La tesis central de este libro es muy simple. Un retrato fiel del republicanismo debe contener al menos cinco rasgos fundamentales: libertad, virtud, debate, ley y patria. Estos cinco rasgos, a su vez, son incompatibles por definición con el perfil aguileño y ultra-personalista de César, o de su equivalente moderno, el cesarismo. Los tres primeros capítulos del libro están dedicados a lo que podríamos denominar el contenido o la materia de la república. En efecto, la idea de libertad como no dominación, discutida en el capítulo 1, es el valor alrededor del cual gira todo el discurso republicano. De ahí que el republicanismo pueda ser resumido como una lucha contra la dominación, del tipo que fuera: política, social, económica, etc. La preocupación por la libertad como no dominación incluye una dosis considerable de virtud, el tema del capítulo 2. Dicha virtud no impide, sino que por el contrario, estimula, tal como hemos visto, el debate político como una discusión entre argumentos igualmente atendibles, tal como lo explica el capítulo 3. Habiendo visto que la libertad, la virtud y el debate constituyen la materia del republicanismo, los dos capítulos siguientes, el 4 y el 5, se dedican a discutir la forma que corresponde a dicha materia. El capítulo 4 se aboca a la noción de ley, la cual es el reverso de la libertad, ya que esta última es entendida por el republicanismo como un status normativo. Además, las instituciones jurídicas se encargan de encauzar el debate entre agentes virtuosos apelando a una dosis generosa de autoridad política en términos del Imperio de la Ley. El capítulo 5, por su parte, completa la discusión sobre la forma de la república ya que se pregunta cuál es el lugar o espacio apropiado para que los ciudadanos vivan en libertad y puedan debatir en el marco del Imperio de la Ley. La respuesta es la noción de patria, la cual, a su vez, exige un compromiso muy significativo por parte de los ciudadanos, quienes bien pueden ser convocados a actuar en defensa de la misma. Hablando de enemigos, en el capítulo 6, el último de nuestra agenda, examinaremos el elemento químico que no puede aparecer jamás en una fórmula republicana, i.e. César (o el cesarismo, en su versión moderna). En otras palabras, en este último capítulo discutiremos cuáles son los peligros internos a los que está expuesta una república, sin dejar de hacernos la pregunta que se ha hecho la tradición republicana durante hace siglos: ¿César debe morir?. Fil: Rosler, Andres Bernardo. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Filosofía "Dr. Alejandro Korn"; Argentina. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; Argentina