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Se plantea que la reclusión y contracción de los sujetos en sus individualidades posibilita su reducción a objetos de aparatos de poder como el Estado, el patriarcado, el capital y las ciencias humanas objetivas, incluida la psicología. Nada más fácil que objetivar a un sujeto individualizado y así desactivado y debilitado, sumido en la impotencia y la inmovilidad. Hay indicios que permiten pensar que el cristianismo y la modernidad capitalista neutralizaron a lossujetos, convirtiéndolos en individuos inofensivos y aislados, para poder posteriormente objetivarlos, transmutándolos en objetos de sistemas políticos, económicos e ideológico-científicos reforzados con dispositivos psicológicos. La paradoja es que la psicología se desarrolló para apoyar a individuos paralizados e impotentes, ya objetivados y neutralizados como sujetos, en el tratamiento de sus problemas emocionales, intelectuales o afectivos. Aunque tales problemas sean de origen fundamentalmente cultural, político o socioeconómico, son los individuos quienes deben responsabilizarse de ellos y remediarlos de manera apolítica en sus esferas privadas individuales. Esta despolitización y privatización de la depresión, el estrés y la ansiedad se correlaciona con la privatización de todos los demás aspectos de nuestras vidas en las sociedades capitalistas neoliberales. Finalmente se considera la posibilidad de que la psicología se transforme tan radicalmente que invierta el proceso psicologizante que la engendra: el proceso de individualización, contracción, objetivación y despolitización de la subjetividad.

El presente artículo se ocupa de la orientación marxista del filósofo esloveno Slavoj Žižek. Se intenta elucidar su lectura de Marx, su relación con él y su particular versión del marxismo. Primero se indaga cómo Žižek adopta ciertas concepciones marxianas de la universalidad, la retroactividad, la contingencia, el materialismo, la libertad y la economía. Luego se examina la forma en que, por un lado, Žižek aplica ciertas ideas de Marx a la explicación del mundo actual y, por otro lado, reinterpreta el pensamiento marxiano desde una perspectiva lacaniana u original, propiamente žižekiana. Por último, después de haberse detectado algunos puntos en los que Žižek adhiere a Marx, se abordan críticamente otros puntos en los que discrepa de él. Aquest article s'ocupa de l'orientació marxista del filòsof eslovè Slavoj Žižek. S'intenta elucidar la seva lectura de Marx, la seva relació amb ell i la seva particular versió del marxisme. Primer s'indaga com Žižek adopta certes concepcions marxianes de la universalitat, la retroactivitat, la contingència, el materialisme, la llibertat i l'economia. Després s'examina la forma en què, d'una banda, Žižek aplica certes idees de Marx a l'explicació del món actual i, d'altra banda, es reinterpreta el pensament marxià des d'una perspectiva lacaniana o original, pròpiament žižekiana. Finalment, després d'haver-se detectat alguns punts en què Žižek adhereix Marx, s'aborden críticament altres punts en què en discrepa. This paper discusses the Marxist orientation of the Slovenian philosopher Slavoj Žižek. It attempts to clarify Žižek's reading of Marx, his relationship with Marxian thought and his particular version of Marxism. First it looks at how Žižek adopts certain Marxian concepts of universality, retroactivity, contingency, materialism, freedom and the economy. Next it examines how Žižek applies Marx's ideas to the explanation of the current world, and how he reinterprets Marxian thought from a Lacanian or original, Žižekian perspective. Finally, having identified certain points where Žižek coincides with Marx, it addresses other points where he disagrees with him.

El mexicano Enrique González Rojo Arthur (1928-2021) fue un poeta, filósofo, pensador marxista y militante comunista espartaquista que incursionó en el psicoanálisis. La propuesta psicoanalítica antiposesional y autogestionaria de González Rojo puede adscribirse al freudomarxismo, en la medida en que busca integrar sincréticamente su acercamiento libre y heterodoxo a Freud con su original perspectiva marxista anclada en el espartaquismo e influida por el anarquismo, el leninismo, el althusserianismo, el maoísmo y el revueltismo. Antes de abordar el elemento freudomarxista en la propuesta de González Rojo, intentaremos reconstruir históricamente su aproximación al psicoanálisis desde 1974 hasta el final de su vida. Luego nos detendremos en la teoría psicoanalítica elaborada por el propio González Rojo entre 1988 a 2018. Tras evocar sus principales críticas a Freud, expondremos los dos pilares de su construcción teórica: el binomio tendencias-pulsiones y el esquema soledad-inseguridad-propiedad. Seguidamente analizaremos la transición del campo teórico al práctico en los desplazamientos del psicoanálisis de la posesividad al antiposesional y después al autogestionario y al autoanálisis del sujeto. Los dos últimos nos llevarán a contrastar al psicoanalista freudiano con la figura del psicopromotor freudomarxista de González Rojo. Esta figura será nuestra puerta de entrada para la exposición final del freudomarxismo sincrético de González Rojo, de su implementación práctica en la revolución articulada y de sus implicaciones en una teorización inédita del poder, la identificación, las clases y los géneros.

Se reflexiona sobre una epistemología del capitalismo que podría explicar formas en que el capital gestiona, instrumentaliza, impulsa, orienta y organiza el desarrollo científico-tecnológico. Se muestra cómo la ciencia y la tecnología le sirven al capital para ponerse en lugar del sujeto en los modelos taylorista, fordista y posfordista de organización del trabajo. En los tres casos, los seres humanos aparecen como objetos de un capital que los explota mediante cierto saber materializado y exteriorizado. Karl Marx permite concebir esta explotación como un proceso mortífero crecientemente determinado por la ciencia y la tecnología, mientras que Sigmund Freud y Jacques Lacan ayudan a descubrir aquí un goce asociado al saber y resultante de la satisfacción de la pulsión de muerte. Lacan también permite reconstruir la historia por la que el saberdel esclavo, al depurarse epistemológicamente, se convierte en el saber del amo que se plasma en el goce tecno-científico del capital. Este goce es analizado, con el auxilio de Marx, en sus condiciones, operaciones y consecuencias.

Se presentan diversas formas en que se concibe la intersubjetividad entre los pueblos originarios del espacio cultural mesoamericano. También se considera cómo estas concepciones pueden servir para orientar el trabajo teórico de la psicología crítica y la praxis de la psicología comunitaria en América Latina. Tras discutirse el concepto de “Mesoamérica”, así como el empleo del término “intersubjetividad” en el contexto mesoamericano, se revisan algunas ideas indígenas precisas sobre lo intersubjetivo en la comunidad, se examinan sus implicaciones políticas, se contraponen a las de la psicología dominante y se asocian con las creencias animistas de pueblos originarios mesoamericanos como los tojolabales, los tzeltales, los mayas yucatecos y los totonacas, así como los nahuas y mayas de la época prehispánica. El animismo es interpretado como una expresión de respeto, diálogo, horizontalidad y humildad entre los popolucas, los nahuas y grupos mayenses.

El presente capítulo despliega una visión panorámica de lo que se conoce hoy en día como psicología crítica. Esta visión pretende servir simultáneamente como estudio introductorio, esbozo analítico, recorrido histórico y mapa orientador para los interesados en el tema. Lo que se busca es dar una imagen global y asequible con la que pueda aprehenderse algo tan difuso y evasivo como lo es la psicología crítica. Traicionando así en cierto grado lo que se presenta, se ha favorecido la claridad y la simplicidad a costa de la exactitud y la exhaustividad. Es mucho lo que falta y lo que se expone de manera demasiado expeditiva, esquemática, simplificadora y superficial. Aunque limitada, la visión que se ofrece pretende incluir a los más influyentes exponentes y las más importantes corrientes de la psicología crítica. También intenta englobar enfoques ubicados en sus márgenes, así como sus orígenes y primeros desarrollos, algunos de ellos ya olvidados en la actualidad. Todo esto puede abarcarse porque la psicología crítica se entiende aquí en un sentido bastante amplio, como cualquier tipo de cuestionamiento de la disciplina que parte de ella misma, y no en los diferentes sentidos estrictos que adquiere al identificarse ya con su nombre hacia la segunda mitad del siglo XX. Después de reflexionarse acerca de lo que es la psicología crítica, se presentan algunos los principales aportes de Vygotsky y Politzer, quienes aquí se consideran los fundadores de la psicología crítica, y de sus continuadores entre los veinte y los ochenta del siglo XX, como Reich en el movimiento freudomarxista, Horkheimer, Adorno, Fromm y Marcuse en la herencia de la Escuela de Frankfurt, y Phil Brown y Philip Wexler en la corriente psicológica radical. Tras examinarse la huella del althusserianismo en críticos de la psicología como Pêcheux, Deleule, Sastre y Braunstein y sus colaboradores, se abordan tres grandes paradigmas de la psicología crítica y de la crítica de la psicología en el último cuarto del siglo XX: el foucaultiano de Rose y otros autores mayoritariamente británicos, el de la escuela de Holzkamp en el ámbito alemán y el posmoderno social-crítico socioconstruccionista, relativista y discursivo o colectivo, de Gergen, Harré, Potter, Fernández-Christlieb, Ibáñez, Íñiguez y otros psicólogos sociales situados mayoritariamente en países de habla inglesa y en México y Cataluña. Este recorrido histórico termina con una valoración de la crisis del posmodernismo, crisis patente entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI, y con una consideración de las dos alternativas realistas críticas juzgadas más importantes para el siglo XXI: por un lado, en una trinchera latinoamericana, la psicología de la liberación fundada por Martín-Baró y la psicología social comunitaria desarrollada por Montero y otros; por otro lado, en el ámbito británico, la psicología crítica de Ian Parker.

Marx, Freud y sus seguidores, incluidos los freudomarxistas y otros marxistas freudianos, han cuestionado en muchos aspectos la separación objetiva y la existencia independiente de lo psicológico. Quizás los cuestionamientos más convincentes hayan sido aquellos fundamentados en el reconocimiento de las funciones cumplidas por la psicología en su contexto. Estas funciones, que determinan y moldean todo lo estudiado por la psicología, son la vívida prueba de que lo psicológico no tiene una existencia independiente y no es un objeto realmente separado, sino que funciona como un dispositivo de un sistema más amplio, es indistinguible de este sistema, tiene su lugar en él, está internamente imbricado en las esferas materiales del cuerpo y del mundo, hace lo que debe hacer para la economía capitalista, está al servicio de las clases sociales y las organizaciones culturales, y participa en la trama de la historia moderna. El marxismo y el psicoanálisis revelan, en suma, cómo lo no-psicológico opera siempre a través de lo psicológico. Desde esta perspectiva, en lugar de la existencia independiente del objeto de la psicología, hay más bien un funcionamiento psicológico de algo corpóreo, económico, social y cultural. Esta manifestación funcional se realiza mediante el cumplimiento de ciertas funciones de la psicología que se han detectado en el marxismo y en el psicoanálisis y que aquí dividiré en cinco amplias categorías: psicologización de lo no-psicológico, legitimación de ideologías, dominación del sujeto, alienación del ser y reproducción del sistema.

Lacan adheres to Marx’s materialist option. When he has to choose, the French psychoanalyst explicitly opts for Marx’s ‘materialism’ as opposed to the Hegelian idealist philosophy. He also acknowledges that being a materialist is proper to ‘any sensible person like him or like Marx’. This recognition does not exclude that Lacanian materialism takes its distance from others. As we will see in the following pages, Lacan particularly rejects materialist philosophies in which matter is conceived as a substance or as a substantial reality. Lacanian materialism is a materialism of the symbolic, of the signifier, in which there is still a place for the real and the imaginary. This materialism, being related to that of Marx, is presented as dialectical, places bodily materiality at the centre and gives rise to an ethics and a theory of truth.

My chapter is about how Lacan incorporates sexuality in his reading of Marx’s critical approach to political economy. I examine how this reading allows Lacan to consider the role of enjoyment [jouissance] in exchange and use values, reconceptualizing them as enjoyment-value and enjoyment of value. I also analyse how Lacan, resignifying psychoanalysis and not only Marxism, emphasizes the political character of Freud’s sexual economy. After examining how the relationship of the sexual with the social has been considered among various Freudian Marxist authors, I discuss some of Lacan’s ideas about the sexual-economic foundation of society. I analyse the way in which these ideas, preceded by Jean Audard and based on Claude Lévi-Strauss, connect Marxist and Freudian concepts by founding society on the patriarchal exploitation of women. Patriarchy, according to Lacan, reaches not only its apogee in capitalist modernity but also its crisis, which manifests itself symptomatically through the discoveries of Marx and Freud. I try to explain why Marxism and psychoanalysis constituted for Lacan the last strongholds of the subject, of use value and of knowledge in an increasingly automated capitalist system governed by exchange value and dominated by data and information. After glimpsing how capital monopolizes enjoyment in modern capitalist society, I will note that one must assume an enjoyment of capital to understand the Lacanian formulations in which exchange-value operates as enjoyment-value, use-value as enjoyment of value and surplus-value as an expression of a surplus-of-enjoyment [plus-de-jouir], defined as the renunciation of enjoyment in the widespread discontent in culture. These formulations will help me to outline the way in which Lacan theorizes both Freud’s sexual economy and sexuality as a principle of the social.

Marx apparaît souvent dans l’enseignement oral et écrit de Lacan. Plusieurs opérateurs théoriques lacaniens, comme le plus-de-jouir ou les quatre discours, présupposent une certaine interprétation de la théorie marxienne. En lisant Le capital et d’autres oeuvres de Marx, Lacan découvre des anticipations de nombreuses notions psychanalytiques fondamentales, parmi lesquelles le signifiant, le sujet, l’objet a, la valeur de vérité du symptôme et la non-existence du métalangage.

La noción de un “goce del capital”, por el que el capital goza de sí mismo y a costa de los sujetos y de todo lo demás, habrá de servirnos, primero, para designarla expresión moderna extrema y dominante del goce fálico de la posesividad y luego para describir lo que está en juego actualmente en el neoliberalismo, el neocolonialismo y el neofascismo. Estas nuevas configuraciones del capitalismo se nos presentarán como formas de agudización progresiva de un mismo goce que ha terminado por adoptar un carácter ecocida y amenazar la subsistencia de la vida sobre la superficie de nuestro planeta. El “goce del capital” será el nombre que daremos a eso que no deja de avanzar desde hace medio milenio al devastarlo todo fuera y dentro de nosotros. Antes de concluir explicando el devastador progreso capitalista por la pulsión de muerte que se colma en el goce del capital, será preciso elucidar el sentido preciso que tiene tal goce cuando lo pensamos con los recursos teóricos legados por las tradiciones marxista y freudiana de crítica de la cultura. Mostraremos cómo algunas ideas aportadas por Jacques Lacan pueden servirnos para entender la función posesiva patriarcal del goce fálico en un surgimiento de la propiedad privada que los propios Karl Marx y Friedrich Engels ya habían situado en el origen del patriarcado. Marx nos ayudará también, desde un principio, a concebir la misma propiedad privada como un retorno pulsional de la propiedad sobre sí misma y como la resultante conversión de la propiedad por el trabajo en una pulsión de propiedad por la propiedad.

El presente artículo expone diez lecciones que la psicología puede recibir del saber p’urhépecha. Cada lección corresponde a un punto ciego de la perspectiva psicológica: el cuerpo y el mundo, la cultura y la naturaleza, la causalidad y la bondad en la enfermedad, lo simbólico y lo subjetivo, la totalidad y lo sobrenatural. Todo esto es lo que la psicología no puede ver, lo que debe ignorar para cumplir sus funciones en el capitalismo, unas funciones ideológicas y disciplinarias que pueden tener efectos desastrosos en la subjetividad.

Se presentan diversas formas en que se concibe la intersubjetividad entre los pueblos originarios del espacio cultural mesoamericano. También se considera cómo estas concepciones pueden servir para orientar el trabajo teórico de la psicología crítica y la praxis de la psicología comunitaria en América Latina. Tras discutirse el concepto de “Mesoamérica”, así como el empleo del término “intersubjetividad” en el contexto mesoamericano, se revisan algunas ideas indígenas precisas sobre lo intersubjetivo en la comunidad, se examinan sus implicaciones políticas, se contraponen a las de la psicología dominante y se asocian con las creencias animistas de pueblos originarios mesoamericanos como los tojolabales, los tzeltales, los mayas yucatecos y los totonacas, así como los nahuas y mayas de la época prehispánica. El animismo es interpretado como una expresión de respeto, diálogo, horizontalidad y humildad entre los popolucas, los nahuas y grupos mayenses.