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Despite that Simone Weil was educated as an agnostic person, she open herself, without any constraints, to the supernatural world, accepting and assuming this dimension as part of the real world, being the reality her main point of reference. The reading, at the end of her life, of Saint John of the Cross writings, will provide to her the confirmation of her former intuitions about God, and will open her to new approaches about the human suffering, undertaking the “negative way” of the purifying atheism. In this sense, the remoteness of God, became nowadays a word for our world; this is the message that is offered to us by both, the carmelite saint and the anarchist philosopher. A pesar del agnosticismo en que fue educada, Simone Weil se abrió a lo sobrenatural sin prejuicio alguno, aceptando y acogiendo esta dimensión de lo real, pues la realidad fue su principal referente. La lectura, al final de su vida, de las obras de San Juan de la Cruz confirmará sus grandes intuiciones sobre Dios y le abrirá nuevas perspectivas acerca del sufrimiento humano, abordando la «vía negativa» del ateísmo purificador. En este sentido, la lejanía de Dios resulta hoy una palabra para nuestro mundo; este es el mensaje que nos brindan el santo carmelita y la filósofa anarquista.