Habiendo conquistado las Filipinas, los españoles lograron tener contactos directos con los naturales de la China, Imperio con el que soñaban conectar. En el presente trabajo intentamos, a partir de las fuentes primarias tanto españolas como chinas, recuperar la importancia de lo que significaba un intérprete en aquella conexión, a través de la figura de Sinsay, como le llamaron los españoles, o Lin Bixiu en chino. Este asumió unas responsabilidades imprescindibles para que dos potencias tan distintas como España y China, generaran las primeras relaciones diplomáticas fructíferas en los años setenta del siglo XVI, produciéndose lo que hoy llamaríamos un fenómeno de globalización.