En los siglos XIX y XX se impuso la opinion de que la politica solo se hacia con la cabeza y no con ninguna otra parte del cuerpo o con el alma. Las emociones, pues, quedaron subestimadas por mucho tiempo hasta que Georg Simmel, quien fuera redescubierto a finales del siglo XX como el precursor de la sociologia de las emociones, llamo la atencion sobre como los vinculos emocionales entre los hombres son los que los unen y los desunen, en cualquier circunstancia y en cualquier etapa historica. Tras el giro emocional generado por los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, considerados el catalizador del cambio de tendencia historiografica, lo emocional esta presente en la agenda historiografica y se han puesto en duda los conceptos de Modernidad que implicitamente se basaban en un retroceso paulatino de la emocionalidad a favor de una racionalidad en expansion. Para examinar todo esto mas a fondo, el articulo analiza el papel de las emociones en las metanarrativas de la Modernidad; los diversos aspectos que o bien ponen en duda esta perspectiva, o bien la hacen parecer sumamente problematica, y pone en practica estos postulados tomando como ejemplo manifestaciones concretas del miedo. Se respondera finalmente a la pregunta de que consecuencias puede tener el estudio de las emociones para un nuevo concepto de Modernidad.