With the purpose of reinforcing and consolidating its institutional structures, the Catholic Church undertook from the middle of the 19th century a set of measures aimed at centralizing and making effective the hierarchical authority over the clergy and Catholics. The one that sought an adaptation of the ecclesiastical structure to the administrative one of the States and a greater efficiency in the ecclesiastical government over the territories stood out. In keeping with these Vatican directives, in the mid-1930s the Argentine Church reformed its territorial and administrative organization with the creation of new dioceses and the elevation of some of those already present to archdioceses. Although there is a widespread consensus that this process was far from simple, automatic or homogeneous, this did not necessarily translate into studies that deepened its reconstruction within the different diocesan jurisdictions. In this sense, in the present work we propose to analyze, from a reduced scale, the implementation of strategies aimed at materializing the presence of hierarchies over new territories and imposing their authority on the clergy who were subordinate to them. We then focus our analysis on the maneuvers carried out by the first bishop of the Rio Cuarto diocese, Monsignor Leopoldo Buteler, in particular those aimed at diluting, absorbing and / or replacing the ties that had traditionally united the Franciscan order with the local elite, also giving an account of the different types of resistance tested against the advance of the bishopric and how both were closely linked to political life., Con el propósito de reforzar y consolidar sus estructuras institucionales, la Iglesia católica emprendió desde mediados del siglo XIX un conjunto de medidas tendientes a centralizar y efectivizar la autoridad jerárquica sobre el clero y los católicos. Se destacó aquella que buscaba una adecuación de la estructura eclesiástica a la administrativa de los Estados y una mayor eficacia en el gobierno eclesiástico sobre los territorios. En consonancia con estas directivas vaticanas, a mediados de la década de 1930 la Iglesia argentina reformó su organización territorial y administrativa con la creación de nuevas diócesis y la elevación de algunas de las ya presentes a arquidiócesis. Aunque existe un amplio consenso en torno al carácter complejo y multimensional de estos procesos, no necesariamente ha implicado una proporcional proliferación de estudios que profundicen en su reconstrucción dentro de las distintas jurisdicciones diocesanas. En este sentido, en el presente trabajo nos proponemos analizar, desde una escala reducida, la implementación de estrategias tendientes a materializar la presencia de las jerarquías sobre los noveles territorios e imponer su autoridad al clero que le estaba subordinado. Centramos entonces nuestro análisis en las maniobras realizadas por el primer obispo de la diócesis de Río Cuarto, monseñor Leopoldo Buteler, en particular aquellas destinadas a diluir, absorber y/o reemplazar los lazos que tradicionalmente habían unido a la orden franciscana con la elite local, dando cuenta también de los distintos tipos de resistencias ensayados frente al avance del obispado y de cómo ambos se encontraron en estrecha vinculación con la vida política.