Las tortugas en peligro de extinción constituyen uno de los grupos de vertebrados tetrápodos1 más amenazados por la caza indiscriminada para el consumo humano, la comercialización de sus huevos, concha, y el comercio de mascotas. En este orden de ideas, entidades públicas como el DAGMA y la Policía Ambiental, son instituciones encargadas de regular el tráfico de esta especie de reptiles. Pero aun así, cuando son rescatadas, se encuentran con diferentes traumas que impiden ser devueltas a su entorno natural. Por esto, fundaciones que prestan el servicio de cuidado animal y parques con colección de especies de la fauna silvestre en cautiverio, son el siguiente conector fundamental para la recuperación de estas. Sin embargo, aunque llegan a unidades de cuidado veterinario, aun no existen condiciones óptimas para el alojamiento de las tortugas diagnosticadas con diferentes traumas (fracturas y heridas infectadas) que son causadas por maltrato físico, dietas alimenticias mal asignadas o desnutrición. Todo lo anterior, se agrava cuando las condiciones climáticas no son las indicadas (28°C) para su recuperación, y los elementos en los que pasan su etapa de cuarentena son inadecuados e insuficientes para sus necesidades metabólicas. De acuerdo con lo anterior, en el Zoológico de Cali, podemos encontrar 5 especies de tortugas continentales. Esta institución recibe las especies que se pueden recuperar y después pasar a exposición dentro del zoológico, de esta forma, cerrar el ciclo de vulnerabilidad y brindarles la mejor calidad de vida ya que no pueden volver a su vida silvestre.