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Objetivo: Los autores examinaron prospectivamente los antecedentes de exposición a acontecimientos traumáticos durante la infancia para estimar el riesgo de trastorno por estrés postraumático (TEPT) entre los expuestos. Método: Se siguió hasta el inicio de la vida adulta (edad media = 21 años) a dos cohortes consecutivas de niños que iniciaron el primer grado en el sistema escolar público en una ciudad de gran tamaño del atlántico medio durante la mitad de la decada de 1980. Se evaluó la exposición a acontecimientos traumaticos y la presencia de TEPT en el 75 % de la cohorte original (n = 1.698). Las evaluaciones de la infancia, realizadas al iniciar el primer grado, incluyeron medidas estandarizadas de la capacidad lectora, las valoraciones de los profesores de problemas de conducta y las autovaloraciones de la depresión y la ansiedad por parte de los niños. Las características familiares se evaluaron a partir de la declaración de los padres. Resultados: Los adultos jóvenes que según su maestro de primer grado habían tenido conductas agresivas/perturbadoras tuvieron mayor probabilidad de experimentar agresiones violentas traumáticas (p. ej., ser asaltados/amenazados con un arma, recibir palizas graves) (razón de riesgos = 2,6) pero no de sufrir TEPT despues de la exposicion al trauma. Los jóvenes que en primer grado habían presentado niveles elevados de sentimientos depreslvos y ansiosos autodeclarados tuvieron mayor probabilidad de sufrir TEPT una vez expuestos al trauma (razón de riesgos = 1,5). Los jóvenes cuyas puntuaciones en una prueba de lectura en primer grado se situaron en el cuartil más elevado tuvieron menor riesgo de exposición a traumas por agresiones violentas. Conclusiones: Los problemas de conducta y depresivos/ansiosos durante la infancia podrían influir directamente en el riesgo de TEPT aumentando la vulnerabilidad a los efectos postraumáticos de la exposición al trauma e indirectamente aumentando la probabilidad de exposición a agresiones violentas. [ABSTRACT FROM AUTHOR]