Greater roadrunners (Geococcyx californianus) are conspicuous and well-recognized members of the southwestern fauna. Conventional wisdom suggests that roadrunners prey heavily upon vertebrates, particularly lizards and snakes, but detailed studies are lacking. We investigated roadrunner diet at a site in southern Texas inhabited by four state-threatened reptiles to better characterize seasonal variation in diet and speculate on the relative impact of these predators on state-threatened species. We examined gizzards from 144 greater roadrunners collected across four seasons (Summer 1997, Spring 1998, Summer 1998, Winter 2002) and enumerated the number of food items for each taxa identified. We compared dietary richness, diversity, evenness, number of food items, and similarity among the four seasons. We also evaluated the relationship between roadrunner body size and diet, and we estimated annual consumption rates for each taxa found in the diet. Roadrunner diet was rich and highly variable, but 95.9% of 6,834 identifiable food items were invertebrates. Overall, grasshoppers and beetles dominated all samples. Total number of food items consumed, particularly weevils, birds, and fruit, increased during the winter sampling period. There was a significant, but weakly predictive, inverse relationship between wing chord length and dietary richness. Our calculations suggested the average roadrunner would minimally consume 34,639 prey items per year on this site. Snake consumption was less common than the popular perception of greater roadrunners would suggest. The consumption of vertebrates seemed to coincide with general abundance or when weather patterns decreased abundance of invertebrates. Consumption of two state-threatened species (Texas horned lizard [Phrynosoma cornutum] and Texas indigo snake [Drymarchon melanurus]) occurred, but not at a level to suggest that greater roadrunners negatively impacted populations of these species. Thus, the diet of this species appears to be driven by availability, and greater roadrunners act as exceptional generalist omnivores. Los correcaminos norteños (Geococcyx californianus) son conspicuos y miembros bien reconocidos de la fauna del suroeste. El conocimiento tradicional sugiere que los correcaminos depredan vertebrados fuertemente, especialmente lagartijas y serpientes, pero se carece de estudios detallados. Investigamos la dieta del correcaminos en un sitio del sur de Texas con presencia de cuatro especies de reptiles catalogados como amenazados a nivel estatal, a fin de caracterizar mejor la variación estacional dietética y evaluar el impacto relativo de estos depredadores sobre estas especies amenazadas. Examinamos las mollejas de 144 correcaminos norteños recolectados durante cuatro estaciones (verano 1997, primavera 1998, verano 1998, invierno 2002) y contabilizamos el número de pedazos de alimento de cada taxón identificado. Comparamos la riqueza de la dieta, su diversidad, uniformidad, número de pedazos de alimento y similitud entre las cuatro estaciones. También evaluamos la relación entre el tamaño corporal del correcaminos y la dieta, y estimamos la tasa de consumo anual para cada taxón encontrado en la dieta. La dieta de los correcaminos fue de alta riqueza y altamente variable, pero el 95.9% de los 6,834 pedazos de alimento identificados fueron invertebrados. En general, los chapulines y escarabajos dominaron todas las muestras. El número total de pedazos de alimento consumido, particularmente gorgojos, aves y frutas, se incrementó durante el periodo de muestreo en invierno. Hubo una significativa, pero poco predictiva, relación inversa entre el largo de la cuerda alar y la riqueza de la dieta. Nuestros cálculos sugieren que un correcaminos consumirá un promedio mínimo de 34,639 pedazos de presas por año en este sitio. El consumo de serpientes fue menos común que la creencia popular. El consumo de vertebrados parece coincidir con su abundancia en general o cuando el clima disminuyo la abundancia de invertebrados. Se notó el consumo de dos especies con clasificación de amenazada al nivel de estado (lagartija cornuda Texana [Phrynosoma cornutum] y culebra arroyera cola negra [Drymarchon melanurus]) pero no a un nivel que sugiera que los correcaminos norteños impactan negativamente las poblaciones de estas especies. Por lo tanto, la dieta de esta especie parece estar guiada por disponibilidad; y los correcaminos norteños actúan como excepcionales omnívoros generalistas. [ABSTRACT FROM AUTHOR]