Es habitual que los ataques de dolor en la migrana se acompanen de sintomas vegetativos, pero tampoco es infrecuente que asocien sintomas autonomicos que nos obligaran a hacer un diagnostico diferencial con las cefaleas trigeminoautonomicas. Recientemente, un grupo espanol ha propuesto una escala para valorar y cuantificar los sintomas autonomicos que acompanan la migrana [1]. Mujer de 58 anos, con antecedentes personales de hipertension arterial e hiperlipidemia familiar, asi como antiguo tabaquismo. Presentaba desde su juventud episodios infrecuentes (entre dos y tres al mes), consistentes en una cefalea periocular, generalmente lateralizada hacia la izquierda, de caracter pulsatil, de moderada-gran intensidad, y acompanada de fotofobia y sonofobia. Como desencadenante destacaba el ejercicio fisico. La mayoria de los ataques, en especial los de mayor intensidad, se asociaban a edema palpebral y lagrimeo, en ambos casos bilaterales y, sobre todo, a una especialmente llamativa congestion nasal. Sin tratamiento, la duracion tanto de dolor como de los sintomas acompanantes podia ser hasta de 72 horas. La respuesta a analgesicos o antiinflamatorios era escasa y, en cambio, el uso de sumatriptan conseguia resolver el cuadro en unas dos horas en la mayoria de los ataques. La paciente, que desempena un trabajo cara al publico, se ausentaba de el en los ataques mas prolongados, sobre todo debido a la aparatosidad de la tumefaccion nasal. Meses antes de acudir a la consulta sufrio una cardiopatia isquemica con infarto inferior por oclusion trombotica de la arteria coronaria derecha revascularizada con stent convencional. Fue remitida a neurologia buscando una alternativa al tratamiento sintomatico con triptanes, contraindicados tras la cardiopatia isquemica. Al ser atendida por primera vez por nosotros, sufria unos dos ataques mensuales como los descritos, si bien prolongados e invalidantes por la escasa respuesta a antiinflamatorios. El uso de bisoprolol en el contexto de su tratamiento cardiologico no habia reducido esa frecuencia. Las exploraciones neurologica y otorrinolaringologica basales fueron rigurosamente normales. Un estudio de resonancia magnetica cerebral no mostro alteracion alguna. Propusimos como tratamiento preventivo la administracion de topiramato en dosis bajas (50 mg/dia en toma unica nocturna), lo que dio lugar a una importante disminucion del numero de ataques de migrana, incluyendo una menor intensidad en los que se producian. Los sintomas autonomicos craneales descritos en los criterios diagnosticos de la migrana son lagrimeo, inyeccion conjuntival, edema palpebral, pletora aural y congestion nasal [1]. La prevalencia de estos sintomas oscila entre el 27-37% en estudios de base poblacional y alcanza hasta un 50% en registros de consultas de neurologia [1-3]. En cuanto a sintomas autonomicos nasales, se describen en el 20% de pacientes con migrana cronica, principalmente rinorrea y congestion nasal con intensidad leve [1]. Los sintomas autonomicos asociados a la migrana tienen unas caracteristicas especiales. A diferencia de lo descrito en las cefaleas trigeminoautonomicas, aparecen generalmente de forma bilateral y son menos intensos. Finalmente, no se relacionan con la localizacion del dolor y su aparicion es menos constante [4]. En las series publicadas hasta el momento, se senala que los sintomas autonomicos se producen con mayor frecuencia en ataques de migrana de mayor intensidad [5,6] y duracion [3], asi como en las migranas de larga evolucion [3]. Nuestro caso presenta estas mismas caracteristicas. Analizamos brevemente, buscando la explicacion etiopatogena de la presencia de sintomas autonomicos en la migrana, la estructura del sistema nervioso autonomo en el craneo. El ganglio esfenopalatino es el ganglio parasimpatico extracraneal de mayor tamano, que recibe a su vez fibras sensitivas y simpaticas sin que estas realicen sinapsis en el. En cuanto a las fibras parasimpaticas, las que tienen su origen en el nucleo salivatorio superior de la protuberancia inervan las arterias extra/intracraneales, la glandula lagrimal, la mucosa nasal, la conjuntiva y el musculo de Muller, mientras que las originadas en el plexo carotideo inervan la glandula lagrimal y nasal, y la mucosa palatina. El reflejo trigeminoautonomico parasimpatico esta constituido por conexiones en el tronco del encefalo entre las aferencias trigeminales y las eferencias parasimpaticas vehiculadas por el nervio facial que realizan sinapsis en el ganglio esfenopalatino [7]. Centrandonos en la aparicion de los sintomas autonomicos en un ataque de migrana, el primer paso seria la activacion del sistema trigemino vascular, tras un estimulo nociceptivo sobre las terminaciones nerviosas del nervio trigemino. Esta informacion nociceptiva viaja hasta el nucleo salivatorio superior, el que estimula la liberacion de neurotransmisores como el peptido relacionado con el gen de la calcitonina y el oxido nitrico. Por otra parte, la via eferente del reflejo produce la liberacion del peptido intestinal vasoactivo [5]. Todo ello produce una dilatacion de los vasos intracraneales, una extravasacion de las proteinas del plasma y una liberacion local de moleculas inflamatorias, que activan los nociceptores de las meninges [7]. El sistema parasimpatico contiene y libera un gran numero de transmisores y sustancias neuromoduladoras, como la acetilcolina, y varios peptidos, como la histidina-metionina, polipeptido activador de la adenilato ciclasa hipofisaria, peptidos intestinales vasoactivos que contribuyen a regular el tono del lecho cerebrovascular y la hemodinamica cerebral. Su activacion y, por tanto, la liberacion de los neurotransmisores y peptidos previamente mencionados favorecen la vasodilatacion y la inflamacion leptomeningea que, al menos en parte, son responsables de algunos sintomas, como el lagrimeo, el enrojecimiento conjuntival, la rinorrea y la congestion nasal [5]. Aunque la causa de la persistencia del dolor en la migrana es desconocida, se piensa que las vias del dolor se hipersensibilizan debido a los episodios repetidos de activacion de las dos vias, la sensorial y la parasimpatica, correspondientes al reflejo trigeminoautonomico [8]; ello explicaria la presencia de sintomas autonomicos, sobre todo en los ataques prolongados de migrana. Por otra parte, la sobreactivacion del reflejo trigeminal produce el reclutamiento de los receptores perifericos neurovasculares (5-HT1B/1D), diana en el tratamiento sintomatico de la migrana. Este hecho podria explicar la buena respuesta al tratamiento con triptanes de los ataques con sintomas autonomicos [9], como observamos en nuestra paciente. En nuestro caso, los sintomas autonomicos mas llamativos se producen en la nariz. Recientemente se han observado en pacientes migranosos hiperemia de la mucosa nasal, hipertrofia del cornete inferior y aumento de resistencia de la mucosa nasal [10]. Debemos, pues, tomar en consideracion la frecuencia de sintomas autonomicos acompanando a la migrana, en ocasiones de forma tan aparatosa e invalidante como ocurrio en esta descripcion clinica. Suele ser conveniente realizar el diagnostico diferencial con las cefaleas trigeminoautonomicas; las caracteristicas del dolor y la bilateralidad habitual de estos sintomas cuando acompanan a la migrana nos ayudan en esta tarea.