. Por primera vez, un ELAPSI sería realizado fuera de América del Sur, en donde históricamente se había congregado la comunidad académica y profesional de las psicoterapias integrativas. Por lo tanto, iniciar el proceso de organización implicaba no solo colocar a Guatemala en el mapa latinoamericano de la integración psicoterapéutica sino también consolidar un equipo organizador que representara las voces integrativas de las Américas particularmente de aquellos países donde hasta el momento estaban casi silenciadas. Los valores de solidaridad, apoyo, entusiasmo y compromiso se hicieron presentes para emprender una tarea que, aunque ambiciosa desde sus albores, fue apasionante.

En Argentina, el gobierno local decretó el 20 de marzo del 2020 el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) para mitigar la pandemia por COVID-19. Luego de 100 días de confinamiento (junio de 2020), la Fundación Aiglé elaboró una encuesta con el objetivo de relevar las percepciones de los adolescentes ante el ASPO, explorando hábitos, emociones, conductas y relaciones con pares y familias. Se exploró cuánto empeoró, se mantuvo igual o mejoraron cada uno de estos aspectos. Se administró la encuesta a 1068 adolescentes entre 12 y 18 años residentes de la República Argentina, 32% varones y 68% mujeres (X: 15,17; DS: 1,79). Los resultados muestran que durante el confinamiento tanto los hábitos como los aspectos emocionales se vieron significativamente afectados. Sin embargo, las relaciones familiares, mostraron una mejoría en gran parte de la población adolescente. El objetivo del artículo es presentar los resultados en cada una de estas áreas.