Thanks to Dei Verbum, the Sacred Scripture became the soul of Theology. Fifty years later, due in its most part to the epistemological statute that claims and defends Biblical science, things are not so clear. In order to overcome this shortcoming, according to the author, the Bible should maintain its historical dimension within the Church, respecting its hermeneutical dimension and assuming the theological dimension, the one that «takes in human words as a Divine Revelation». Con la Dei Verbum la Sagrada Escritura se convirtió en el alma de la teología. Cincuenta años después, debido, en buena parte, al estatuto epistemológico que reclama y defiende la ciencia bíblica, las cosas no son tan claras. Para salvar este gran inconveniente, en palabras del autor, conviene que la interpelación de la Biblia en la Iglesia mantenga su dimensión histórica, respete su dimensión hermeneútica y asuma la dimensión teológica, «que acoge en la fe unas palabras humanas como revelación de Dios».