El artículo analiza la importancia que tuvieron a principios del siglo XX , las corrientes degeneracionistas y regeneracionistas en el pensamiento social latinoamericano, y como en el caso de Guatemala se van a plasmar en un interesante debate mantenido por las elites intelectuales de la «Generación de 1920», entre espiritualistas y positivistas acerca del « problema del indio» y su relación con el imaginario de nación. Al final acaba imponiéndose la eugenesia o el blanqueamiento de la nación, y la exclusión de los indígenas de la ciudadanía. En este debate participan un grupo de intelectuales denominados «la generación pionera de la antropología guatemalteca», que, aunque muchos de ellos no fueron antropólogos de profesión, si estuvieron muy influidos por el indigenismo mexicano y fundaron el Instituto Indigenista de Guatemala, en 1944.