Comunicación presentada en el 13º Workshop de Rebiun sobre proyectos digitales, Los libros electrónicos en las bibliotecas, celebrado en Zamora los días 1 y 2 de octubre de 2014., [ES]Dos etapas se diferencian en el camino de la Biblioteca de la Universidad de Alcalá hacia el libro electrónico. La primera se inició en 2006-2007. En aquel momento ya se había consolidado el cambio de papel a electrónico en la colección de publicaciones periódicas que junto al resto de recursos electrónicos, suponían el 85 % de presupuesto dedicado a recursos de información. Sólo el 12% se dedicaba a la compra de libros en soporte papel. Dos líneas diferenciadas de desarrollo de la colección se pusieron en marcha. Una, la dedicada a investigación y la otra al aprendizaje. El resultado final fue muy desigual. Para la primera, se analizaron las líneas de investigación de la universidad y se evaluaron las colecciones de las principales editoriales científicas y sus correspondientes modelos de negocio. Se compraron varias colecciones de las editoriales Springer, Wiley y Elsevier, alguna de ellas como la correspondiente a ecología y medio ambiente de Springer con un elevado uso desde el primer momento. Salvo en el caso de Elsevier, comprada de forma consorciada, donde se utilizó el modelo PDA, la forma de adquisición fue por colecciones cerradas donde la selección por parte de la biblioteca fue muy limitada. Para la segunda, se tuvieron en cuenta los títulos incluidos en las bibliografías recomendadas para las diferentes asignaturas, con un 85% de ellos en castellano. El objetivo era conseguir dinamizar la colección básica para las distintas titulaciones. El resultado fue decepcionante, debido principalmente a la falta de contenidos. Sólo se pudo suscribir una colección de libros en castellano en la plataforma e-Libro, que posibilitaba además incluir los títulos editados por el Servicio de Publicaciones de la Universidad. La suscripción resultó positiva por la variedad de títulos disponibles, pero el uso fue muy desigual concentrándose la mayor parte del mismo en un 30% de la colección. La colección de libros electrónicos de investigación había crecido aumentando la inversión en recursos de información más especializados con un uso sostenido en el tiempo pero no elevado. Entre otras, cabe destacar dos circunstancias que confluyeron para replantearse el modelo iniciado. Una fue la progresiva adaptación al nuevo modelo educativo y la otra, la demanda por parte de los alumnos, recogida a través de las encuestas periódicas de satisfacción de usuarios realizadas por la Biblioteca ya inmersa en el camino de la excelencia y la calidad, de aumentar la colección de bibliografía básica. Se inicia de esta forma hacia 2009, la segunda etapa, marcada principalmente por el objetivo de desarrollar la colección de libro electrónico basándose en los contenidos necesarios para el aprendizaje, teniendo como base aquellos títulos recomendados en la bibliografía de las diferentes asignaturas, y redistribuir el presupuesto dedicado a recursos de información aumentando la inversión en la adquisición de manuales y bibliografía básica. Para ello se realizó un estudio de los títulos más prestados en cada área aglutinados por editorial, analizando las más relevantes (McGraw-Hill, Panamericana, Masson, Pearson, Reverté, Síntesis, Civitas, Tecnos, La Ley, Anaya, García Maroto…). Una vez obtenida esta información, se realizó un estudio del mercado y de las posibilidades de acceso. La primera colección se formó en el área de ciencias de la salud, con la suscripción a lo que hoy es e-Library de Elsevier, que aglutinaba una pequeña colección de los manuales más demandados, y a Harrison online. Durante el primer año, el uso fue discreto y se tuvo que realizar una gran labor de formación y de difusión para conseguir mejores resultados que han empezado a verse en 2012. La Biblioteca ha podido anular aquellos títulos de la colección menos pertinentes y tiene un margen de selección. Posteriormente, se hizo lo mismo con el área de ingeniería, suscribiendo IngeBook, inicialmente con contenidos de las editoriales García Maroto y Pearson. La colección correspondiente a libros de problemas y ejercicios aglutina el mayor uso. En 2012, la difícil situación económica se reflejó en el descenso de presupuesto para la adquisición de recursos de información, que no afectó a la parte de libros, con el % menor de gasto, como ya se ha comentado. Al contrario, se apostó por redistribuir de nuevo el presupuesto y apostar por la inversión en libros siguiendo con el objetivo marcado dos años antes, pasando de una inversión del 12% al 20% actual en bibliografía básica, de la que el 8% corresponde a libro electrónico. En 2013 se continuó con la línea comenzada tres años antes, ampliando la colección de ciencias de la salud y economía con contenidos de las editoriales McGraw-Hill y Pearson respectivamente, en la plataforma IngeBook. Su modelo de negocio no posibilita la descarga de contenidos, sólo acceso a los mismos. Su uso ha crecido lentamente aunque en el último análisis realizado casi se duplican las cifras del año anterior. También se ha iniciado la formación de una colección de títulos en inglés incluidos en las bibliografías recomendadas a través de diferentes plataformas y utilizando el modelo pick and choose. El resultado en cuanto al uso ha sido aceptable pero el mayor problema se ha encontrado en el incremento del importe respecto al formato papel, incluso en el caso de acceso y/o descarga para un sólo usuario. Sin embargo, se ha constatado por las sugerencias de los alumnos de grado, que el modelo de sólo acceso a los contenidos sin posibilidad de descarga ni impresión, no es el más valorado, llegando incluso a darse casos claros de demanda de libro en papel aun teniendo la versión en electrónico. Esto ha hecho que se replanteara el modelo y se haya iniciado el análisis de nuevas colecciones en la modalidad de préstamo, utilizando plataformas como Xercode para libros de la editorial Anaya así como otros modelos como el de Tirant Lo Blanc para el área de ciencias jurídicas. La colección total de libro electrónico en la UAH asciende actualmente a más de 100.000 títulos pero la realidad es que la colección seleccionada por la biblioteca se reduce casi al 60% y si se centra en la colección pertinente para el aprendizaje tomando como base las bibliografías recomendadas en los estudios de grado, sólo unos 400 títulos se han seleccionado y valorado individualmente, aunque el total ascienda a más de 1000. La labor de difusión y formación ha vuelto a ser determinante para dar a conocer este fondo, aunque el resultado no ha sido enteramente positivo. Hay que afrontar una serie de “mejoras”. Entre ellas, el facilitar el acceso al usuario, no sólo por parte de la Biblioteca proporcionando un acceso adecuado, sino por parte de editores y agregadores, posibilitando diferentes modelos sostenibles que permitan diferentes opciones de acceso a los contenidos, conseguir la inmediatez en la publicación de nuevas ediciones, posibilitar diferentes herramientas de interacción con los textos, seleccionar títulos por parte de la biblioteca que no debería perder esta función y no dejar que las colecciones cerradas seleccionadas por el editor fueran inamovibles… el monopolio de algunos contenidos podría llevar a un modelo insostenible a medio plazo. En las encuestas de satisfacción de usuarios se demandaba más disponibilidad de manuales y bibliografía básica, se vio en el acceso electrónico una solución… pero todavía no se ha conseguido un buen resultado. Se está haciendo un gran esfuerzo por abrirse a nuevos modelos sostenibles que permitan nuevas posibilidades.