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El gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y las dos gestiones de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011, 2011-2015), marcaron sin duda una inflexión en la historia argentina reciente. Para su análisis, este artículo plantea dos tesis: la primera es que el kirchnerismo se consolidó como un populismo de alta intensidad, caracterizado por la dominación de las clases medias, en un contexto de polarización intraclase, esto es, de confrontación entre diferentes sectores de las clases medias. La segunda tesis es que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner llevó a cabo una política deliberada de ocultamiento de la crisis económica, al tiempo que, en un contexto de polarización y concentración de poder, colocó en el lugar central de la oposición a Mauricio Macri, representante de la derecha, lo cual fortaleció su candidatura presidencial en el marco de la crisis de fin de régimen. Planteamos asimismo que el devenir populista del kirchnerismo fue gradual. Así, en sus inicios, el gobierno kirchnerista buscó definirse e identificarse en el emergente progresismo latinoamericano. Su consolidación como populismo de alta intensidad se llevó a cabo en el marco del conflicto entre el gobierno de Cristina F. de Kirchner y las patronales agrarias (2008). El cierre del ciclo, bajo el tercer gobierno kirchnerista (2011-2015) representa no sólo una vuelta de tuerca del populismo, en su versión personalista extrema, sino que coincide también con el ingreso a una fase económica de crisis (alta inflación, aumento de la pobreza, crisis del frente externo), no reconocida por el gobierno. El escenario de crisis económica y de concentración de poder abrirá a la posibilidad de una alternancia política, materializada en el triunfo electoral del empresario y político Mauricio Macri. Fil: Svampa, Maristella Noemi. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Centro Científico Tecnológico Conicet - La Plata; Argentina. Universidad Nacional de La Plata; Argentina