La tuberculosis (tb) es una enfermedad infecto-contagiosa causada por el complejo Mycobacterium tuberculosis. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera como una epidemia y un problema para la salud global dada su incidencia, mortalidad y secuelas para los pacientes. (1) Dentro de los factores de riesgo de relevancia clínica para adquirir tb se encuentra la Diabetes Mellitus (DM), que es considerada también como una epidemia mundial. Lo que afecta el deterioro del sistema inmunológico del paciente y que además puede repercutir de forma negativa en el éxito terapéutico y sobrevida del paciente. (2) La diabetes como la tuberculosis son enfermedades crónicas e importantes problemas de salud pública mundial. Resultado de un análisis preliminar realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que más de 30,000 casos de tuberculosis se relacionan con la diabetes mellitus en las Américas cada año, con los números más altos correspondientes en Brasil y México con más de 9,000 y 3.000 casos por año respectivamente. (3,4) A su vez en México, la comorbilidad que se presentó con más frecuencia en los nuevos casos de tuberculosis fue la DM en un 30%. (5) Se ha observado que el abandono del tratamiento antituberculoso y falta de adherencia al tratamiento antidiabético trae connotaciones graves, entre ellos el deterioro físico del paciente y la posibilidad de estimular los mecanismos de resistencia bacteriana, identificados de la propagación de la infección y perpetuando la existencia de esta enfermedad (6) Según el informe mundial de tuberculosis 2022 se estimó el gasto global anual en servicios esenciales de TB de 5,4 millones US$ (7) A su vez, Rodríguez Bolaños y cols., en su artículo Costos directos de atención médica en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en México: análisis de microcosteo indicaron que el costo promedio anual por paciente con DM2 fue de 3,193.8 US$, correspondiendo 2,740.34 US $ para los pacientes sin complicaciones y 3.550,17 US$ para quienes sí las aparecieron. (8) Según el Centro de Investigación Sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI) del Instituto Nacional de Salud Pública y Antonio Arques y cols., han establecido ciertas recomendaciones: (9,10) Garantizar la continuidad de los servicios de tamizaje, prevención, diagnóstico y tratamiento en ambas enfermedades Garantizar los insumos que extiendan la detección de la infección y la enfermedad activa, asimismo ampliar la cobertura de las pruebas para identificar la farmacorresistencia entre los casos confirmados bacteriológicamente. En los pacientes con TB conviene llevar a cabo un control estricto de la glicemia, aprovechando los controles analíticos (en el momento del diagnóstico y en los meses 1, 2, 4 y 6 de tratamiento en los pacientes con pauta de tratamiento de seis meses. Mejorar la calidad de atención centrada en el paciente con TB y con otras comorbilidades colaborando con programas tales como los de control y prevención de diabetes.