El artículo tiene como finalidad principal analizar el proceso de lectura y escritura, por lo tanto, se establecen los siguientes objetivos específicos: caracterizar, interpretar y discutir la realidad educativa de estas habilidades comunicativas con las teorías constructivistas. Para ejecutarlos se utiliza un paradigma sociocrítico, enfoque cualitativo, método descriptivo-interpretativo, también se emplea la técnica de entrevista no estructurada, observación participante, revisión documental y taller. La investigación se desarrolló en la Institución Educativa Municipal Nuestra Señora de Guadalupe. En los resultados principales se destaca que aún se promueve el sistema silábico, se conservan rasgos de la perspectiva conductista y se otorga poca relevancia al contexto sociocultural donde vive el niño, además, la limitación del estudio fue la falta de disponibilidad por parte de las docentes al momento de aplicar las técnicas. Se concluye que el aporte al campo del conocimiento se centra en presentar cómo se está llevando a cabo las prácticas de enseñanza de estos procesos lingüísticos, reconociendo así sus efectos, fundamentos teóricos y de qué manera se las puede mejorar, con la intención de que apropian estas habilidades lingüísticas y los pares puesto que son los que comparten diariamente la experiencia de aprendizaje.d) Teorías constructivistas. Las pedagogas enuncian que basan su acompañamiento pedagógico en la teoría sociocultural de Vygotsky, la conjetura de aprendizaje significativo de Ausubel y el pragmatismo psicogenético de Piaget. Holzstein (2015) asegura que la enseñanza constructivista se inclina hacia el pensamiento de que para que el niño sea un lector y escritor competente, debe interactuar de manera activa con las dinámicas sociales, para dejar a un lado las simples decodificaciones.La revisión documental se cimentó en Ferreiro y Soler (1997), Ferreiro (1997), Ferreiro y Gómez (1998) y Teberosky (1992), donde se lograron estructurar las siguientes categorías:Primera categoría de estudio, Rol del docente en el proceso de lectura. Se encontró que las estrategias deben articularse al grupo de infantes a fin de instaurar un ambiente alfabetizador que se ligue a los intereses de ellos. En lo concerniente a los recursos que contribuyen a la apropiación, se expone que los maestros están llamados a crear diversos tipos de textos para compartirlos con los niños y, a raíz de ello, promover conversatorios respecto a lo leído, con el fin de estimular el comportamiento lector, el pensamiento crítico y las competencias comunicativas. Entre tanto, sobre la influencia del contexto sociocultural, se acentúa que, estimula la lectura, ya que en él hay personas alfabetizadas que transmiten este conocimiento de manera inconsciente al infante; además, porque presenta un bagaje de elementos letreados que llaman la atención y generan la necesidad de buscar su significado; por consiguiente, el maestro está llamado a seguir impulsando la intención consciente que tiene el niño para leer.Por último, sobre el seguimiento de apropiación, se presenta que el maestro debe analizar si el niño ha apropiado los conocimientos o solo los ha asimilado de manera mecánica, para que los resultados de aprendizaje se centren en un saber interiorizado.Segunda categoría de estudio, Rol del docente en el proceso de escritura. Se converge que las estrategias tienen la misión de fundamentase en el entorno social del niño, porque de este se despliega información que permite comprender el nivel de apropiación del infante, encontrando así soluciones a las debilidades y potencializando de manera pertinente las fortalezas que posea. Además de los recursos, se comprende que el infante debe estar en constante interrelación con los elementos escritos, pues cuando él los experimenta con sus sentidos construye pensamiento e ideas propias que facilitan el aprendizaje escritor. Seguidamente, se presenta que, para la influencia del contexto sociocultural es indispensable que el maestro salga del aula y así le permita al niño interactuar con los recursos letreados de su entorno. Conjuntamente del seguimiento de apropiación a la lectura se asevera que el acompañante pedagógico debe conocer las habilidades y capacidades de los niños para promover actividades donde ellos las puedan ejecutar, dando paso a propiciar el sentimiento de autoconfianza y motivación en el proceso de aprendizaje.El tercer objetivo específico se basó en discutir las teorías del conocimiento con relación al proceso de lectura y escritura; se aplicaron dos técnicas de recolección de información, primero la revisión documental y después el taller pedagógico, de lo cual se obtuvo los siguientes hallazgos. La revisión documental se sustentó en Díaz y Echeverry (2001), Delgado et al. (2005), Narvarte (2007) y Orozco (2018), gracias a ello se logró consolidar la categoría de estudio denominada factores condicionantes del proceso de lectura y escritura, se destaca que son siete y que aportan desde sus funciones con la intención de generar en el niño las condiciones para que pueda interiorizar el conocimiento de manera integral. A continuación, se presenta cada factor. 1) El factor social, brinda los estímulos externos ligados a la interacción, generando así en el niño un acercamiento al mundo oral y escrito que está dispuesto en su medio sociocultural. 2) El factor madurativo, provee el desarrollo neurológico del infante, ya que se debe tener en cuenta las etapas de crecimiento. 3) El factor emocional, influye en el aprendizaje porque genera disposición, atención y motivación. 4) El factor físico, ayuda en ciertas destrezas corporales como, por ejemplo, coordinación óculo-manual, ubicación espacial, agarre, entre otros. 5) El factor intelectual, coopera desde la cognición que permite aprender y formar redes de pensamiento a corto, mediano y largo plazo. 6) El factor lingüístico, contribuye con todo lo concerniente a las cuatro habilidades del lenguaje: escuchar, hablar, leer y escribir. Y, 7) el factor pedagógico, puesto que el sistema educativo es quien instruye de manera formal a la apropiación de la lectura y la escritura.Por otro lado, sobre la técnica del taller se manifiestan las siguientes fases y resultados concernientes a cada una de ellas.Fase 1. Plasmando mis palabras. Se entregó una hoja en blanco con la instrucción de que escriban y dibujen lo que deseen. Ante esta situación, lo primero que decían era “yo no sé escribir” “no puedo hacerlo solo”, y constantemente holísticas del aprendizaje, porque el proceso de calificación se convierte en un juicio que determina lo que un niño conoce y, por ende, genera en el aula de clases un clima de presión tanto para los niños que siempre obtienen buenas calificaciones como los que no, puesto que se obligan a sí mismos a buscar un mejor resultado cuantitativo para no ser etiquetados con señalización de los “tontos”, “ no sabe nada, con él no hagamos el trabajo”, entre otros.Finalizando, se presenta a Carrillo et al. (2009) quienes manifiestan que es sustancial en la motivación, que el niño sienta un apoyo en el maestro con el fin de incentivarlo en el trabajo que de manera autónoma y/o cooperativa estén desarrollando. Por consiguiente, se reflexiona que el profesor sí debe interferir en la construcción que están apropiando los niños mediante sus recursos didácticos y estrategias pedagógicas, pero es menester que esté en relación con las expectativas, necesidades e intereses de ellos, para no imponer, sino estimular lo que ellos están realizando.b) Cualidades del aprendizaje. Para poder aprender es necesario articular aspectos pedagógicos que permitan apropiar de manera significativa un saber, por lo tanto, durante las observaciones participantes en el contexto de investigación se evidenció que las estrategias pedagógicas se basan en actividades como la realización de planas, fichas, guías y transcripciones de palabras, provocando en los niños desmotivación porque la apropiación estaba articulada en la repetición y memorización mecánica; según Ceballos-Garcés (2016), si la enseñanza de la lectura y escritura se centra en la repetición y la elaboración de fichas, conlleva al niño a convertirse en un sujeto pasivo y condicionado.Teniendo en cuenta la realidad y el aporte de la teoría, se interpreta que las estrategias pedagógicas limitan la intervención de los niños en la construcción de su conocimiento, porque no se les da la oportunidad de que aprendan de manera autónoma e independiente, provocando que se conviertan en receptores de información más no en constructores de la misma. Igualmente, cabe destacar el planteamiento de Ferreiro (2006), quien propone que los maestros deben acompañarlos para que, desde su participación activa, su esencia innovadora y su subjetividad puedan comprender estas dos habilidades comunicativas. Por lo tanto, es valioso que desde el ámbito pedagógico se estimule el protagonismo de los infantes, tomando en consideración todas sus áreas de desarrollo, para dar paso a abrir el pensamiento lógico, crítico y propositivo que le da la posibilidad de interactuar armónicamente con la lectura y escritura.Por su parte, se analizó que el entorno posee múltiples materiales que se pueden promover para la apropiación de la lectura y la escritura, pero no se están utilizando, puesto que los que se encuentran en el aula sirven de decoración y los externos no se los tiene en cuenta, provocando una interacción monótona con las actividades; por esta razón, Baca (2006) expone que la pragmática se centra en que los escritos presentados deben guardar estrecha relación con el contexto e identificar las motivaciones de la persona a quien van dirigidos, para que haya una correspondencia mutua entre el emisor y el receptor. Considerando lo previo, se presenta que la diversidad de recursos didácticos permite motivarlos en su aprendizaje porque genera creatividad en su utilización, si estos se vuelven rutinarios, el conocimiento también lo será; además, se resalta que es valioso que al momento de implementarlos se relacionen con las perspectivas e intereses de los niños, porque solo así se causa un ambiente pedagógico centrado en la emoción de aprender, dando como resultado un proceso significativo.Cabe señalar que, en la interiorización de la lectura y escritura, el medio en el que vive influye a través de la interacción que realiza el niño con su familia, vecinos, amigos y naturaleza. En las aulas se observó que las maestras promovían actividades individuales sin tener en cuenta el contexto, pero en los trabajos que dejaban para la casa incluían a los familiares y a elementos cercanos. Según Hulse et al. (1982) plantean que los efectos de contraste se basan en los reforzamientos que se promueven en una realidad, la cual va a actuar de diversos modos dependiendo de la situación en la que se encuentre. De lo previo se interpreta que involucran de gran manera al entorno donde se desarrolla el niño, puesto que cada estímulo es más significativo en el aprendizaje cuando se relaciona con los saberes obtenidos del ambiente próximo. Por ejemplo, los niños reconocían rápidamente la palabra mamá en comparación con la palabra iglú.Además, Anderson y Faust (1977) expresan que el condicionamiento operante es una acción aprendida porque se la efectúa en el entorno de la persona y es gracias a ello que se puede lograr el reforzamiento. Esto se vio reflejado en una actividad del taller que las investigadoras realizaron, donde un estudiante escribió “Botanilla” y representó icónicamente su territorio sin necesidad de una directriz externa. Por lo tanto, se analiza que los insumos primordiales para que un niño aprenda a leer y escribir son sus intereses personales, pues lo motivan para continuar acrecentando sus saberes.En cuanto al rol del maestro, se identificó que las docentes están en constante supervisión de cómo desarrollan y responden los niños a las actividades, retroalimentando el avance mediante comentarios, por ejemplo: “de color rojo no es el sol, borra y píntalo de amarillo”. Se reflexiona que este acompañamiento está enfocado en la repetición y no permite que exploren su creatividad e imaginación para construir su conocimiento, pues deben seguir al pie de la letra las directrices de las maestras. Según Hulse et al. (1982) el reforzamiento primario es cuando un aprendizaje se adquiere con la instrucción de un tercero y se lo apropia porque hace falta algo en su apropiación.Al analizar lo expuesto, se considera que este tipo de reforzamiento le resta protagonismo al niño, porque supone que el portador absoluto del conocimiento es el docente y no permite que el infante exponga sus competencias de manera natural y los vaya construyendo y reconstruyendo por sí mismo. Indagando en lo anterior, sobresale el papel protagónico del niño en su aprendizaje, en consecuencia, Vosniadou (2006) rescata que la escuela es responsable de promover la participación activa para que no se conviertan en “oyentes pasivos”, sino en sujetos propositivos y constructivos, capaces de tomar sus propias decisiones, establecer propósitos y sacarle el mayor provecho al ambiente donde están interactuando. Por ende, se comprende que en la apropiación de la lectura y escritura es vital los saberes previos, la intención comunicativa que ellos poseen y la originalidad de sus escritos y lecturas; lo cual debe ser respetable, ya que cada sujeto tiene su propia perspectiva del mundo que lo rodea.Ya finalizando este acápite, se menciona que las cualidades del aprendizaje se articulan a las estrategias, recursos y rol del docente, los cuales deben estar enfocados en la realidad sociocultural en la que vive y se desarrolla el infante, porque solo así se permite brindar un ambiente pedagógico agradable que promueva la participación activa del niño.c) Extrapolación de los aprendizajes. El aprendizaje sin acción, no se puede considerar como una apropiación del conocimiento, puesto que cuando se aplica lo enseñado en una determinada situación se evidencia lo que de verdad se ha aprendido.Durante la observación se reflejó que se enseña a leer y escribir a través del método silábico, donde debían aprender ciertas palabras relacionadas con la letra que se estaba enseñando para posteriormente ser evaluados. Cuando se las indicaba, la mayoría de ellos la leía de manera correcta y si se la dictaba la escribía bien, sin embargo, si se presentaba algo diferente, el infante no lograba leerla, ni escribirla. Por ejemplo: “mamá”, los niños la decodifican y transcriben correctamente, pero al momento de exponer la palabra “poema” ningún niño sabía qué decía y se rehusaban a buscarle un significado, manifestando que: “aún no podemos leer”, “no la conocemos”.Con relación a lo mencionado, se trae a colación el pensamiento de Anderson y Faust (1977) quienes ratifican que las acciones y respuestas espontáneas en el proceso de aprendizaje son la mejor manera de saber si el estudiante en realidad comprende a profundidad lo que se le está enseñando, porque son ensayadas o arraigadas a lo ideal, en muchas ocasiones carecen de una compresión real, también conciernen en que las respuestas prescritas sí tienen fundamento, validez e importancia en la educación, pero se debe ejercer una proporción con ellas. Según lo expuesto, se analiza que los maestros deben dejar a un lado la memorización sin sentido, para dar paso a un intelecto con conexión, es decir, tomar en cuenta los intereses, el contexto y los saberes previos de los niños, pues de lo contrario no se va a tener una comprensión significativa del conocimiento, generando cohibición al momento de llevar a cabo la lectura y la escritura en otros contextos de aprendizaje.Además, cabe recalcar que no todos los niños tienen el mismo ritmo de aprendizaje, por ende, es imposible generalizar las apropiaciones que ellos van desarrollando, puesto que dependen de los factores familiares, socioculturales, biológicos, entre otros. De acuerdo con Vosniadou (2006), el maestro debe dar tiempo a la práctica, porque aprender requiere de llevar a la acción el conocimiento de la lectura y la escritura, dado que es una actividad compleja de pensamiento que no puede exigirse que se apropie velozmente. De lo previo se analiza que es imprescindible disponer de espacios donde el niño pueda practicar de manera real y con sentido, logrando así asimilar este saber con mayor profundización y respetando las etapas de apropiación, para evitar la sobre-escolarización y dar paso a una educación empática.También se observó que leen y escriben de manera mecánica, porque memorizan las palabras completas sin encontrar el verdadero significado de ellas, por ejemplo, en el taller ejecutado por las investigadoras, específicamente en la actividad de dibujo libre, un niño le comentó a su compañera que “no sabía escribir su nombre, que por favor lo escribiera en la hoja”; escribió el de ella, pensando que así se escribía el nombre de él.Por esta razón, Ceballos-Garcés (2016) manifiesta que los maestros en preescolar no deben preocuparse por la caligrafía de las palabras, sino por la intención comunicativa con la que se escribe, porque eso es lo que de verdad le da un papel protagónico en su aprendizaje, logrando así que razone, se haga preguntas, cuestione su realidad, desarrollando su capacidad crítica y estimulando sus competencias personales. Con ello, se puede decir que el niño aprende de manera significativa. Tomando en consideración lo mencionado, se analiza que los infantes no están reflexionando sobre lo que escriben, puesto que no son conscientes de la estructura gramatical, ya que se orientan en lo memorizado; esto provoca que no se estimule adecuadamente sus competencias lingüísticas y su razonamiento cognitivo, provocando falta de comprensión lectora, producción escritural, pobreza léxica, pánico escénico y escasez en el pensamiento crítico.De acuerdo con lo expuesto, es importante decir que provoca en los sujetos que el verdadero sentido de la lectura y escritura no se promueva dentro de las aulas de clase. De lo planteado, Baca (2006) ratifica que la psicolingüística expresa que para leer es necesario la intervención de los conocimientos que la persona ya ha apropiado, porque solo así se logra Resumen: El artículo tiene como finalidad principal analizar el proceso de lectura y escritura, por lo tanto, se establecen los siguientes objetivos específicos: caracterizar, interpretar y discutir la realidad educativa de estas habilidades comunicativas con las teorías constructivistas. Para ejecutarlos se utiliza un paradigma sociocrítico, enfoque cualitativo, método descriptivo-interpretativo, también se emplea la técnica de entrevista no estructurada, observación participante, revisión documental y taller. La investigación se desarrolló en la Institución Educativa Municipal Nuestra Señora de Guadalupe. En los resultados principales se destaca que aún se promueve el sistema silábico, se conservan rasgos de la perspectiva conductista y se otorga poca relevancia al contexto sociocultural donde vive el niño, además, la limitación del estudio fue la falta de disponibilidad por parte de las docentes al momento de aplicar las técnicas. Se concluye que el aporte al campo del conocimiento se centra en presentar cómo se está llevando a cabo las prácticas de enseñanza de estos procesos lingüísticos, reconociendo así sus efectos, fundamentos teóricos y de qué manera se las puede mejorar, con la intención de brindar un acompañamiento pedagógico acentuado en la contemporaneidad; por ende, cabe recalcar que, la familia es uno de los agentes más importantes en la formación de cada infante, puesto que son los encargados de estimular y acompañarlo en su educación. Finalmente, se menciona que es necesario que el sistema educativo se renueve y así pueda responder a las necesidades de esta nueva generación.