Mónica Patricia Fortich Navarro, Michael Andrés Méndez Torres, Daniel Velásquez, Javier Santander, Angela Niño Chavarro, Carlos M. Duarte, Eric Leiva Ramírez, Orlando Meneses Quintana, Fernando Herrera, Cristhian Martín, Mabel Bonilla, Walter Fernando Pérez Niño, Julián Bonilla, John Fitzgerald Martínez Vargas, Rosalvina Otálora, Luis Alfonso Fajardo, Kenneth Burbano, Yudi Guarín, Francisco Rafael Ostau De Lafond, Rocío Caballero Culma, Mary Luz Tobón, William Guillermo Jiménez, José Rory Forero Salcedo, Óscar Andrés López Cortés, Carolina Rodríguez, and Carlos Alarcón
Para millones de personas en el mundo la pandemia ocasionada por la COVID-19 reduce las opciones a morir de hambre encerrados o adquirir el virus en las calles tratando de llevar algo de dinero a casa. Un porcentaje menor, al cual pertenecemos quienes decidimos hacer parte de este libro, tenemos indudablemente una posición mucho más cómoda y segura que la mayoría. Sin embargo, también afrontamos los riesgos que para la salud genera el aumento de las jornadas producidas por el teletrabajo, al cual, no obstante, agradecemos, porque afortunadamente nos permite seguir ejerciendo nuestra vocación desde nuestros hogares y recibiendo ingresos sin exponer nuestras vidas y las de nuestras familias. Es entonces desde una posición ambivalente que escribimos estas líneas, lo que sin duda es también un lugar inusual. Observamos desde una frontera que divide, no de manera binaria, sino múltiple, un amplio espectro de mundos que nos han permitido redescubrir nuestra vida en el hogar1; pasar más tiempo junto a quienes decimos compartir la vida, lo que es una oportunidad para saber si realmente queremos hacerlo; trabajar de otra manera, lo cual también es una ventaja para quienes pretendemos continuar unos años más en el mundo académico, dada la fuerza con la cual ya nos empujaba el mercado de la educación hacia la virtualización; entre otras transformaciones que apenas imaginamos, se generarán tras la actual crisis. Desde ese lugar complejo y ambiguo observamos la forma como la crisis sanitaria global provoca la expedición de un amplio conjunto de medidas que pretenden contener, o al menos mitigar, la larga lista de consecuencias que sobre todos los ámbitos de la vida tendrá esta pandemia. Las más evidentes de esas medidas restringen de manera inmediata algunas de las libertades civiles básicas y de los derechos sociales, pero otras generarán efectos más amplios y a largo plazo sobre lo que conocemos como sistema jurídico, y que quizás ahora ni siquiera podamos imaginar, efectos que incluso podrán transformar la noción de Estado, sociedad o mercado. Claro, también existe la posibilidad de que nada de eso ocurra, o algo peor, como lo señala uno de los textos reunidos en este volumen, que todo cambie para que todo siga igual. Pero, además de la tarea de anticipación a los efectos que esta situación sui generis generará, nos corresponde reflexionar sobre lo que nos ha conducido a este punto, sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer en lo político para estar tan desprovistos de herramientas adecuadas para enfrentar la crisis que vivimos; y, especialmente, nos corresponde preguntarnos qué hemos hecho tan mal como sociedad para que algo como un virus, que no distingue nacionalidades, razas, géneros, ideologías, clases sociales o creencias religiosas, genere efectos tan asimétricos entre las poblaciones y las personas. Aunque claro, no es en el virus, será en las decisiones políticas que hemos tomado donde realmente debemos buscar las causas. En parte, las decisiones políticas que nos ubican en este punto tienen que ver con lo que Philippe Legrain ha denominado la muerte de la globalización tal y como la conocemos (Legrain, 2020). Para él, el shock económico causado por la epidemia solo ha puesto en evidencia las desventajas de la integración internacional que ocurren simultáneamente con el incremento del miedo a los extranjeros y la legitimación a las restricciones nacionales al mercado y al flujo de personas. Esto puede ser cierto para los países ricos, que podrán justificar más fácilmente el cierre de fronteras a personas y productos provenientes de los países que se consideren como riesgosos por el número de contagios que tengan. Sin embargo, lo más probable es que países como Colombia nuevamente se plegarán ante el poder del mercado y aceptarán las imposiciones de otros países en aras de aumentar su competitividad y la inversión extranjera. Si bien se trata de una pandemia global, los efectos serán asumidos localmente. Más allá de las donaciones que se envíen desde países como China o Alemania, o de las que hagan desinteresados banqueros en Colombia, los costos de esta crisis se asumirán de forma local, y es probable que las asimetrías se profundicen y el tan esperado nuevo orden mundial que acabará con el capitalismo no llegue tras la crisis. Ciertamente aún es prematuro para advertir los cambios que la pandemia provocará en muchos aspectos de nuestras vidas, también es posible que nunca lleguemos a comprender la manera como este episodio, sin antecedentes documentados en nuestra historia, transformará la manera como entendemos y ejercemos nuestras libertades y derechos, por lo cual tendremos que tomar riesgos si queremos pensar colectivamente en ello. Quienes participamos en la escritura de este libro decidimos escribir, a riesgo de equivocarnos, a propósito de las causas y las consecuencias que sobre los derechos, libertades y deberes tendrá la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, ya sea para las personas, empresas, movimientos sociales, estado o cualquier otro estamento sobre el cual se pueda enfocar el análisis. Sabemos que ya abundan las editoriales, columnas, artículos, incluso libros enteros de análisis de las consecuencias que la COVID-19 tendrá sobre el orden político, la movilidad en las ciudades, la economía y miles de aspectos más. Este solo será uno más de esos tantos escritos publicados en medio de esta crisis. Lo cierto es que no sabemos cómo saldremos de esto, y probablemente el derecho y la sociología jurídica revelan parte de su inutilidad ante estas crisis. Haberlo escrito probablemente obedezca más a la necesidad, casi a la compulsión, que tenemos quienes nos dedicamos al trabajo académico de opinar, de escribir, incluso de no quedarnos por fuera del debate. Esto resulta bastante irónico, dado que este confinamiento ha generado la prolongación de nuestras jornadas. Quizás escribir sea una forma de que el alma viaje a donde el cuerpo no puede ir. Los ensayos que hemos reunido en este volumen ofrecen un conjunto amplio y diverso de aproximaciones socio jurídicas a la pandemia, por lo que fue necesario dividirlos en cuatro apartados. El primero “(DES) UBICADOS EN EL CONFINAMIENTO” reúne cuatro capítulos a través de los cuales se ofrece una lectura amplia del contexto en el que se desarrolla la crisis actual. Comenzamos con un ensayo que se apoya en las teorías de género para presentar una mirada sobre las relaciones entre el tema de los roles y estereotipos y su impacto como elementos generadores de violencia en el marco de la contingencia generada por el COVID-19; en él se enfatiza en la condición de mayor vulnerabilidad de las mujeres y de las comunidades LGBTIQ frente a la crisis socioeconómica de la pandemia. El segundo ensayo nos ofrece un análisis de los símbolos y el lenguaje provocado por la crisis, mientras que el tercero ofrece una reflexión por la manera como la tecnología adquiere una dimensión más amplia e indispensable para la realización de las tareas cotidianas y la manera como este nuevo “leviatán tecnológico” genera riesgos para los derechos civiles. La segunda parte se titula GOBIERNO Y POLÍTICAS DE LA VIDA y se dedica a pensar en los efectos políticos que ha generado la crisis en diferentes ámbitos. Este apartado lo abre un ensayo que muestra cómo las decisiones de diferentes instancias de autoridad y las circunstancias que nuestras sociedades han tenido que asumir como respuesta a la pandemia generada por el SARS-CoV-2, ha evidenciado las pocas virtudes y los excesivos vicios de nuestra época y comunidades; no obstante lo cual resulta gratificante el valioso tiempo hoy a nuestra disposición para dedicarnos a hacer reflexiones sobre nuestras actitudes, deberes y responsabilidades ciudadanas, las cuales nos habilitan, o no, para cuestionar a la ciencia o a los gobernantes en sus recomendaciones e imposiciones. El segundo ensayo analiza la forma como la inalcanzada descentralización del país se reedita a través de los desencuentros entre mandatarios locales y gobierno nacional. El tercer ensayo analiza la declaratoria del estado de excepción de emergencia social y ecológica realizada por el Gobierno nacional mediante el Decreto Legislativo 417 de 2020 a la luz de los presupuestos formales y materiales que debe tener en cuenta la Corte Constitucional al realizar el juicio de constitucionalidad de la norma. La tercera parte se titula DERECHOS FUNDAMENTALES EN TIEMPOS DE PANDEMIA y reúne los capítulos que se ocupan de analizar los efectos que ha tenido la COVID-19 sobre los derechos fundamentales y la respuesta que ha dado el gobierno colombiano a través de la legislación de estado de excepción. En el primero de los aquí reunidos se reflexiona sobre los derechos de las personas en situación de discapacidad durante la crisis. Luego, el lector encontrará dos capítulos sobre los efectos de la pandemia en el derecho a la educación, dos más sobre las consecuencias en el trabajo y uno sobre la consulta previa y los derechos de los pueblos indígenas durante la cuarentena. Este apartado lo cierra un ensayo sobre el derecho de acceso a la información en estos tiempos, junto con las implicaciones de entender este derecho en una dimensión distinta en la cual su protección incida en el ejercicio de otros derechos humanos. En ¿HAY LUZ AL FINAL DEL TÚNEL?, el cuarto apartado, el lector encontrará propuestas de salidas ante la crisis desde perspectivas jurídicas. El primero de los ensayos reunidos en este cierre apela a las posibilidades que ofrece el derecho constitucional sancionador para reflexionar a propósito de la ineficacia, ineficiencia, falta de operatividad, impunidad e irresponsabilidad en el ejercicio de la función pública de parte de algunos servidores estatales y particulares en ejercicio de funciones públicas en pleno momento de crisis sanitaria global originada por la pandemia. El segundo capítulo de este apartado propone identificar si debido a la crisis será necesario el diseño de un modelo judicial encaminado a construir mecanismos de reparación para las víctimas de la pandemia de la SARSCoV- 2, dada la ineficiencia estatal en diversos aspectos que ha quedado al descubierto en la gran mayoría de Estados del sistema internacional, las condiciones propias de expansión del virus y su afectación a unos sectores sociales más que a otros. El último capítulo presenta alternativas para las personas usuarias de los consultorios jurídicos que brindan sus servicios gratuitos y que se ven afectadas por causa de la parálisis de la justicia, desde los escenarios que han conformado la red de consultorios jurídicos y centros de conciliación de universidades públicas y privadas en Bogotá.