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El artículo hace una revisión histórica de la relación que tuvo el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador con la justicia electoral desde el fallo sobre la elección presidencial de 2006, además de los resultados de los comicios presidenciales de 2012 y 2018. También analizamos la tensión que se ha presentado entre el Tribunal y la Presidencia actual a partir de varios fallos complejos, como han sido los de propaganda gubernamental por la difusión de los programas sociales, la publicidad de los informes presidenciales y los contenidos de las conferencias mañaneras. Al principio se exponen las competencias y facultades del Tribunal. El resto del trabajo está dividido en dos secciones: en la primera se presenta la descripción del procedimiento de la calificación presidencial que el Tribunal realiza, la revisión histórica de los tres comicios presidenciales en los que participó López Obrador como candidato y las coincidencias y desencuentros que el Tribunal ha tenido con la opinión pública en las últimas cuatro elecciones presidenciales; en la segunda sección, analizamos las sentencias falladas por el Tribunal Electoral que han sido fuente de polémicas. El supuesto del que partimos es que la relación del Ejecutivo con el Tribunal ha sido históricamente tensa, a pesar de la calificación presidencial de 2018. [ABSTRACT FROM AUTHOR]