Los gobiernos locales a través de las smart cities intentan posicionarse ante el reto de la captación de inversión y de una mejora de los servicios públicos. Para conseguir ser más eficiente, participativa, y sostenible, la ciudad deberá transformarse a través del uso de las nuevas tecnologías ofreciendo una mayor calidad de vida para sus habitantes. El concepto de smart cities está hoy de moda, por lo que su definición resulta ambigua debido a la pluralidad de enfoques desde los que se analiza el contexto urbano (Holland, 2008). Esta multitud de acepciones del concepto, traducido al español como ciudad inteligente, ha generado tipologías muy variadas y una literatura muy amplia al respecto, que ha ido en aumento durante los últimos años focalizados en estudios sobre la sostenibilidad, el medioambiente, la gobernanza, la movilidad, la vivienda, la multiculturalidad, la energía y la tecnología entre otros, aunque desde una perspectiva más teórica que práctica. El objetivo de este artículo es conocer el paradigma de las smart cities en el marco de la gobernanza urbana, entendida esta como «una nueva manera de gobernar (…) un nuevo método según el cual la sociedad es gobernada» (Rhodes, 1996: 652-653), y todo ello a partir de una metodología descriptiva-deductiva aportando una estructura conceptual en sus inicios para ir progresivamente conociendo los hallazgos de la investigación. Así pues, esta propuesta intenta responder a la relación entre la smart city, también denominada como ciudad inteligente, y la gobernanza urbana ante los retos futuros de la participación, la ética pública, la sostenibilidad, la eficacia y eficiencia, la transparencia y la rendición de cuentas. No debe sorprender que las principales conclusiones de esta investigación no sitúen a la tecnología y derivados, como la gran herramienta o aporte de las ciudades inteligentes, sino más bien, el uso y aplicación que de ellas se hace para mejorar de calidad de vida de sus ciudadanos. No debemos olvidar que la tecnología es un medio para un fin, y la verdadera ciudad inteligente debe hacer un óptimo uso de ella para lograr una buena gobernanza urbana. Local governments through smart cities try to position themselves before the challenge of attracting investment and improving public services. In order to be more efficient, participatory, and sustainable, the city must be transformed through the use of new technologies, offering a better quality of life for its inhabitants. The concept of smart cities is now fashionable, so its definition is ambiguous due to the plurality of approaches from which the urban context is analyzed (Holland, 2008). This multitude of meanings of the concept, translated into Spanish as an intelligent city, has generated very varied typologies and a very broad literature on the subject, which has been increasing during the last years focused on studies on sustainability, the environment, governance, mobility, housing, multiculturalism, energy and technology among others, although from a more theoretical than practical perspective. The objective of this article is to know the paradigm of smart cities in the framework of urban governance, understood as «a new way of governing (...) a new method according to which society is governed» (Rhodes, 1996: 652-653), and all this from a descriptive-deductive methodology providing a conceptual structure in its beginnings to progressively get to know the findings of the research. Thus, this proposal seeks to respond to the relationship between the smart city, also known as smart city, and urban governance in the face of future challenges of participation, public ethics, sustainability, effectiveness and efficiency, transparency and accountability. of counts. It is not surprising that the main conclusions of this research do not place technology and derivatives, as the great tool or contribution of smart cities, but rather, the use and application that is made of them to improve the quality of life of their citizens. We must not forget that technology is a means to an end, and the true smart city must make optimal use of it to achieve good urban governance.