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Esta tesis doctoral se ha centrado en la aplicación del modelo RUSLE en el espacio agrícola riojano, una metodología empírica para predecir la erosión anual de los suelos (Mg ha-1 año-1) en áreas agrícolas. El algoritmo del modelo RUSLE se basa en el cómputo de cinco factores: erosividad de las precipitaciones (factor R), erodibilidad de los suelos (factor K), longitud e inclinación de la ladera (factor LS), cubierta vegetal (factor C) y prácticas de conservación (factor P); expresados en la siguiente ecuación: A=R*K*LS*C*P. En el primer capítulo se describe brevemente la problemática de la erosión hídrica del suelo en la agricultura mediterránea, se presenta el modelo RUSLE y se anticipan los objetivos de este estudio. En el segundo capítulo se presentan las características fisiográficas, climáticas y la organización espacial del área de estudio. En el tercero se detalla el procedimiento de trabajo en cada uno de los factores que integran el modelo RUSLE. En el cuarto capítulo se determinan la erosividad de las precipitaciones a partir de los registros pluviométricos de 17 estaciones meteorológicas y la erodibilidad de los suelos riojanos en base a 256 muestras de suelo. En el quinto se presentan los resultados del factor topográfico y del factor de cubierta vegetal en los 28 cultivos principales de la región. El sexto analiza las prácticas de conservación de los suelos conforme a la tipología de los campos, los sistemas de laboreo y la dirección en la que se llevan a cabo. En el capítulo séptimo, se exponen los resultados finales del cómputo de las tasas de pérdida de suelos en el espacio agrícola riojano y en el octavo se recogen las conclusiones generales y específicas. El modelo RUSLE ha sido una herramienta eficaz para la consecución de los objetivos de este trabajo y ha facilitado la obtención de una gran base de datos que podrá ser aprovechada en el futuro por nuevos estudios de carácter más local o de cara a la ordenación y a la gestión del espacio agrario.

Durante el último siglo se ha producido el total abandono de los bancales de montaña que antiguamente se cultivaban en las zonas de montaña en Cameros Viejo (Sistema Ibérico riojano). Desde la perspectiva medioambiental, la consecuencia más evidente es la recolonización vegetal condicionada por diversos factores naturales (climáticos, topográficos y litológicos) y otros relacionados con las intervenciones humanas (reforestación, ganadería). En esta investigación, los objetivos son: (1) realizar un mapa de vegetación con un alto nivel de detalle (resolución 1 metro/píxel) en una pequeña cuenca de Cameros (S. Ibérico) mediante la base de ortofotografías infrarrojas y mapas temáticos complementarios y, (2) analizar la distribución actual de la vegetación en 50 años tras el abandono de antiguas terrazas de cultivo. Al analizar el mapa de vegetación obtenido se ha observado el predominio de los estratos herbáceo y matorral con un 64% de la superficie total (primeros estadios de la sucesión vegetal), mayor presencia de las especies herbáceas en las zonas más altas y los estratos arbustivos generan manchas homogéneos más amplias, lo que es más característico de una expansión progresiva (316-371 zonas/ha), por el contrario las herbáceas aparecen relativamente fragmentadas (629 zonas/ha). Proyecto INDICA (CGL2011-27753_C02-01 y 02) financiado por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación.

Hablar del paisaje de La Rioja Alta es hablar del paisaje del viñedo. Aunque por extensión siempre ha ocupado un segundo lugar tras el cereal (21.115 hectáreas de vid frente a 38.020 de herbáceas en 2010), su impronta en el patrimonio histórico y socioeconómico de la comarca lo avalan como símbolo de identidad cultural y piedra angular de su espacio agrario.