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En esta era de la hiperinformación nuestras identidades se amplían en una sobresaturada pantalla de imágenes que articulan de forma evidente nuestro aparecer social como hombres y mujeres. Desde ese desborde infernal de representaciones, paradójicamente, aún quiere continuar perpetuándose moldes “verdaderos” ya travestidos hace mucho: soy hombre, soy adulto, soy heterosexual. Ese molde masculino, supone un ser en sí mismo bastante contradictorio si se observa la diversidad de textualidades de donde proviene y que, particularmente desde el siglo XIX, le dividen irreconciliablemente como homosexual/heterosexual, u homosexual/homófobo (Sedwick 1998). Por ello el cuerpo conformado, esa encarnación de un hombre, es producto de una usurpación en la que el usurpador se camufla como “voluntad propia”, y le hace a uno devenir en esclavo de las representaciones que circulan como legales en la sociedad civil moderna. Ese entendimiento binario demuestra que las ideas de masculinidad que conlleva son un fracaso, pues soportan un odio irreparable por lo femenino, por lo que se hace necesario propiciar espacios para la reflexión sobre la identidad, en los que se permita la aparición de otras formas éticas que entiendan la vida de todos en el marco de una memoria compartida. In this era of hyperinformation, our identities are expanded on a supersaturated screen of images that clearly articulate our social appearance as men and women. Paradoxically, from that infernal overflow of representations, he still wants to continue perpetuating "true" molds that have been transvestites for a long time: I am a man, I am an adult, I am heterosexual. This masculine mold supposes a being in itself quite contradictory if one observes the diversity of textualities from which it comes and that, particularly since the 19th century, they irreconcilably divide as homosexual / heterosexual, or homosexual / homophobic (Sedwick 1998). For this reason, the conformed body, that incarnation of a man, is the product of a usurpation in which the usurper camouflages himself as "his own will", and makes one become a slave to the representations that circulate as legal in modern civil society. This binary understanding shows that the ideas of masculinity that it entails are a failure, since they bear an irreparable hatred for the feminine, for which reason it is necessary to promote spaces for reflection on identity, in which the appearance of other ethical forms is allowed. That they understand everyone's life within the framework of a shared memory.