Los últimos 30 años de investigación en el campo de la epidemiología del consumo de sustancias, los trastornos por consumo de sustancias y enfermedades afines, como el virus de la inmunodeficienda humana (VIH), han permitido profundizaren el conocimiento de estas enfermedades. El consumo de sustancias alcanzo su nivel máximo hacia finales de la década de los setenta, disminuyo a lo largo de los ochenta, aumento nuevamente en los noventa y ha permanecido estable durante los últimos años. Dentro de este patrón general se han identificado y rastreado determinadas epidemias de consumo de cocaína crack anfetaminas, drogas de recreo (como el éxtasis), heroína, opiáceos de venta con receta y epidemias secundarias, como el VIH y otras enfermedades infecciosas. Junto con unas medidas de control mas eficaces, la epidemiología del consumo de sustancias y de los trastornos por consumo de sustancias se ha centrado, históricamente, en identificar los factores de riesgo individuales (factores genéticos, conductas de riesgo), familiares (malos tratos durante la infancia), del vecindario (fácil disponibilidad de sustancias) y sociales {medidas políticas y legislativas) como posibles ámbitos de influencia, no como componentes de unos procesos interrelacionados. La investigación incluye minuciosos estudios observacionales transversales y longitudinales, junto con ensayos clínicos epidemiológicos en los que las intervenciones preventivas ponen a prueba determinadas teorías etiológicas. Basándose en todo el trabajo realizado hasta la fecha, los próximos objetivos de la epidemiología del consumo de sustancias y de los trastornos por consumo de sustancias consistirán en relacionar las predisposiciones individuales con determinados factores ambientales utilizando procedimientos metodológicos a múltiples niveles. Por ejemplo, ¿cuáles son los factores ambientales que interacción con las predisposiciones individuales para producir adicciones a sustancias y las consecuencias del consumo de sustancias como el VIH? La investigación en epidemiología genética ha confirmado la posibilidad de estudiar las interacciones de los factores genéticos y ambientales. Se debe realizar un esfuerzo en este campo por vincular la ciencia con la epidemiología, con el objetivo de avanzar en el conocimiento de estas situaciones sanitarias complejas. [ABSTRACT FROM PUBLISHER]