Una obra frecuentemente consultada por Jorge Luis Borges fue Matemáticas e imaginación, de E. Kasner y J. Newman, en la que se discute la teoría de los conjuntos (que es la rama de la matemática que estudia la relación entre conjuntos), propuesta por Georg Cantor (1845-1918), y mediante la cual se crea la aritmética transfinita (que va más allá de la finita) y se establece un sistema epistémico para representar los diversos niveles del infinito. Así, Cantor le asigna a esas ininitudes la primera letra del alfabeto hebreo, el Aleph, seguido de un determinado número, dependiendo del nivel de infinitud (Aleph-cero, Aleph-uno, etc.). Borges, de esa manera, teje varias de sus narraciones en las que se trata el tema del ininito y del absoluto: un ejemplo de ello es la colección de relatos bajo el título El Aleph, que abre con el cuento «El inmortal» y cierra con el que le da el título a la colección. El presente ensayo tiene el propósito de estudiar «El inmortal» bajo la óptica cantoriana, para hablar de un absoluto en particular: el yo, y sugerir que no es posible establecer un vocabulario inal o una deinición deinitiva sobre el tema en cuestión. Tal imposibilidad, propone Borges, está dada en parte por la finitud lingüística, mientras que por otro lado la falibilidad de la memoria juega también un papel crucial en todo intento de deinición. Sin embargo, como buen ironista, el autor a través de «El inmortal» es capaz de proveer una redescripción del tema mediante un lenguaje transinito, sin pretender establecer un vocabulario inal sobre la materia, sino, al contrario, tratando de resolver ciertas paradojas a las vez que revela otras, promoviendo así el permanente diálogo entre las distintas disciplinas. Aunque el ensayo se enfoca en el análisis de «El inmortal», a fin de desarrollar el problema propuesto, también estudia otros relatos contenidos en El Aleph, y utiliza un acercamiento teórico que se enmarca en la ilosofía de la lengua.Jorge Luis Borges often consulted Mathematics and Imagination by E. Kasner and J. Newman, where they address the set theory (branch of mathematics that studies the relationship between sets) proposed by Georg Cantor (18451918), and in which transfinite arithmetic (beyond finite arithmetic) is established, and an epistemic system created to represent different levels of the ininite. Thus, Cantor labels the different levels of the ininite by assigning to each the irst letter of the Hebrew alphabet, the Aleph, followed by a number, depending on the level of infinite he is referring to (Aleph-zero, Aleph-one, etc.). Following these ideas, Borges weaves several narratives, discussing the ininite and the absolute. An example of such narratives is the collection of stories compiled under the title The Aleph, which opens with «The Immortal» and closes with the story that gives the collection its title. The objective of this paper is to study «The Immortal» under the Cantorian lens, so as to discuss one particular absolute, the self, and to suggest that it is impossible to establish a inal vocabulary, or a deinite deinition, about this topic. This impossibility, Borges proposes, is in part due to the apparent initude of language, on the one hand, and on the other, the fallible attributes of human memory are also crucial when it comes to deining anything. However, being the ironist Borges is, he is capable of providing through «The Immortal» a re-description of these issues by means of a transinite language that resolves some paradoxes while at the same time reveals others. Due to this way of writing, I propose Borges fosters a continuation of the dialogue among different disciplines. Though I will center my analysis on «The Immortal», to develop these ideas I will also revisit other stories in The Aleph departing from a theoretical approach rooted in the philosophy of language.