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Mirar al Otro, estar cara a cara, asumirlo en el horizonte de vida, relacionarnos con él. Debe pasar de una ética individual a una ética social, para así asumirlo, reconocerlo y tenerlo en cuenta en el momento de disentir, de diferenciarnos, de solidarizarnos, de acogernos, de enseñar, entre otros, sin olvidarnos o marginarnos frente a él. El presente escrito centra su atención en torno a la postura de Lévinas respecto a lo dicho.

En gran medida la crisis que vive Occidente se manifiesta por lo regular en una institución clave, Interesada en la formación de los sujetos. Esta institución es la escuela. En esta se manifiestan los conflictos de la cultura, de la economía, de la política, de la ética, en síntesis lo que es el sujeto occidental. En esta dirección, Martha C. Nussbaum centra su análisis al respecto en dos libros suyos. Uno: El cultivo de la humanidad. Una defensa clásica de la reforma en la educación liberal. El otro: Sin fines de lucro por qué la democracia necesita de las humanidades, en los que fija su postura en defensa de la formación del sujeto educando, como ciudadano mundial a partir de la enseñanza y cultivo de las humanidades, frente a una despiadada y mercantilizada educación del momento. El objeto del presente capítulo centra su reflexión en torno a la actitud ética y humanista de Nussbaum.