Resumen En los últimos años se han realizado progresos en el conocimiento de la regulación del desarrollo del esqueleto y del mantenimiento de la masa ósea del adulto por el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides. Se han hecho estudios sobre el efecto de las hormonas tiroideas sobre el osteoblasto, osteoclasto y el condrocito, que han implicado un mejor conocimiento genético y fisiológico de la acción celular de estas hormonas. Recientemente se han propuesto posibles intervenciones de las deiodinasas D2 en la osteoporosis, e incluso se ha señalado la relación entre la densidad mineral ósea, la calidad del hueso y el riesgo de fracturas con las hormonas tiroideas en mujeres postmenopáusicas normales, lo que sugiere un papel de estas hormonas, incluso dentro del rango de la normalidad tiroidea, en estas patologías. Por otro lado, la incidencia del cáncer diferenciado de tiroides, modelo experimental in vivo de la supresión de la hormona tiroidea por la terapia preventiva de recidivas, ha aumentado significativamente. Existen guías clínicas para su manejo, pero es evidente que los posibles efectos secundarios derivados requieren una precisa indicación ajustada al balance riesgo-beneficio de la dosificación de las hormonas tiroideas, prescritas a largo plazo, especialmente en los casos de baja agresividad tumoral, edad avanzada e incluso en pacientes frágiles. Las pacientes con elevado riesgo, deben ser referidas para una densitometría ósea, para considerar el tratamiento de futuras fracturas. La prevención de osteoporosis, en particular en la mujer postmenopáusica, es altamente conveniente y debe incluir dieta adecuada en calcio y suplementación de vitamina D si es necesario. No existe aún un consenso sobre el tratamiento de la osteoporosis en la paciente con cáncer de tiroides y tratamiento supresor, pero los criterios indicados para la osteoporosis postmenopáusica en general parecen aplicables. En los últimos años se han realizado progresos en el conocimiento de la regulación del desarrollo del esqueleto y del mantenimiento de la masa ósea del adulto por el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides. Se han hecho estudios sobre el efecto de las hormonas tiroideas sobre el osteoblasto, osteoclasto y el condrocito, que han implicado un mejor conocimiento genético y fisiológico de la acción celular de estas hormonas. Recientemente se han propuesto posibles intervenciones de las deiodinasas D2 en la osteoporosis, e incluso se ha señalado la relación entre la densidad mineral ósea, la calidad del hueso y el riesgo de fracturas con las hormonas tiroideas en mujeres postmenopáusicas normales, lo que sugiere un papel de estas hormonas, incluso dentro del rango de la normalidad tiroidea, en estas patologías. Por otro lado, la incidencia del cáncer diferenciado de tiroides, modelo experimental in vivo de la supresión de la hormona tiroidea por la terapia preventiva de recidivas, ha aumentado significativamente. Existen guías clínicas para su manejo, pero es evidente que los posibles efectos secundarios derivados requieren una precisa indicación ajustada al balance riesgo-beneficio de la dosificación de las hormonas tiroideas, prescritas a largo plazo, especialmente en los casos de baja agresividad tumoral, edad avanzada e incluso en pacientes frágiles. Las pacientes con elevado riesgo, deben ser referidas para una densitometría ósea, para considerar el tratamiento de futuras fracturas. La prevención de osteoporosis, en particular en la mujer postmenopáusica, es altamente conveniente y debe incluir dieta adecuada en calcio y suplementación de vitamina D si es necesario. No existe aún un consenso sobre el tratamiento de la osteoporosis en la paciente con cáncer de tiroides y tratamiento supresor, pero los criterios indicados para la osteoporosis postmenopáusica en general parecen aplicables. Abstract In recent years, progress has been made in regulating skeletal development and maintenance of bone mass of the adult by the hypothalamus-pituitary-thyroid axis. Studies have been carried out into the effect of thyroid hormones on the osteoblasts, osteoclast and the chondrocyte. This research has led to better genetic knowledge into the physiology of the cellular action of these hormones. Recently, possible D2 deodinase interventions in osteoporosis have been proposed. The link between bone mineral dignity, bone quality and the risk of fractures with thyroid hormones in normal postmenopausal women suggest a role for these hormones, even within the range of normal thyroid, in these diseases. On the other hand, the incidence of differentiated thyroid cancer, experimental in vivo thyroid hormone suppression by therapy, recurrent disease, has increased significantly. There are management guides, but it is clear that the secondary derivatives require a precise balance-adjusted indication, risk-benefit ratio of thyroid hormone dosage, prescribed long term, especially in cases of low tumor aggressiveness, advanced age and even in fragile patients. High risk patients should be referred for a bone densitometry, to consider treating future fractures. Prevention of osteoporosis, particularly in postmenopausal women, is highly desirable and should include adequate diet in calcium and vitamin D supplementation if necessary. There is still no consensus on osteoporosis treatment in the patient with thyroid cancer and suppressive treatment, but the indicated criteria for postmenopausal osteoporosis seem to be applicable in general.