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EpiCollect5es una base de datos (BDD) que permite la toma de los mismo de forma versátil. Consta de dos elementos: uno en el que se diseña la BDD desde cualquier navegador y una app multiplataforma gracias a la cual se toman los datos utilizando dispositivos móviles (Aanesen et al. 2009).El tipo de datos que se puede tomar es muy variado (notas de audio, vídeo, fotografías, alfanuméricos, numéricos, …) lo que la convierte en una magnífica herramienta para proyectos de ciencia abierta (Heigl, Zaller 2014), ApS, o, como en nuestro caso, aprendizaje colaborativo. Esta herramienta ha sido implementada dentro del workshop de prospección del Máster Universitario en Arqueología de la Universitat de València.Epicollect5se eligió porque, de manera automática, georreferencia los hallazgos que cada una de las personas que participan en la prospección realiza y, además, permite la elaboración de mapas de calor (fig. 1) en tiempo real, por tipo de hallazgos (Alessandri et al. 2022). EpiCollect5permite al estudiantado interactuar con datos y escenarios del mundo real, haciendo que sus experiencias de aprendizaje sean más relevantes y significativas. Al tomar datos en un entorno real, pueden relacionar los conceptos teóricos aprendidos en las clases teóricas con su aplicación práctica. En resumen,EpiCollect5ofrece un poderoso conjunto de herramientas para el aprendizaje colaborativo, lo que permite al estudiantado y profesorado participar en el proceso de toma de datos, pero también, de manera más destacada, en su análisis e interpretación (Aanesen et al. 2014). Al incorporarepicollect5en entornos educativos que impliquen la toma de datos, el estudiantado desarrolla habilidades esenciales, entre las que se encuentra el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, el diseño y uso de BDD, así como la resolución de problemas a la vez que adquieren un conocimiento comprensivo de lo que supone el diseño y la realización de una prospección arqueológica. Los resultados obtenidos han sido muy interesantes y el estudiantado ha disfrutado con el uso de la herramienta, al mismo tiempo que aprendía a registrar los hallazgos de una prospección arqueológica. Su grado de satisfacción con Epicollect5 es muy elevado.

La ceca de Tirsos se asocia al grupo numismático del noroeste del valle del Ebro, comúnmente conocido como "monedas vasconas" (Villaronga 1993; Beltrán y Velaza 2009). Se desconoce su localización, aunque podría estar situada en las zonas altas de Aragón o de Navarra (TIR K-30, s.v. Tirsos). El área marcada en el mapa es orientativa. Se conocen dos tipos, que siguen un estándar de 10-11 g, para las unidades. El primeroMIB1a (=ACIP1699,CNH262/1) y 1b lleva en el anverso una cabeza masculina barbada, con collar, a derecha. En el reverso lleva un jinete con arma arrojadiza a derecha (García-Bellido 1999: 211-212) y debajo la leyendatiŕsosal aire (MIB1a) o bajo línea (MIB1b = Vives 58/2), con la característica de utilizar alógrafos singulares, entre los que destaca la forma del signos, similar a la deSesars(Estarán y Beltrán 2015: 297). El segundo tipo (MIB2 = Vives 58/1) es muy raro, ya que sólo se conoce una moneda; en anverso lleva una cabeza barbada, con dos delfines, uno delante y otro detrás; no se aprecia si lleva collar y el estilo no corresponde al tipo "vascón". En el reverso se representa un jinete con palma y debajo la leyendatiŕsos. El contexto estilístico de la “cabeza vascona”, en el cual se puede enmarcar el tipoMIB1, sugiere una cronología de la segunda mitad del siglo II a.C. (Villaronga 1993: 314).

Samala es un topónimo celtibérico en nominativo singular (Untermann 1975: 314; Jordán 2007: 824; de Hoz 2017: 134), cuya localización se desconoce. La leyenda, el estilo y la metrología de las monedas, de ca. 9 g de promedio, la vinculan con el grupo de las cecas celtibéricas. Los hallazgos son muy raros, ya que sólo conocemos un moneda hallada en Numancia (Saavedra 1861: 112, nº 19 = Ripollès y Abascal 2000: nº 1587). La producción monetaria fue muy reducida, ya que apenas si se conocen unas pocas decenas de monedas. Sólo acuñó unidades que hemos dividido en dos variantes. Aparentemente son iguales, pero un atento examen de las piezas muestra que existen dos grupos, no muy alejados en el tiempo. En el primero (MIB 1a) la cabeza es redonda, el cuello ancho y lleva manto con fíbula anular; en el segundo (MIB 1b) la cabeza es más pequeña, el cuello es estrecho y lleva collar en vez de manto. También se aprecian diferencias en los reversos, pues en el primer grupo la lanza está casi horizontal, mientras que en el segundo apunta ligeramente hacia el suelo.

Ceca de ubicación desconocida, aunque por la leyenda belaiskom se ha relacionado con las monedas con leyenda kontebakom bel(Konterbia Belaisca = Botorrita, Zaragoza). La leyenda belai - skom, al igual que otras terminadas en -om, ha sido considerada como un adjetivo denominativo, en este caso aplicado a la materia de la moneda, en nominativo de singular masculino o en nominativo-acusativo singular neutro (Villar 1995: 127; Estarán y Beltrán 2015: 291-292). No obstante también existe la propuesta de identificarla como un genitivo del plural, indicador de origen y alusión a los habitantes de la ciudad responsable de su acuñación (de Hoz 2017: 128-129). Se considera una ciudad de los belos (Fatás 1992: 229; DCPH II: 256). Según Villaronga (ACIP p. 349) los hallazgos se concentran entre el Burgo de Osma (Soria) y Cervera del río Alhama (La Rioja). La localización en el mapa es la que se propone en nomisma.org; sólo tiene una finalidad orientativa, ya que la ciudad no está localizada. La producción monetaria se puede agrupar en dos períodos cronológicos, que agrupan seis fases de acuñación. Del primer período se conocen tres tipos (MIB 1-3), fechados entre el 130 y el 100 a.C., y del segunda cinco (MIB 4-8), fechados entre el 100 y el 72 a.C. En el anverso, en el cual no hay leyenda, se representa una cabeza masculina con barba (MIB 1) o sin ella (MIB 2-8) con collar a derecha. Los tipos se distinguen por los símbolos que tienen o por el estilo; el tipo MIB 1 muestra un pez entre dos delfines, el tipo MIB2 dos delfines delante, el tipo MIB 8 un delfín delante y otro detrás; todos los tipos excepto MIB 8) llevan el signo be detrás de la cabeza. En el reverso muestran los diseños habituales, el jinete con lanza para las unidades y el caballo galopando en las mitades. Las similitudes de estilo de las mitades (MIB 3, 5, 7) con determinadas unidades (MIB 2, 4, 6) permite establecer su asociación. La leyenda del reverso, se desarrolla casi siempe en dos líneas, belai - skom (MIB 1-8) o una línea (MIB 9). Las monedas se acuñaron siguiendo un patrón de peso de ca. 9-10 g, que en los últimos tipos acuñados se reduce ligeramente, a ca. 8,5 g. La fecha de acuñación es incierta debido a la ausencia de indicadores sólidos, aunque existe la unanimidad de situarlas entre fines del siglo II y el primer tercio del siglo I a.C. (DCPH 256-257; ACIP p. 350).

Ceca de ubicación desconocida, aunque por estilo y tipología podría englobarse dentro del grupo que empleó cabezas de tipo “vascón”, sin que ello implique una vinculación étnica (Villaronga 1993 y 2009; Beltrán y Velaza 2009: 108, n. 1 y 126). Ha sido estudiada por Villaronga (2009) y Martínez Chico y Amela (2018), quienes dan a conocer un hallazgo en Cigales (Valladolid), y proponen una localización en la cabecera meridional del valle alto del Ebro (Martínez Chico y Amela 2018). El área marcada en el mapa es orientativa. Solo se conoce una emisión de bronces de la segunda mitad del siglo II a.C., formada por unidades y mitades. Olkairun acuñó muy pocas monedas, ya que de momento sólo se conocen dos cuños de anverso y de reverso en las unidades y uno en las mitades. Las unidades (MIB 1 = ACIP 1961, CNH 260/1), que siguieron un estándar de peso de ca. 11 g, llevan en el anverso una cabeza masculina, barbada y con torques, a derecha, y con un delfín delante; en el reverso un jinete con arma arrojadiza, a la derecha, y la leyenda curva olkaiŕun. Las mitades (MIB 2 = ACIP 1962, Vives 60/1) muestran en el anverso una cabeza masculina barbada similar al de las unidades, y en el reverso un caballo encabritado hacia la derecha, con un creciente externo encima y la escueta leyenda on debajo. Mantenemos esta última denominación dentro de esta ceca por la similitud estilística y por considerar que la leyenda on podría estar notando el primer y el último signo del topónimo (Villaronga 2009).

La ciudad se localiza en Cabezo de las Minas (Botorrita, Zaragoza), como lo atestiguan sus menciones en documentos epigráficos hallados en la propia ciudad y la abundancia de monedas con la leyendabel/kontebakom(de Hoz y Michelena 1974: 114; Fatás 1980; Díaz y Medrano 1990: 181-182;DCPHII: 255; M. Beltrán 1976: 71-84; Estarán y Beltrán 2015: 204-205). La ausencia de monedas con leyendabelaiskomen el yacimiento Cabezo de la Minas, sugiere que no existe relación entre ambas ciudades. La producción monetaria se puede agrupar en dos fases. La primera está ausente del tesoro de Azaila, por lo que podría datarse entre el 140 y el 100 a.C., y produjo sólo unidades (MIB1). La segunda está formada por unidades, mitades y cuartos (MIB2-4) con variantes diferenciadas por la dirección del travesaño interior del signote. Las unidades de este grupo están presentes en el tesoro de Azaila (Navascués 1971: nº 403-408), alguna de ellas muestra un elevado desgaste y deterioro, por lo que pudo haberse acuñado un cierto tiempo antes de su ocultación, quizás a principios del siglo I a.C. El patrón de peso de las monedas oscila entre 9,83 y 8,65 g, ajustándose al peso seguido por la mayor parte de las cecas del entorno. Las monedas de Konterbia Belaiska utilizaron los diseños habituales en Celtiberia. Para los anverso de todas las denominaciones se eligió una cabeza masculina, acompañada de la leyendabely un delfín. Los reversos adoptan el jinete con palma primero y con lanza después para las unidades; pero las mitades y los cuartos emplearon el caballo galopando, distinguiéndose sólo mediante los símbolos que aparecen sobre el caballo; la mitad dos puntos entre un creciente y el cuarto tres puntos. La interpretación de los tres puntos como marca del valor tercio (DCPHII: 255-256) entra en contradicción con el peso real de las monedas conocidas, que es de 1,94 g, muy similar al que dio Villaronga (CNHp. 243;ACIP300), por lo que deben considerarse cuartos. En el caso deMIB3 los dos puntos pueden indicar que dos piezas equivalen a una unidad; pero enMIB4, los tres puntos no se pueden interpretar como el número de piezas necesarias para componer una unidad, ya que no funciona, pues estaría referenciando una unidad de 6 g. La leyenda del anverso,bel, corresponde a la abreviatura del epíteto de la ciudadbelaiska; mientras que en el reverso la ciudad se nombra con la leyendakontebakom, para el que se ha propuesto que sea un adjetivo en nominativo-acusativo neutro de singular (Villar 1995: 342) o un genitivo del plural (de Hoz 2017: 192).

Fue una ciudad celtibérica, mencionada por Ptolomeo (2.6.57) y por Apiano (Ib. 48,50). Se propone su localización en La Torre (Calatorao, Zaragoza) (Díaz y Medrano 1989: 93-97; Medrano y Díaz 2000: 271; Fatás 1992: 229) o entre esta ciudad, Riclay y La Almunia de Doña Godina (Beltrán 1995: 106; DCPH II: 286). No existen evidencias para decidir si fue una ciudad adcrita a los belos o a los titos (Fatás 1992:229; Burillo 1998: 160-161), aunque existe preferencia por los belos. La acuñación se inició siguiendo un estándar de ca. 12 g, que posteriormente se reducirá a ca. 9 g, aunque la mitad MIB 4, pesa un poco más de lo esperado. La ordenación que proponemos sigue un criterio de mayor a menor peso y la información que se desprende de su presencia en el tesoro de Azaila (Navascués 1971: 42, nº 17-20); en este tesoro aparecieron cuatro piezas del tipo MIB 3, con un estado de conservación medio o un poco menos, por lo que debieron haber estado un tiempo en circulación; asimismo, la ausencia de los tipos MIB 1-2 sugiere que son anteriores. En consecuencia, el tipo MIB 1 se podría datar durante el tercer cuarto del siglo II a.C. y los restantes tipos en el último cuarto del siglo II y primeros decenios del siglo I a.C. Hemos agrupado la producción en tres fases separadas en el tiempo. El tipo más antiguo corresponde a unidades que en el anverso lleva cabeza masculina con rizos de gancho, sin barba, ni collar, acompañada por dos delfines y el signo n, que corresponde la abreviatura del topónimo que aparece en el reverso (Estarán 2015: 234-235). En el reverso lleva un jinete con lanza y debajo la leyenda nertobis sobre línea, que se interpreta como un topónimo en nominativo singular (Villar 1995: 342; Jordán 2007: 786; de Hoz 2017: 134). Las series más recientes emitieron un mayor volumen de monedas y una de ellas tiene divisores. El tipo 2, una unidad, tiene el anverso y reverso similar al anterior tipo, pero presenta un estilo diferente, ya que en el anverso muestra una cabeza masculina con un peinado de arcos concéntricos, con barbada y con collar, a derecha. El tipo 3, una unidad en bronce, solo difiere del tipo 2 en el peinado, que ahora es de arcos continuos. El anverso del tipo 4, una mitad, difiere de los anteriores en que el signo n se halla entre dos puntos, puntos que se repiten en el reverso flanqueando la palma que aparece sobre un caballo galopando a la derecha y encima de la leyenda nertobi sobre línea (Arroyo 1980: 8-9). Se conoce una prueba de cuño de anverso en bronce del tipo MIB 1, que corresponde a uno de los dos cuños de anverso que utilizó Nertobis para la acuñación de este tipo (Ripollès et al. 2017: 191-195).

La ceca de Karaues se localiza probablemente en Magallón (Zaragoza) (Estarán y Beltrán 2015: 174). Se conoce unaúnica emisiónde unidades datada en la segunda mitad del siglo II a.C., quizás hacia el último tercio de siglo. Se acuñó con un peso medio de 10,82 g. En el anverso se representa una cabeza masculina precedida por un delfín y seguida de la inscripciónkal, para la que la posible relación con asentamientos galos en el valle medio del Ebro no parece apropiada (Estarán 2013: 73); el estilo de grabado de los anversos es muy similar a los tiposMIB3-4, de Burzau yMIB4ade Kalakorikos. En el reverso muestra un jinete con lanza y debajo la inscripciónkarauezsobre línea. El signario es celtibérico (Estarán y Beltrán 2015: 174).

La localización de Sekotias es incierta, aunque se encuentra mencionada repetidas veces en la documentación literaria antigua (una amplia relación en Martínez Caballero 2010: 142-144). Se han propuesto dos emplazamientos, Sigüenza (Guadalajara) y Langa de Duero (Soria), en el conjunto arqueológico Las Quintanas – La Cuesta del Moro. La segunda propuesta, que ya fue defendida por Taracena (1941: 90), es la que más se admite en los últimos tiempos (Jordán 2012: 258; Martínez García 2014; Estarán y Beltrán 2015: 274; Tabernero 2017), aunque no tiene una total unanimidad (Untermann 1975: 299 opta por Sigüenza; Villaronga no se define por ninguna de las dos,ACIPp. 366; Bellon 2021: 215-22, propone el área de Medinaceli). No se conocen hallazgos de monedas de Sekotias procedentes el conjunto arqueológico de Langa de Duero, lo cual no favorece la localización de la ciudad en este emplazamiento, aunque la extrema rareza de las monedas podría explicarlo.

Unambaate | Umanbaate AGUSTÍN DIEZ CASTILLO (UNIVERSITAT DE VALÈNCIA) | Introducción PERE PAU RIPOLLÈS ALEGRE (UNIVERSITAT DE VALÈNCIA) | Ordenación emisiones Ceca de localización desconocida, aunque se ha sugerido la posibilidad de emplazarla en Treviño (Burgos) (Estarán y Beltrán 2015: 310). Por su parte Orduña (2018: 147) identifica la ceca con Ulzama (Navarra), próxima al puerto de montaña Alto de Velate. El área marcada en el mapa es orientativa. Hasta el momento se han identificado dos tipos, datados ambos entre el 150 y el 130 a.C. El primero de ellos presenta dos variantes de unidades broncíneas. Ambos llevan en el anverso una cabeza vascona mirando a la derecha, que delante tiene la inscripciónetaon, y en el reverso ambos llevan un jinete con arma arrojadiza cabalgando hacia la derecha. Se diferencian, sin embargo, en que en el reverso la leyendaunamba-atedelsubtipo a(ACIP1696,CNH261/1, Vives 52/2) está inscrita entre dos líneas horizontales bajo el caballo yen el b(ACIP1697,CNH516/1A) bajo una línea se leeunambaa-te(Velaza 2009, Estarán 2013). El segundo tipo (ACIP1698) es un cuarto de unidad, que lleva en el anverso una cabeza barbada dentro de una corona y en el reverso, también dentro de una corona,medio caballoa derecha con una leyenda en la que sólo se pueden leer las dos primeras letras del topónimo. El signo T de la leyendaunambaatepertenece a un sistema gráfico peculiar y se transcribe normalmente comonom, pero también podría valorarse como una vibrante, según Beltrán y Velaza (2009: 122; Orduña 2018); este signo es muy raro en el signario paleohispánico y su valor fonético es incierto; también fue utilizado en la leyendaontikes. Por lo que respecta a la leyendaetaondel anverso se considera que pudo tener un significado de valor (DCPHII: 387; Beltrán y Velaza 2009: 115, 117).

Kalakorikos Algunos autores la citan como ciudad berona (DCPH II: 221-222); en época sertoriana se la nombra como celtibérica, pero en el siglo Ia.C. Estrabón (3,4,10) la cita en territorio vascón. Poco antes del 27 a.C. obtuvo el estatuto de municipio de cives romani (Plinio, N.H.III, 24), utilizando el latín en sus series monetales (RPC I, 431-451).La producción monetaria se puede agrupar en dos fases. De la primera se conocen tres tipos (MIB 1-3), fechados los tres primeros entreca. 140 y el 120 a.C, y de la segunda sólo un tipo (MIB 4), emitido entre ca. 120 y el 100 a.C. En el anverso, en el cual no llevanleyenda, se representa una cabeza masculina mirando a la derecha que, en el tipo MIB 2 (= ACIP 1790) se ha descrito como de tipovascón y en el tipo MIB 4 (= ACIP 1791, CNH 276/3, Vives 56/4), el peinado, como de arcos concéntricos. Todos los tipos presentan, enel reverso, jinete con lanza mirando también a la derecha, bajo el cual se encuentra, curvada, la inscripción ibérica kalakorikos, símbolocreciente con estrella y, detrás, un delfín vertical. Solo un tipo (MIB 3 = ACIP 1792) representa mitades.La ciudad, ya convertida en municipio acuñó diversas emisiones durante los reinados de Augusto y Tiberio (RPC I, 431-451). En elanverso muestran el retrato del emperador y en el reverso un toro. En dos tipos del comienzo de su producción municipal, el nombre dela ciudad Calagurris Iulia lleva el sobrenombre de Nassica (RPC I, 431-451).

Su localización no es segura, aunque en la actualidad prevalece la idea de que la ciudad de Aratis estuvo localizada en el yacimiento arqueológico El Castejón o El Romeal (Aranda de Moncayo, Zaragoza) (DCPH II: 25; Fatás y Romeo 2021: 108-109). Las excavaciones arqueológicas han permitido establecer el inicio de la ocupación del cerro a finales del siglo VI a.C. y su destrucción durante el período de las Guerras Sertorianas (Fatás y Romeo 2021: 121-128). La producción monetaria de Aratis fue modesta. Se conoce una sola serie monetaria en la que se incluyen unidades (2 tipos, con dos variantes cada uno), mitades (con dos variantes) y tercios, que se acuñaron siguiendo un patrón de ca. 10 g. para las unidades. Los divisores utilizaron puntos para identificar su valor, pero no con el significado romano; así, dos puntos es la marca de las mitades y tres puntos de los tercios (García-Bellido 1999: 208-209). El tipo 1a se caracteriza por el peinado de líneas arqueadas que muestra una cabeza masculina barbada con collar a derecha con un creciente externo delante. Este subtipo, en el reverso lleva jinete con lanza a derecha y encima de la inscripción aratikos sobre línea. La variante 1b, es similar pero tiene una cabeza más estrecha. El reverso presenta características, en todo, similares a las del tipo 1a. El peinado de la variante 2a (ACIP 1806 | CNH 279/2 | Vives 50/2), es de dos niveles de líneas rectas sobre una cabeza también pequeña precedida de un creciente externo y seguida del signo a en la misma posición del tipo MIB 1. El reverso, sin embargo, difiere del tipo anterior por presentar la leyenda aratikos al aire. Es el hecho de llevar la misma leyenda, pero sobre la línea lo que diferencia el tipo 2b (ACIP 1805 | CNH 279/1) del 2a. Las mitades presentan dos variantes, aunque dudamos de la existencia de de MIB 3b, ya que todo parece indicar que se trata de monedas en las que la parte delantera del caballo está mal conservada y no es posible una lectura cierta de la leyenda. La variante 3a (ACIP 1807 | CNH 279/3 | Vives 50/3) muestra, en el anverso, una cabeza masculina con peinado de líneas, mirando a la derecha y dos glóbulos detrás. El reverso presenta un caballo galopando a derecha con rienda suelta al aire, encima dos glóbulos y debajo la leyenda, curva, arati - z. La variante 3b (ACIP 1808 | CNH 280/4) presenta, en el anverso, una cabeza masculina similar a la variante 3a, mirando a la derecha y flanqueada por un creciente externo y dos glóbulos en la misma posición. El reverso presenta un caballo galopando a derecha con rienda suelta al aire bajo dos glóbulos y encima la leyenda ara[ti]. Por lo que respecta a los tercios, el tipo MIB 4, muestran en el anverso una cabeza masculina, mirando a la derecha, flanqueada por un creciente externo y tres glóbulos. El reverso presenta medio Pegaso a derecha con tres puntos enfrente de su belfo sobre la inscripción aratiz. La interpretación de las leyendas es algo dispar, pues aratikos se ha identificado como un adjetivo toponímico en nominativo singular, pero también como plural, y la leyenda aratiz como un topónimo en nominativo o ablativo singular (véase la discusión en Villar 1995: 95-98; Jordán 2007: 765, 781, 791, 824; Estarán y Beltrán 2015: 28; de Hoz 2017: 129-130, 133). La leyenda arati sería una abreviatura de las anterioriores. No existen evidencias seguras que permitan ubicar en el tiempo esta producción, pero una fecha ca. 130-100 es probable.

La ciudad celtibérica se localiza en el cerro Alto del Cuerno (Coruña del Conde, Burgos), en las proximidades del lugar en el que posteriormente se asentó la ciudad de época imperial Clunia (Valdés 2017). Se menciona varias veces en las fuentes clásicas en relación con acontecimientos acaecidos en los años 75, 72 y 56 a.C. (TIR K-30,s.v. Clunia; Valdés 2017: 125-126). La producción monetaria de Kolounioq parece ser tardía, probablemente se acuñó durante el siglo I a.C. Se agrupa en dos fases, de la primera se conocen dos tipos de denarios que debieron acuñarse con poca distanca temporal, ya que los diseños muestran muchas similitudes. Sólo se conoce una pareja de cuños para cada tipo, sin enlazarse entre sí, lo que justifica la rareza de las monedas y el reducido volumen que se emitió. En el anverso muestran una cabeza masculina a la derecha con collar doble (puntos en la franja superior y línea en la inferior. Aunque ambos tipos llevan los signoskoy II (¿baba?), este se coloca sobrekoen la parte posterior de la cabeza (MIB2) o delante de la misma (MIB1). Los reversos de ambos tipos son muy parecidos: jinete con lanza y casco sobre caballo galopando a la derecha encima de la leyendakolouniokusobre línea recta. En el tesoro de Palenzuela aparecieron dos denarios de los tiposMIB1 y 2 (Monteverde 1947: 64-64, fig. 3, 1-2), por lo que ha de datarse en el primer tercio del siglo I a.C. De la segunda fase, ya con caracteres latinos, se han caracterizado dos tipos de unidades (MIB3-4). Ambos adoptaron para el anverso cabeza masculina imberbe flanqueada por un delfín vertical delante y los signosko(MIB3) o II (¿baba?) (MIB4) detrás. La posición de II varía apareciendo de forma horizontal (MIB4a), oblicua (MIB4b) o vertical (MIB4c). Los reversos de los dos tipos de la segunda fase muestran, como en la anterior, un jinete con lanza y casco sobre caballo galopando a la derecha y debajo la leyenda -en caracteres latinos- CLOVNIOQ sobre línea recta. La ausencia de los tiposMIB3 y 4 en los tesoros de la Guerra Sertoriana y la similitud de estilo con las monedas deKonterbia KarbikaySegobriga, justifican una datación compendida entreca. 72-44 a.C., quizás hacia mediados del siglo I a.C. No existe seguridad para vincular las emisiones de kolounioku / Clouniq con determinados acontecimientos históricos. El número de monedas conocidas de cada tipo es reducido, por lo que los pesos medios son provisionales para la mayor parte de los tipos. Los denarios siguen el peso del denario romano, pero algo reducido, en torno a 3,5 g. Las monedas de bronce utilizaron un estándar de peso un poco más elevado de lo que suele ser habitual en las cecas celtibéricas, ya que fue deca. 13,7 y 12,2 g. El número de monedas deMIB5 asegura la veracidad de este estándar que también encontramos en la última emisión de Tamaniu (MIB5). La leyenda de las primera acuñaciones eskolouniokuy en las posteriores se nombra en latín con la forma CLOVNIOQ. Al igual que sucede con otras cecas con topónimo terminado en -u, según Villar (1995: 344-345), la leyenda celtibéricakolouniokupuede considerarse una palabra completa o incompleta y si está incompleta entonces existe la posibilidad de que se haya omitido unamo unas. Tradicionalmente se ha considerado genitivo del plural, con la ausencia de la nasal final-m, teniendo en cuenta que la leyenda latina CLOVNIOQ debe desarrollarse en CLOVNIOQ(VM), con el significado “de los habitantes de Clunia” (DCPHII: 252; Jordán 2007: 770, 773, 825, y 2012: 256; de Hoz 2017: 133). Los tiposMIB1-3 muestran el signokoen anverso, que debe corresponder a la abreviatura del topónimo. Los signos II (¿baba?)no se sabe cómo interpretarlos. En época imperial la ciudad, llamada Clunia, obtuvo el estatuto de municipio a finales del reinado de Augusto o durante el reinado del emperador Tiberio. Estuvo localizada en Alto del Castro (Peñalba de Casto, Burgos) (Palol 1994; Camacho 2014). A nombre de Tiberio acuñó tres emisiones formadas por ases y semis; los primeros emitidos porIIIIviriy los segundos poraediles(RPC452-458;APRH452-458). Clunia fue una ciudad relevante; obtuvo el título de colonia, quizás con el emperador Galba, y fue capital del convento que tuvo su mismo nombre.

La ceca de Sekaiza se localizó en el yacimiento de Poyo de Mara, hasta ca. 153 a.C., y posteriormente se desplazó al yacimiento de Belmonte, permaneciendo en ese lugar hasta mediados del siglo I a.C., quizás fue destruida durante las Guerras Sertorianas (Burillo y Ostalé 1984: 305-309; Gomis 2001: 33; Burillo 2006: 203-240; Asensio 2001: 89). Se ha discutido la posibilidad de que esta ceca y Bilbilis, dada su proximidad, emitieran moneda de manera simultánea (Burillo, Ostalé 1984), aunque Villaronga (1988) propone una jerarquización de sus emisiones que las haría compatibles. Es una de las cecas celtibéricas con mayor volumen de producción y cantidad de hallazgos. La producción monetaria ha sido estudiada por Gomis (2001) quien ha publicado una extensa monografía provista de un detallado estudio de cuños. Las transliteraciones de la leyenda son diversas, sekaisa, sekaiza y sekeiza, de acuerdo con la valoración de algunos signos, aunque la lectura sekeiza es la más aceptada y fue propuesta por primera vez por Rodriguez Ramos (1997, 2001-2002; sobre esta cuestión véase también Beltrán Lloris 2018; Jordán 2019: 291-292, 325).

La leyendatarmeskomalude a una ciudad que no se cita en las fuentes clásicas. Su localización es incierta, aunque siempre se ha situado en el valle medio del río Ebro. Recientemente se ha propuesto ubicarla en Tiermes, sobre la base de los hallazgos monetarios y la nueva lecturatarmeskom, frente a la tradicionalbormeskom(Jordán 2005 y 2008: 122; de Hoz 2017: 90). La producción monetaria de esta ceca ha sido estudiada en un artículo reciente por Illarregui (2016), en el que se discuten todos los aspectos más relevantes. La producción monetaria de Tarmeskom fue modesta y seguramente debió realizarse en dos fases; quizás la segunda fase pudo tener alguna interrupción, pero la similitud de estilo de anverso y reverso de todas ellas sugiere una proximidad en el tiempo. De hecho, la distinción de tipos se basa en la presencia/ausencia de los elementos secundarios del diseño, su disposición en la moneda y en las variaciones gráficas del signota. La leyenda toponímica aparece de tres formas,tarmeskom,tarmeskoytarmes, y se considera un adjetivo en nominativo-acusativo neutro singular (Villar 1995: 345) o un genitivo plural (de Hoz 2017: 128). Las primeras monedas de Tarmekom se acuñaron con un patrón de 13,5 g para las unidades, que poco después se redujo aca. 9-10 g, equiparándose con el resto de cecas celtibéricas de su entorno. La producción monetaria se puede agrupar en dos momentos, el primero (con dos variantes) entre el 150 y el 120 a.C. y el segundo entre el 120 y el 90 a.C. con cuatro tipos (uno de ellos con tres variantes). En el tipo más antiguo, el anverso presenta una cabeza masculina hacia la derecha acompañada de tres delfines. Las dos variantes existentes presentan en el reverso un jinete cabalgando hacia la derecha, portando una palma, y debajo una leyenda que varía, en lavariante 1ase leetarmes, mientras que lavariante 1bse leetarmesko, ambas sobre línea. Eltipo 2, el primero de las acuñaciones recientes, presenta cabeza masculina mirando a la derecha con collar, con un delfín delante y el signotadetrás. En el reverso presenta jinete cabalgando a la derecha. portando una lanza. y debajo la leyendatarmeskom. Eltipo 3, presenta una cabeza masculina mirando a la derecha con collar y un delfín vertical delante combinado con los signosta, detrás de la cabeza;r, debajo de la barbilla ymencima del delfín vertical. Los tres signos aparecen agrupados detrás de la cabeza masculina en las tres variantes del tipoMIB4. Lo más característico deltipo 4aes la presencia de una pareja de rizos de arcos, en el retrato, detrás de la oreja. La única diferencia con eltipo 4bes que mientras éste presenta puntos en las aspas del signota, aquel no los presenta. Eltipo 4ccomparte los puntos del signotay el resto de características del anverso con el tipo 4b. Los tres tipos comparten, en el reverso, la figura de un jinete cabalgando hacia la derecha portando una lanza encima de la leyendatarmeskomsobre línea recta. El último tipo conocido, eltipo 5, presenta en el reverso jinete con lanza sobre la inscripcióntarmeskom. El anverso del tipo 5 presenta cabeza masculina mirando a la derecha con collar y un delfín delante combinado con el signotadelante de la cabeza y los signosrymjuntos detrás. No se tienen evidencias seguras para datar estas monedas. La similitud de estilo de la segunda serie (MIB2-5) con algunos tipos deSekobirikezes el argumento principal para ubicarlas en el tiempo, ya que sus denarios aparecen en la composición de los tesoros fechados muy a finales del siglo II a.C., por lo que seria aceptable una fecha deca. 120-100 a.C. para la emisión de los tiposMIB2-5. En consecuencia, las primeras acuñaciones (MIB1a-b) que se acuñaron con un estándar de peso más elevado serían anteriores y podrían datarseca. 150-120 a.C.

Ceca de ubicación desconocida, aunque por la leyendabelaiskomse ha relacionado con las monedas con leyendakontebakom bel(Konterbia Belaisca = Botorrita, Zaragoza). La leyendabelai - skom, al igual que otras terminadas en -om, ha sido considerada como un adjetivo denominativo, en este caso aplicado a la materia de la moneda, en nominativo de singular masculino o en nominativo-acusativo singular neutro (Villar 1995: 127; Estarán y Beltrán 2015: 291-292). No obstante también existe la propuesta de identificarla como un genitivo del plural, indicador de origen y alusión a los habitantes de la ciudad responsable de su acuñación (de Hoz 2017: 128-129). Se considera una ciudad de los belos (Fatás 1992: 229;DCPHII: 256). Según Villaronga (ACIPp. 349) los hallazgos se concentran entre el Burgo de Osma (Soria) y Cervera del río Alhama (La Rioja). La localización en el mapa es la que se propone en nomisma.org; sólo tiene una finalidad orientativa, ya que la ciudad no está localizada. La producción monetaria se puede agrupar en dos períodos cronológicos, que agrupan seis fases de acuñación. Del primer período se conocen tres tipos (MIB1-3), fechados entre el 130 y el 100 a.C., y del segunda cinco (MIB4-8), fechados entre el 100 y el 72 a.C. En el anverso, en el cual no hay leyenda, se representa una cabeza masculina con barba (MIB1) o sin ella (MIB2-8) con collar a derecha. Los tipos se distinguen por los símbolos que tienen o por el estilo; el tipoMIB1 muestra un pez entre dos delfines, el tipoMIB2 dos delfines delante, el tipoMIB8 un delfín delante y otro detrás; todos los tipos exceptoMIB8) llevan el signobedetrás de la cabeza. En el reverso muestran los diseños habituales, el jinete con lanza para las unidades y el caballo galopando en las mitades. Las similitudes de estilo de las mitades (MIB3, 5, 7) con determinadas unidades (MIB2, 4, 6) permite establecer su asociación. La leyenda del reverso, se desarrolla casi siempe en dos líneas,belai - skom(MIB1-8) o una línea (MIB9). Las monedas se acuñaron siguiendo un patrón de peso deca. 9-10 g, que en los últimos tipos acuñados se reduce ligeramente, aca. 8,5 g. La fecha de acuñación es incierta debido a la ausencia de indicadores sólidos, aunque existe la unanimidad de situarlas entre fines del siglo II y el primer tercio del siglo I a.C. (DCPH256-257;ACIPp. 350). &nbsp

Localizada, con probabilidad, en Tierga (Zaragoza) (Untermann 1974: 288;ACIPp. 283;TIR K-30, s.v. Terkakom). Étnicamente podría pertenecer a los Belos (Burillo 1995: 173; Gozalbes 2009: 151), pero se ha descartado cualquier relación con Turiazu a pesar de la coincidencia de los tres delfines que puede deberse a estar siguiendo influencias semejantes (Gozalbes 2009: 151). Se han identificado, hasta el momento, dos tipos de unidades, según tengan tres o dos delfines rodeando el retrato en el anverso, que se datan ambos entre el 120 y el 80 a.C.El primer tipo(ACIP1519 |CNH229/1 | Vives 48/1), presenta en el anverso una cabeza masculina y tres delfines; en el reverso un jinete con lanza a derecha, que porta casco, y debajo la leyendaterkakom, bajo línea. El segundo tipo consta de tres variantes, según la grafia del signoko. Ambas emisiones se acuñaron siguiendo un estándar de peso deca. 9 g para las unidades. La leyendaterkakomha sido considerada como un adjetivo denominativo, en este caso aplicado a la materia de la moneda, en nominativo de singular masculino o en nominativo-acusativo singular neutro (Villar 1995: 127; Estarán y Beltrán 2015: 291-292). No obstante también existe la propuesta de considerarla un genitivo del plural, como indicador de origen y aludiendo a los habitantes de la ciudad responsable de su acuñación (de Hoz 2017: 128-129). La fecha de acuñación podría establecerse entreca. 120-80 a.C, aunque preferentemente al inicio de esta franja, ya que una pieza de Terkakom, sin saber a qué tipo pertenece, fue identificada en el tesoro de Azaila II, de la que Cabré (1921: 6) señaló “Muy desgastado y además tiene borrada la inscripción ibérica”. La moneda no se conserva (Navascués 1971: 38), pero si la identificación fue correcta, el elevado grado de desgaste sugiere que la pieza estuvo bastante tiempo en circulación lo que apoya una datación del último tercio del siglo II a.C.

Ceca de localización desconocida, aunque se ha sugerido la posibilidad de emplazarla en Treviño (Burgos) (Estarán y Beltrán 2015: 310). Por su parte Orduña (2018: 147) identifica la ceca con Ulzama (Navarra), próxima al puerto de montaña Alto de Velate. El área marcada en el mapa es orientativa. Hasta el momento se han identificado dos tipos, datados ambos entre el 150 y el 130 a.C. El primero de ellos presenta dos variantes de unidades broncíneas. Ambos llevan en el anverso una cabeza vascona mirando a la derecha, que delante tiene la inscripción etaon, y en el reverso ambos llevan un jinete con arma arrojadiza cabalgando hacia la derecha. Se diferencian, sin embargo, en que en el reverso la leyenda unamba-ate del subtipo a (ACIP 1696, CNH 261/1, Vives 52/2) está inscrita entre dos líneas horizontales bajo el caballo y en el b (ACIP 1697, CNH 516/1A) bajo una línea se lee unambaa-te (Velaza 2009, Estarán 2013). El segundo tipo (ACIP 1698) es un cuarto de unidad, que lleva en el anverso una cabeza barbada dentro de una corona y en el reverso, también dentro de una corona, medio caballo a derecha con una leyenda en la que sólo se pueden leer las dos primeras letras del topónimo. El signo T de la leyenda unambaate pertenece a un sistema gráfico peculiar y se transcribe normalmente como n o m, pero también podría valorarse como una vibrante, según Beltrán y Velaza (2009: 122; Orduña 2018); este signo es muy raro en el signario paleohispánico y su valor fonético es incierto; también fue utilizado en la leyenda ontikes. Por lo que respecta a la leyenda etaon del anverso se considera que pudo tener un significado de valor (DCPH II: 387; Beltrán y Velaza 2009: 115, 117).

Fue una ciudad celtibérica, mencionada por Ptolomeo (2.6.57) y por Apiano (Ib. 48,50). Se propone su localización en La Torre (Calatorao, Zaragoza) (Díaz y Medrano 1989: 93-97; Medrano y Díaz 2000: 271; Fatás 1992: 229) o entre esta ciudad, Riclay y La Almunia de Doña Godina (Beltrán 1995: 106;DCPHII: 286). No existen evidencias para decidir si fue una ciudad adcrita a los belos o a los titos (Fatás 1992:229; Burillo 1998: 160-161), aunque existe preferencia por los belos. La acuñación se inició siguiendo un estándar deca. 12 g, que posteriormente se reducirá aca. 9 g, aunque la mitadMIB4, pesa un poco más de lo esperado. La ordenación que proponemos sigue un criterio de mayor a menor peso y la información que se desprende de su presencia en el tesoro de Azaila (Navascués 1971: 42, nº 17-20); en este tesoro aparecieron cuatro piezas del tipoMIB3, con un estado de conservación medio o un poco menos, por lo que debieron haber estado un tiempo en circulación; asimismo, la ausencia de los tiposMIB1-2 sugiere que son anteriores. En consecuencia, el tipoMIB1 se podría datar durante el tercer cuarto del siglo II a.C. y los restantes tipos en el último cuarto del siglo II y primeros decenios del siglo I a.C. Hemos agrupado la producción en tres fases separadas en el tiempo. Eltipo más antiguocorresponde a unidades que en el anverso lleva cabeza masculina con rizos de gancho, sin barba, ni collar, acompañada por dos delfines y el signon, que corresponde la abreviatura del topónimo que aparece en el reverso (Estarán 2015: 234-235). En el reverso lleva un jinete con lanza y debajo la leyendanertobissobre línea, que se interpreta como un topónimo en nominativo singular (Villar 1995: 342; Jordán 2007: 786; de Hoz 2017: 134). Las series más recientes emitieron un mayor volumen de monedas y una de ellas tiene divisores. Eltipo 2, una unidad, tiene el anverso y reverso similar al anterior tipo, pero presenta un estilo diferente, ya que en el anverso muestra una cabeza masculina con un peinado de arcos concéntricos, con barbada y con collar, a derecha. Eltipo 3, una unidad en bronce, solo difiere del tipo 2 en el peinado, que ahora es de arcos continuos. El anverso deltipo 4, una mitad, difiere de los anteriores en que el signonse halla entre dos puntos, puntos que se repiten en el reverso flanqueando la palma que aparece sobre un caballo galopando a la derecha y encima de la leyendanertobisobre línea (Arroyo 1980: 8-9). Se conoce una prueba de cuño de anverso en bronce del tipoMIB1, que corresponde a uno de los dos cuños de anverso que utilizó Nertobis para la acuñación de este tipo (Ripollèset al. 2017: 191-195).

Las monedas con leyendausamuzse han relacionado con el topónimo Uxama, pero se desconoce a cuál de las dos Uxama conocidas corresponde, Uxama Argaela o Uxama Barca, si es que no se refiere a otra Uxama de la que no se tiene constancia (Untermann 1975: 291; Villar 1995: 27-29). Untermann valoró la posibilidad de que fuera Uxama Barca, localizada en el concejo de Osma, en el municipio de Valdegovía (Álava), ya que el símbolokuo círculo vincula estas monedas con otras de cecas situadas en el alto Ebro (Arekorataz, Kaiskata y Oilaunu. En el mapa marcamos esta zona, aunque no hay seguridad. EnDCPH(II: 398) se propone que las emisiones de Usamuz fueron producidas por la misma ciudad que luego emitió con la leyendaarkailikos, pero no hay argumentos que hagan pensar que fueran emisiones de una misma ciudad. La producción monetaria se ha dividido en tres grupos, que sólo acuñaron unidades de bronce con un estándar deca. 8,5-10 g. El primero de ellos (MIB1-3) comprende las acuñaciones de tres momentos distintos, tal y como atestigua la diversidad de estilo de los cuños empleados. Todos los tipos, representan, en el anverso, cabeza masculina con collar a derecha. Difieren, sin embargo, los símbolos y el peinado; los tiposMIB1-4 llevan detrás de la cabeza la leyendaus, que corresponde a la abreviatura del topónimo; elMIB5 lleva el símbolokuo un círculo; los tiposMIB1-2 llevan delante un delfín, los tiposMIB3-4 llevan un arado y el tipoMIB/5 no lleva nada delante. En cuanto al peinado, hay rizos cortos (MIB/1), de arcos circulares (MIB2), de líneas (MIB3), de arcos abiertos (MIB4a-b) y cerrados (MIB5a-b). Excepto en los cuños del tipoMIB1, que presentan una calidad de grabado mediocre, en los restantes tipos la calidad del retrato es mala. En el reverso se representa un jinete con lanza a derecha y caballo galopando sobre la leyendausamuz, bajo línea (MIB1-2), entre dos líneas (MIB3,MIB4b, yMIB5) y al aire curvada (MIB4a); el signozaparece invertido en tres tipos (MIB2,MIB4 yMIB5). La leyenda de reversousamuzestá escrita con signario celtibérico oriental en los tiposMIB1-4, y posteriormente con signario celtibérico occidental, ya que cambia la grafía de la nasal, que ahora es como el signoncon trazo inferior hacia arriba (Estarán y Beltrán 2015: 326). La formausamuzse considera un ablativo singular (Villar 1995: 342; Jordán 762, 766 y 771; Faria 1998: 124); aunque también se mantiene la valoración tradicional de Tovar y Untermann, quienes lo interpretaron como adjetivo del étnico en nominativo plural (Tovar 1949: 15; Untermann 1975: 291; de Hoz 2017: 133). Los hallazgos son muy raros. La única moneda que conocemos es la que publicó Saavedra (1861: 112) procedente de Numancia. La propuesta de datación es incierta, ya que se basa en criterios formales, a partir de la metrología y el estilo de las figuras, que es bastante tosco y sin paralelos evidentes. EnACIP(p. 376) se fechan en la segunda mitad del siglo II a.C. y enDCPH(II: 398) se prefiere finales de este mismo siglo.

Se localiza en Borja (Zaragoza), en los cabezos de 'El Castillo', 'La Corona', 'La Cueva Esquilar' y zonas aledañas del casco urbano de Borja (Serrano et al. 2018). A pesar de no conocerse muchos hallazgos, el área de dispersión es notable (Aguilera 2009: 164). Un ejemplar del tipo MIB 1, bastante gastado apareció en el tesoro de Azaila I, lo que sugiere que algunos tipos se acuñaron en la segunda mitad del siglo II a.C. La ceca ha sido estudiada recientemente por Aguilera (2009), en cuyo trabajo ofrece un recorrido historiográfico y una sistematización de las emisiones. Los seis tipos identificados, hasta el momento, incluyen unidades, mitades y ¿cuartos? de la segunda mitad del siglo II a.C.; su iconografía es poco variada y se enmarca dentro de los tipos más utilizados en la zona: el retrato masculino, el jinete y el caballo. La ordenación que proponemos identifica tres fases, la primera con retrato con cabello de líneas y sin creciente en reverso, la segunda con retrato con cabello de arcos concéntricos y símbolo creciente en reverso; y la tercera, similar a la anterior pero sin creciente. Los pesos medios van reduciéndose progresivamente, desde los ca. 15 g para las unidades del tipo MIB 1, hasta los ca. 10 g del tipo MIB 4. Todas las unidades llevan en anverso una cabeza masculina a derecha entre el signo bu por detrás y un delfín vertical, por delante. Los tres primeros tipos MIB 1-3 (= ACIP 1588 | CNH 241/1 | Vives 53/1 -1-, ACIP 1589 | CNH 241/2 | Vives 53/5 -2a- | Vives 53/5 -2b- y ACIP 1590 | CNH 242/3 | Vives 53/7 -3-) se datan entre el 150 y el 120 a.C. El tipo 1a, que carece de creciente, lleva la lanza algo más inclinada hacia abajo y la leyenda burzau al aire. El reverso del tipo 1b es similar, pero con el signo z, de la leyenda, invertido. La tercera variante de este tipo -1c- presenta la leyenda del 1a, pero sobre línea en esta ocasión. Una cuarta variante -1d- es idéntica a la anterior pero con el signo z invertido como en la 1b. El segundo tipo, una mitad (ACIP 1590 | CNH 242/3 | Vives 53/7) presenta un anverso similar a las unidades, pero en el anverso no hay jinete sólo caballo galopando hacia la derecha sobre el que se inscribe el signo s y en la leyenda el signo z invertido como en el 1b. El tipo 3 lleva en el reverso un jinete con lanza, con un creciente externo encima y caballo galopando a derecha, debajo la inscripción burzau recta sobre línea. La disminución del peso medio así como la proximidad estilística con los tipos MIB 4-6 aconseja situarla en una posición intermedia.

La localización de Sekotias es incierta, aunque se encuentra mencionada repetidas veces en la documentación literaria antigua (una amplia relación en Martínez Caballero 2010: 142-144). Se han propuesto dos emplazamientos, Sigüenza (Guadalajara) y Langa de Duero (Soria), en el conjunto arqueológico Las Quintanas - La Cuesta del Moro. La segunda propuesta, que ya fue defendida por Taracena (1941: 90), es la que más se admite en los últimos tiempos (Jordán 2012: 258; Martínez García 2014; Estarán y Beltrán 2015: 274; Tabernero 2017), aunque no tiene una total unanimidad (Untermann 1975: 299 opta por Sigüenza; Villaronga no se define por ninguna de las dos, ACIP p. 366; Bellon 2021: 215-22, propone el área de Medinaceli). No se conocen hallazgos de monedas de Sekotias procedentes el conjunto arqueológico de Langa de Duero, lo cual no favorece la localización de la ciudad en este emplazamiento, aunque la extrema rareza de las monedas podría explicarlo.

La ceca de Karaues se localiza probablemente en Magallón (Zaragoza) (Estarán y Beltrán 2015: 174). Se conoce una única emisión de unidades datada en la segunda mitad del siglo II a.C., quizás hacia el último tercio de siglo. Se acuñó con un peso medio de 10,82 g. En el anverso se representa una cabeza masculina precedida por un delfín y seguida de la inscripción kal, para la que la posible relación con asentamientos galos en el valle medio del Ebro no parece apropiada (Estarán 2013: 73); el estilo de grabado de los anversos es muy similar a los tipos MIB 3-4, de Burzau y MIB 4a de Kalakorikos. En el reverso muestra un jinete con lanza y debajo la inscripción karauez sobre línea. El signario es celtibérico (Estarán y Beltrán 2015: 174).

Ceca de ubicación desconocida, aunque por estilo y tipología podría englobarse dentro del grupo que empleó cabezas de tipo “vascón”, sin que ello implique una vinculación étnica (Villaronga 1993 y 2009; Beltrán y Velaza 2009: 108, n. 1 y 126). Ha sido estudiada por Villaronga (2009) y Martínez Chico y Amela (2018), quienes dan a conocer un hallazgo en Cigales (Valladolid), y proponen una localización en la cabecera meridional del valle alto del Ebro (Martínez Chico y Amela 2018). El área marcada en el mapa es orientativa. Solo se conoce una emisión de bronces de la segunda mitad del siglo II a.C., formada por unidades y mitades. Olkairun acuñó muy pocas monedas, ya que de momento sólo se conocen dos cuños de anverso y de reverso en las unidades y uno en las mitades. Las unidades (MIB1 =ACIP1961,CNH260/1), que siguieron un estándar de peso deca. 11 g, llevan en el anverso una cabeza masculina, barbada y con torques, a derecha, y con un delfín delante; en el reverso un jinete con arma arrojadiza, a la derecha, y la leyenda curvaolkaiŕun. Las mitades (MIB2 =ACIP1962, Vives 60/1) muestran en el anverso una cabeza masculina barbada similar al de las unidades, y en el reverso un caballo encabritado hacia la derecha, con un creciente externo encima y la escueta leyendaondebajo. Mantenemos esta última denominación dentro de esta ceca por la similitud estilística y por considerar que la leyendaonpodría estar notando el primer y el último signo del topónimo (Villaronga 2009).

The fourth-century B.C. (375-350 B.C.) shipwreck at El Sec is located close to the islet of the same name in northwest Palma Bay on the island of Mallorca in Spain's Balearic Islands. Located at a depth of 33 m (108 ft), the wreck was first discovered in the 1940s. It was in the late 1960s when Spanish archaeologist and cartographer Josep Mascaro Pasarius published a study about an assemblage of Attic black-glazed pottery from the wreck, suggesting that this was the first ancient Greek ship found in Spain. The pottery was recovered by amateurs, fueling an interest in nautical archaeology and underwater heritage protection. In 1970, the foundation of the first Balearic institution sponsored the first archaeological mission at El Sec. Navy divers, who had no training in underwater archaeology, worked from the Spanish navy vessel Poseidon for three days with the aid of explosives to recover 530 artifacts without any record-keeping. The explosives were designed to 'recover' anything that was hidden beneath a layer of bronze lebes (cauldrons), which had formed a concreted mound over time. According to Francesca Pallares (1972), those explosions damaged the archaeological remains and also facilitated looting of the site.

As it was demonstrated in previous campaigns, the first sure evidence of a Use Resource Mode that implies the production of food, linked in our view, in the case of Liébana valley, to itinerant sepherds, are the settlements of the people responsible for the construction of megalithic structures. Several open-air sites associated with megalithic structures have been excavated in Liébana and Polaciones (Cantabria, Spain). The excavation of Peña Oviedo (Camaleño) was a novelty, in 1991, when surveys in the vicinity of these megalithic structures, with the aim of locating evidence of domestic activities were conducted for the first time. The effective location of domestic structures in the core of Peña Oviedo allowed us to argue that the relationship between burial structures and habitat one was common. To date, a sequence of construction of the megalithic structures could be defended that in its first stages was reflected in the oldest monuments of Peña Oviedo, PO-7, PO-1, that would have relations with the oldest recognized monuments in Eastern Cantabria,like Hayas 1, dolmen de Lodos and Pozabal all of them excavated by the professor of the University of Santiago de Compostela María R. Serna González. That first horizon would have its chronological continuity in the chromlech of PO-2 and in La Raíz II, and a final horizon that would include flat retouched arrowheads and that would be reflected in Root III and perhaps in the anthropomorphic representations of Collado de Sejos and San Sebastián de Garabandal.

We assembled genome-wide data from 271 ancient Iberians, of whom 176 are from the largely unsampled period after 2000 BCE, thereby providing a high-resolution time transect of the Iberian Peninsula.We document high genetic substructure between northwestern and southeastern hunter-gatherers before the spread of farming.We reveal sporadic contacts between Iberia and North Africa by ~2500 BCE and, by ~2000 BCE, the replacement of 40% of Iberia's ancestry and nearly 100% of its Y-chromosomes by people with Steppe ancestry.We show that, in the Iron Age, Steppe ancestry had spread not only into Indo-European-speaking regions but also into non-Indo-European-speaking ones, and we reveal that present-day Basques are best described as a typical Iron Age population without the admixture events that later affected the rest of Iberia. Additionally, we document how, beginning at least in the Roman period, the ancestry of the peninsula was transformed by gene flow from North Africa and the eastern Mediterranean.

In the study of pastoral landscapes, ethnoarchaeology can incorporate first-hand information on material features and herding prac- tices and identify the active role of domestic animals in such practices. The Mursi are a present day transhumant agro-pastoralist group, which are specialized in the livestock herding of cattle (Bos indicus). This study examines evidence from this animal behaviour and its needs, which allows us to enrich a particular construction of a herding landscape in contemporary SW Ethiopia. Remote sens- ing techniques are employed to obtain landscape snapshots of the Mursi main pasture area, which are contrasted with fieldwork data. Moreover, recent improvement in digital terrain models permit us to test cattle desire lines with least-cost path (LCP) between settlements and resources, as well as distances from these settlements to various hazards. The context is characterized by high mobility; however, the Mursi settlements and their social reality consider fixed territorial strategic locations around different hydro- logical catchment areas and optimal pastures. Less detectable variables such as those related to diverse dangers also appear as key elements to understand this landscape. Animals, their short and long-distance movements, and their consequences on people help create an identity for the Mursi main pasture area. Cattle reveal itself as a decisive agent in the construction of both place and landscape, challenging the conception of animals as merely passive actors in domestication processes. In the study of pastoral landscapes, ethnoarchaeology can incorporate first-hand information on material features and herding prac- tices and identify the active role of domestic animals in such practices. The Mursi are a present day transhumant agro-pastoralist group, which are specialized in the livestock herding of cattle (Bos indicus). This study examines evidence from this animal behaviour and its needs, which allows us to enrich a particular construction of a herding landscape in contemporary SW Ethiopia. Remote sens- ing techniques are employed to obtain landscape snapshots of the Mursi main pasture area, which are contrasted with fieldwork data. Moreover, recent improvement in digital terrain models permit us to test cattle desire lines with least-cost path (LCP) between settlements and resources, as well as distances from these settlements to various hazards. The context is characterized by high mobility; however, the Mursi settlements and their social reality consider fixed territorial strategic locations around different hydro- logical catchment areas and optimal pastures. Less detectable variables such as those related to diverse dangers also appear as key elements to understand this landscape. Animals, their short and long-distance movements, and their consequences on people help create an identity for the Mursi main pasture area. Cattle reveal itself as a decisive agent in the construction of both place and landscape, challenging the conception of animals as merely passive actors in domestication processes.

Cocina Cave fue excavada por primera vez por Llu s Pericot durante la década de 1940 del siglo XX. Debido a la metodología arqueológica seguida en ese momento, pueden surgir algunos problemas en aras de la precisión necesaria de hoy. Los objetivos principales del equipo de la Universidad de Valencia que trabaja actualmente en el sitio no son solo proporcionar una excavación más detallada dentro del marco estratigráfico reciente, pero también para comprender mejor cómo los procesos humanos y tafonómicos se reflejan en las excavaciones antiguas. Mediante el uso de nuevas metodologías, como la reconstrucción virtual en 3D, hemos podido descubrir cómo se implementan algunos procesos naturales a través del depósito excavado por Pericot. Al observar la distribución XYZ de diferentes tipos de caracoles -algunos de los cuales pertenecen a hábitats de agua dulce y otros a hábitats terrestres- a través del registro estratigráfico, hemos podido identificar episodios de inundación que afectan la estratigrafía del sitio. El siguiente paso lógico es proceder a la distribución XYZ del material arqueológico (principalmente, industria lítica). En esta comunicación nos gustaría presentar los resultados de la comparación entre los procesos de deposición natural antes mencionados y las tasas de deposición humana, todo esto dentro de un marco cronológico refinado a través de un enfoque bayesiano. Esta comparación se implementará no solo desde un punto de vista XY, sino también desde un punto de vista Z. Se implementarán estadísticas analíticas para comprender mejor el registro. Nuestro objetivo es descubrir qué influencia (o cuánta) han tenido los procesos naturales en la construcción del conjunto arqueológico. Además, uno de nuestros principales objetivos es ver cómo se comportan las tasas de ocupación humana con respecto a la comprensión de nuestro registro arqueológico, para que podamos verificar si es posible una diferenciación de unidades estratigrágicas más precisa y, por lo tanto, una mejor comprensión de la dinámica de la cueva. Cocina Cave was excavated for the rst time by Llu s Pericot during the 1940s of the XX century. Due to the archaeological methodology followed at the time, some problems may arise for the sake of today's needed accuracy. The main goals of the team of the University of Valencia currently working at the site are not just providing a more detailed stratigraphic frame, but also to better understand how human and taphonomic processes are reflected in old excavations. By using some new methodologies, such as virtual 3D reconstruction, we have been able to figure out how some natural processes are deployed through Pericot's deposit. By observing the XYZ distribution of di erent types of snails {some of which belong to fresh-water habitats and others to terrestrial habitats{ through the stratigraphic record we have been able to identify flood episodes a ffecting the stratigraphy of the site. A logical next step is to proceed to the XYZ distribution of anthropological material (i.e. lithic industry). In this present communication we would like to present the results of the comparison between the afore mentioned natural deposition processes and human deposition rates, all this embedded into a chronological framework refi ned through a bayesian approach. This comparison will be deployed not only from an XY point of view, but also from a Z point of view. Analytical statistics will be implemented in order to better understand the record. Our goal is to fi nd out what (or how much) influence have natural processes had in the construction of the archaeological assemblage. Also, one of our main objectives is seeing how human distribution rates behave regarding the understanding of our archaeological record, so that we can check if a more accurate layer discrimination -and, therefore, a better understanding of the dynamics of the cave- is possible.

In the last decades, approaches dealing with demographic assessments based on archaeological data have experienced enormous popularity. One reason for this is certainly that almost all aspects of past societies, which are archaeologically interesting, are re- lated to the question of the size of these societies. A variety of different methods have developed in this course. These include the number of sites per time period and relative site density, size of sites, density of artefacts, 14C data, paleoanthropological or paleo- botanical methods as well as oral and written history. While most investigations rely on only one of the methods, linking of different proxies is the only way to check their validity and to calibrate the proxies because of the lack of ground truth. What knowledge can be gained from combining different methods? Which approaches have proven their worth, and which ones confirm each other? Have we developed methods of correlating the individual proxies with each other that go beyond observing correlation or forming mean values? How can we correlate proxies with different temporal resolution? In this introductory paper we will give a short introduction to the session and present a brief overview of recent developments in approaches to demography and population dynamics. In the last decades, approaches dealing with demographic assessments based on archaeological data have experienced enormous popularity. One reason for this is certainly that almost all aspects of past societies, which are archaeologically interesting, are re- lated to the question of the size of these societies. A variety of different methods have developed in this course. These include the number of sites per time period and relative site density, size of sites, density of artefacts, 14C data, paleoanthropological or paleo- botanical methods as well as oral and written history. While most investigations rely on only one of the methods, linking of different proxies is the only way to check their validity and to calibrate the proxies because of the lack of ground truth. What knowledge can be gained from combining different methods? Which approaches have proven their worth, and which ones confirm each other? Have we developed methods of correlating the individual proxies with each other that go beyond observing correlation or forming mean values? How can we correlate proxies with different temporal resolution? In this introductory paper we will give a short introduction to the session and present a brief overview of recent developments in approaches to demography and population dynamics.

The project of study of earthen structures known as geoglyphs led by the universities of Valencia (Spain) and the Federal University of Acre (Rio Branco, Brazil) has different objectives but the main one, beyond, the study of the structures is the implementation of plans that allow the necessary protection of these monuments having an impact on local communities. The project pretends to move away from interventions that could be labeled as ‘neocolonialist’ and contribute to the development of archaeological activity in the state of Acre. For this, it has the collaboration of the Acrean delegation of the Instituto de Patrimonio Histórico Artístico (IPHAN), la fundación Elías Mansur de Cultura e Comunicação and institutions of great social relevance as the In- stituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBIO) and the Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuària (EMBRAPA). The study of the geoglyphs, paradoxically, has been possible due to the deforestation of the Amazon rainforest with absolute con- tempt of the local communities, both indigenous and rubber workers (serengueiros). The sustainable development of these com- munities implies a management of the extractive reserves, mainly of the Chico Mendes one, and to that sustainable development it intends to contribute the integral study of the earthen structures known as geogplyphs. The extraordinary dimension of the phe- nomenon, more than 500 structures in the state of Acre (more than 150000 km2 of mainly forested surface) makes its conserva- tion very complicated if local communities are not involved. From the archaeological point of view, the necessary excavations have to weigh the sustainability of the project and plan activities of protection. The project of study of earthen structures known as geoglyphs led by the universities of Valencia (Spain) and the Federal University of Acre (Rio Branco, Brazil) has different objectives but the main one, beyond, the study of the structures is the implementation of plans that allow the necessary protection of these monuments having an impact on local communities. The project pretends to move away from interventions that could be labeled as ‘neocolonialist’ and contribute to the development of archaeological activity in the state of Acre. For this, it has the collaboration of the Acrean delegation of the Instituto de Patrimonio Histórico Artístico (IPHAN), la fundación Elías Mansur de Cultura e Comunicação and institutions of great social relevance as the In- stituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBIO) and the Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuària (EMBRAPA). The study of the geoglyphs, paradoxically, has been possible due to the deforestation of the Amazon rainforest with absolute con- tempt of the local communities, both indigenous and rubber workers (serengueiros). The sustainable development of these com- munities implies a management of the extractive reserves, mainly of the Chico Mendes one, and to that sustainable development it intends to contribute the integral study of the earthen structures known as geogplyphs. The extraordinary dimension of the phe- nomenon, more than 500 structures in the state of Acre (more than 150000 km2 of mainly forested surface) makes its conserva- tion very complicated if local communities are not involved. From the archaeological point of view, the necessary excavations have to weigh the sustainability of the project and plan activities of protection.

The neolithisation process in Europe constitutes a fundamental issue of interest in social evolutionary studies. The pioneer work of Ammerman and Cavalli-Sforza (1984) has been considered the basis for discussing the mechanisms involved in the expansion of farming and herding practices in a continental scale, assuming their spread from the Near East domestic core area. From an evolutionary perspective the introduction of agriculture and livestock implies major shifts in social dynamics including changes in demographic patterns as well as in settlement distribution and cultural models. Spatial analysis together with the use of radiocarbon data as a demographic proxy maybe one of the keys to better understand population dynamics involved in the neolithisation process. We compare if the evidence of domestic plants and animals expansion through central and western Mediterranean fit with the summed calibrated radiocarbon probability distributions (SCPD) calculated for the whole area and if the same is true for regional areas. We try to overcome the limits of the SCPD method that have criticized like sometime as imprecise and others as biased because we believe that, despite criticism, summed calibrated radiocarbon probabilities are the bare bone of any well funded paleo demographic approach to the arrival to the agriculture way of life to central and western Mediterranean. The neolithisation process in Europe constitutes a fundamental issue of interest in social evolutionary studies. The pioneer work of Ammerman and Cavalli-Sforza (1984) has been considered the basis for discussing the mechanisms involved in the expansion of farming and herding practices in a continental scale, assuming their spread from the Near East domestic core area. From an evolutionary perspective the introduction of agriculture and livestock implies major shifts in social dynamics including changes in demographic patterns as well as in settlement distribution and cultural models. Spatial analysis together with the use of radiocarbon data as a demographic proxy maybe one of the keys to better understand population dynamics involved in the neolithisation process. We compare if the evidence of domestic plants and animals expansion through central and western Mediterranean fit with the summed calibrated radiocarbon probability distributions (SCPD) calculated for the whole area and if the same is true for regional areas. We try to overcome the limits of the SCPD method that have criticized like sometime as imprecise and others as biased because we believe that, despite criticism, summed calibrated radiocarbon probabilities are the bare bone of any well funded paleo demographic approach to the arrival to the agriculture way of life to central and western Mediterranean.