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Constituye este libro de Francisco Henares Díaz [1] una decisiva aportación a la historia del periodismo religioso en general pero sobre todo una contribución al conocimiento del patrimonio cultural y social de la Región de Murcia a lo largo de todo un siglo, porque lo que se explica en este voluminoso ensayo no solo es la historia de una revista, Espigas y Azucenas-Iglesia Hoy, sino lo que esa publicación significó para el entorno cultural, social y religioso de la Región a lo largo de esos años. No se trata desde luego de una valoración general y superficial, sino de un penetrante trabajo de examen y análisis de todo lo que en esa revista apareció impreso a lo largo de tantos años con identificación precisa y detallada de todos los que la hicieron posible y valoración detenida de cada una de sus aportaciones al conjunto común, al monumento que finalmente constituye esta revista en el ámbito de la difusión de la vida religiosa en un entorno geográfico concreto, el de la seráfica provincia de Cartagena y el de la Región de Murcia.

Antaño, me cupo la suerte de poder visitar en dos ocasiones el entrañable recinto del recoleto conventico de San Ginés. La primera vez, hacia 1958, fue una excursión de la Comunidad franciscana de Cartagena, bajo la guía del Sr. Cañavate, Cronista de Cartagena. Arribamos a bordo del “farwesteño” trenillo Cartagena-Los Blancos. Cadenas y grueso candado cerraban la iglesia. Al convento se accedía por la vivienda y, en la planta superior, aún brillaban en los zócalos unos chillones azulejos sobre escenas del Quijote, colocados por un antiguo propietario, dizque un culto general del ejército. Este debió de ser un beneficiario de la Desamortización, mediante la canallesca subasta que refrendaría el “inmenso latrocinio” decimonónico. Poco quedaba de su primitivo estado, tras sufrir los duros avatares de los años fatídicos 1835-36, amén de los de 1936-39. Desde el huerto nos adentramos por veredas entre cañares, que conducían al mar. En lontananza se contemplaba La Manga, bañada por oleaje del Mar Mayor.

Ernesto Cardenal nació en Granada (Nicaragua) en 1925, y murió en Managua el año 2020. El monasterio trapense de Getsemani (Kentucky) albergó a E. Cardenal durante el noviciado de éste, y goza de importancia en Norteamérica, sin duda por razones religiosas, pero también por vocaciones muy variadas, por industrias que allí se elaboran, y por haber morado en él personas importantes. Una de ellas el monje Thomas Merton, quien ahí es nombrado constantemente.