El fenómeno emprendedor ha crecido en los últimos años, alentado por tres hechos: las escasas salidas laborales consecuencia de la crisis económica, la legislación favorable para emprender y el papel de los medios de comunicación alrededor del fenómeno emprendedor. A partir del año 2007, que es cuando los expertos fechan el inicio de la crisis económica (el final de la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria de 2010 y finalmente el aumento del desempleo en España), podemos constatar, según datos de la Seguridad Social, que en España comienzan a descender el número de emprendedores (autónomos), un 14,7% de 2007 a 2012. Sin embargo, a partir de 2013, y coincidiendo con el inicio de la recuperación económica, el número de autónomos se incrementa a un ritmo del 2% anual. A lo largo de este tiempo, la tasa de paro se ha elevado del 8,8% a finales de 2007 hasta el 24,7% a cierre de 2014 (aunque en 2013 se alcanzó el 25,7%), según datos del Gobierno de España. Ante este desolador panorama, muchos trabajadores que se han encontrado sin trabajo, han visto en el emprendimiento la salida a su situación profesional. Asimismo, la Ley de Emprendedores, aprobada por el Gobierno en septiembre de 2013, ha ayudado económicamente a todos aquellos que han querido dar el salto al emprendimiento, apostando por la reducción de cuotas a la Seguridad Social, beneficios fiscales especiales y ayudas a su implantación. El fenómeno emprendedor ha crecido desde el año 2011 en España, tal y como recoge el ‘Global Entrepreneurship Monitor’ (GEM, 2018), que estudia y analiza los índices mundiales, evaluando características, motivaciones y ambiciones de emprendedores de más de 60 países. El 32% de la población española percibe que la actividad de este tipo es una oportunidad de negocio, el porcentaje más alto obtenido desde 2008 (GEM, 2018: 25). “En concreto, a partir del 2010 el porcentaje de la población identificada como emprendedores potenciales comenzó a aumentar, desde unos niveles que estaban en torno al 6% y 7%, hasta alcanzar un máximo del 12% en el año 2012. En los dos años siguientes, el porcentaje de emprendedores potenciales se mantuvo comparativamente alto, pero desde el 2015 este porcentaje ha vuelto a estar alrededor del 6%, aunque en el último año ha repuntado ligeramente desde el 6,1% hasta el 6,8%” (GEM, 2018:63). La percepción positiva del fenómeno ha venido alentada por algunos acontecimientos como el comportamiento de un determinado emprendedor que, si tiene éxito, no solo motiva a otros a seguir su ejemplo, sino que también crea nuevas oportunidades para que las aprovechen terceros, tal y como detalla Holcombe (1998). El periodo en el que se basa este trabajo doctoral abarca desde 2010 a 2018, años en los que se desarrolla tanto la llamada ‘Gran recesión española’ (Puche, 2018), como la salida de la crisis económica en España (Sotelo, 2014). En todo este proceso, los medios de comunicación han jugado un papel fundamental, a través del tratamiento realizado a la información publicada sobre el fenómeno emprendedor. Los medios de comunicación se han perfilado como la levadura perfecta para hacer crecer la burbuja del fenómeno emprendedor: así, los grupos mediáticos, cada uno en función de sus intereses, han promovido el aumento del emprendimiento en su forma de tratar el fenómeno, tal y como sostiene la teoría de la agenda-setting (McCombs, Maxwell y Shaw, Donald, 1972), que hace referencia a cómo los medios influyen en el público directa o indirectamente, dando relevancia a temas o cuestiones que los medios eligen. “Su nombre metafórico proviene de la noción de que los mass-media son capaces de transferir la relevancia de una noticia en su agenda a la de la sociedad" (McCombs, 1996). Pero no sólo eso: hemos visto cómo los medios, además, han elevado el fenómeno de emprendedor a la categoría de éxito. De este modo, los medios, en función de sus intereses, han realizado un tratamiento determinado al fenómeno emprendedor propiciando una influencia determinada a los lectores. Vemos aquí cómo, siguiendo el planteamiento de la teoría del Framing (Goffman, Ervin, 1981), estos medios han tratado de condicionar la opinión del lector/audiencia ante las noticias relacionadas con emprendedores, contribuyendo claramente a que sea visto como un caso de éxito. Así, la teoría del Framing apunta a “la selección y el énfasis que los medios conceden a las características de un tema, y que promueven abiertamente en el público una particular evaluación sobre dicho tema”. Para analizar qué tratamiento hacen los medios, analizaremos la cantidad y calidad de las informaciones que hablan sobre emprendedores y emprendimiento en los medios de comunicación económicos y especializados en economía, puesto que son los que, por excelencia hablan de negocios, economía y empresas, y a los que recurren los emprendedores. A través del análisis de las informaciones aparecidas en estos medios de comunicación, podremos observar la evolución del número de informaciones en el periodo indicado (2010-2015), los cambios de tendencia y los ejemplos de cómo los temas son expuestos en los medios, se plantean como un caso de éxito, pero no se les da continuidad. Es lo que Mauro Wolf ha denominado el valor-noticia, es decir, definir que “acontecimientos son considerados suficientemente interesantes, significativos, relevantes para ser transformados en noticia”; es decir, interceden en la selección de un hecho (Wolf, Mauro, 1987). Del mismo modo, se expondrán los escasos ejemplos de fracaso en el emprendimiento que los medios de comunicación nos han trasladado.