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Este capítulo analiza las desigualdades en salud en función del perfil socioeconómico de la población catalana mayor de 50 años, con especial atención al impacto de la crisis. Se analizan los datos de la Encuesta de salud de Cataluña (ESCA) para los periodos 2006 (auge económico), 2010-12 (principio crisis) y 2013-15 (final crisis) con el objetivo de explorar si durante esos periodos la asociación entre factores sociodemográficos y diferentes indicadores salud ha sido o no constante entre diferentes grupos de edad y sexos. Los resultados demuestran que la salud autopercibida y la discapacidad mejoraron durante el periodo de crisis económica, mientras que el riesgo de salud mental y la toma de medicamentos parecen más reactivos al contexto económico adverso. El sedentarismo mejoró en un primer momento para empeorar de nuevo. El único caso evidente de aumento de la desigualdad social se observa en la toma de medicamentos en función de la relación con la actividad económica y con el nivel educativo. Con respecto a diferencias de edad, el nivel socioeconómico tuvo un mayor impacto entre la población de edades maduras (50-64) que entre la población de 65 o más años. En cuanto a diferencias de género, las mujeres en edades maduras constituyen el grupo que ha visto incrementada la brecha de desigualdad social en la salud durante la crisis, mientras que los hombres presentan una disminución de la desigualdad social.