El presente trabajo pretende ser una nueva contribución y puesta al día sobre una interesante cuestión que ha intrigado a la historiografía durante siglos. Las incógnitas sobre la naturaleza del régimen instaurado por Augusto una vez se hizo con el poder en solitario han atraído la atención de los historiadores desde el siglo XIX (Mommsen, 1876-1888; Puchta, 1882; Kromayer, 1888; Pellham, 1888; Abele, 1891; Gardthausen, 1896; Bonfante, 1902; Betti, 1915; Dessau, 1924; Von Premerstein, 1937, y un largo etc.). Tradicionalmente se ha considerado que la posición imperial estaría constituida por una serie de elementos individuales que, en conjunto, darían unos grandes poderes a su poseedor, sin por ello crear una nueva institución como tal. Entre los principales poderes detentados por Augusto y sus sucesores se han señalado especialmente el imperium, el control de una serie de provincias y la tribunicia potestas. En este trabajo la atención se dirigirá hacia el primero de estos elementos, pues, dentro del amplio tema, un lugar central lo ocupa la definición de las características del imperium del primer princeps. La confusión en los acontecimientos que siguieron al 31 a. C. y las acciones y disposiciones de Augusto no ayudan a clarificar los hechos, siendo extremadamente complicado atribuir intervenciones imperiales a un poder concreto. Mi intención es exponer los acontecimientos que siguieron a la toma del poder en solitario explicando, a través de las distintas percepciones de los principales autores expertos sobre la materia, las interpretaciones dadas a la conformación del imperium de los príncipes. Aunque mi análisis sea profundamente historiográfico, ello no excluye que también se intente aportar una visión particular sobre el tema a tratar, lo que contribuirá a mantener vivo este tema centenario que está lejos de ser concluido., This paper is intended as a new contribution and an update on an interesting question that has intrigued historiography for centuries. Questions about the nature of Augustus’ regime have attracted the attention of historians since the 19th century (Mommsen, 1876-1888; Puchta, 1882; Kromayer, 1888; Pellham, 1888; Abele, 1891; Gardthausen, 1896; Bonfante, 1902; Betti, 1915; Dessau, 1924; Von Premerstein, 1937, and a long etc.). The imperial position has traditionally been considered to have been constituted by a series of individual elements that, if taken together, would have given great powers to its holder without creating a new institution. Among the main powers held by Augustus and his successors, the imperium, the control of a number of provinces, and the tribunicia potestas have been singled out. In this paper, attention will be directed to towards the first of these elements, since, within this broad subject, the definition of the characteristics of the imperium of the first princeps occupies a central place. The confusion in the events after the year 31 BC and the actions and dispositions of Augustus do not help to clarify the facts, so it is therefore extremely difficult to attribute each imperial intervention to a particular power. In the following paper, my intention is to outline the events that followed the seizure of supreme power, explaining, through the different perceptions of the main expert authors on the subject, the interpretations that have been given so far to the shaping of the imperium of the princes. Although my analysis of the subject is deeply historiographic, it does also include a new and particular view that aims to keep this centenarian issue alive, as it is far from being concluded.