Los caballos presentan con frecuencia diversos cuadros clínicos asociados a uno o más tipos de hipersensibilidad. De éstos, el más común es el causado por la mordedura o picadura de insectos principalmente por Culicoides. El desencadenante de la enfermedad es una alteración del equilibrio inmunológico provocada por componentes alergénicos contenidos en la glándula salival de estos insectos, capaces de generar una respuesta de hipersensibilidad mediada por IgE. La enfermedad se caracteriza por prurito y afecciones dérmicas consecuencia del rascado. Es una enfermedad de presentación estacional (primavera-verano). Para el tratamiento se proponen una gran variedad de posibilidades pero con resultados variables. Se realizaron 17 encuestas a propietarios de caballos con hipersensibilidad a insectos diagnosticada clínicamente, en la región de Sevilla. En ellas se recogieron tanto datos generales del caballo y dermatológicos como de tratamientos aplicados. Los resultados indicaron que 4 de los 17 caballos tenían algunos de los progenitores con signos de IBH. La mayoría suele mantenerse en cuadras (76%). Los síntomas comenzaron entre los 2 y los 4 años, siendo la primavera la época de inicio más frecuente (56%). En cuanto a los signos al comienzo, se vieron prurito y alopecias (ambos en el 100%), lesiones en piel (88%) y nerviosismo (58%). La enfermedad tiene presentación intermitentemente en el 71% de los casos, en estos se observaron los siguientes signos: el 100% mostraba prurito (59% padecía un prurito leve y un 41% grave), el 28% presentaba dolor, todos salvo uno mostraba alopecia, un 65% escamas, un 71% costras, un 24% hipopigmentación e hiperpigmentación y solo uno de los encuestados mostraba hiperqueratosis y liquenificación (6%). En cuanto a la localización de las lesiones, se vieron en cola (88%), en crinera (71%), en grupa (53%), en cruz (30%) y un en dorso (24%). Respecto a los tratamientos, se usaron champús (35%), repelentes (47%), medidas para protección frente a insectos (18%) y corticoides (18%); tan solo un 59% obtuvo resultados positivos al tratamiento. El análisis de Chi cuadrado indicó que los caballos dedicados a la monta y/o a la reproducción suelen presentar la enfermedad antes que los dedicados a otros usos, en primavera; aquellos que viven en cuadra también suelen presentar la enfermedad antes (primavera) y, además, tienen una mayor tendencia a sufrir lesiones en cola y una menor a sufrir hipopigmentación; los que viven en campo sufren un prurito más grave y mayor incidencia de escamas, costras y de lesiones en el dorso; de los que están sometidos a control insectos, solo algunos (7%) evitan 3 la aparición de lesiones en cola; aquellos que sufren de otra enfermedad concomitante tienen una mayor probabilidad de presentar la enfermedad de forma continua. Por último, se observó que solo el uso de champús mejoró los síntomas clínicos.