En una subasta de Sotheby´s del año 2018, una versión en óleo de la obra del artista callejero anónimo que firma con el nombre de Banksy se autotrituró parcialmente en el momento en el que era pujada al mejor postor. En el acto propiciado por Banksy a se ponían en juego asuntos teóricos de gran calado. Por un lado, el aprovechamiento del tópico teórico de la agencia material, en este caso, encarnada en un objeto artístico que “cobró vida” en el momento de la subasta; en segundo lugar, el acto en sí de la autodestrucción de la obra, que entronca, aunque particularizándolo, con los numerosos gestos iconoclastas que durante siglos han estado asociados con el contexto del arte; en tercer lugar, la importancia del fin perseguido por Banksy con esta acción, un fin no exento de aporías, contradicciones y fascinantes paradojas que terminan en la interesante reflexión en torno a la institucionalización y la comercialización de las obras de arte. Todos ellos entroncan con el espíritu con el que nació el arte conceptual. At a Sotheby’s auction in 2018, an oil version of street artist Banksy’s Girl with Balloon partially self-destructed as it was being auctioned off to the highest bidder. The event brought into play important theoretical issues. Firstly, the exploitation of the theoretical cliché of material agency, in this case, embodied in an art object that «came to life» at the moment of the auction; secondly, the act itself of the self-destruction of the work, which connected, albeit in a particularised way, with the many iconoclastic gestures that have been associated with the context of art for centuries; thirdly, the importance of the end pursued by Banksy, an end not exempt from aporias and fascinating paradoxes that ended in the interesting reflection on the institutionalisation and commercialisation of works of art. All of them are connected with the spirit in which conceptual art was born in the sixties.