[ES] El consumo responsable se basa en la concepción de que el ser humano debe cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y a las del planeta, siendo conscientes de que los recursos pueden agotarse, escogiendo opciones que favorezcan el medio ambiente y la igualdad social. La solidaridad y respeto hacia todas las personas implicadas en los procesos de producción de los productos o la prestación de servicios que disfrutamos es clave para comprender este concepto, así como ejercer nuestro poder como consumidores de una forma consciente para el bienestar de las generaciones futuras. Es como respuesta a estas premisas que surge proyectar un mercado de kilómetro 0, con un producto proveniente del mismo sitio en el que se implanta, además hibridando el uso de mercado con otros, relacionados con el ocio y la cultura, obteniendo como resultado un espacio concienciado con el valor de las tradiciones, actividades y servicios que el infravalorado Nazaret puede ofrecer. El mercado se sitúa en el límite entre la huerta y el barrio, en la intersección con el Antiguo camino de Monteolivete, siendo el primero de una sucesión de equipamientos, adecuándose a su carácter de kilómetro 0, facilitando un mínimo desplazamiento de los productos de la huerta y pudiendo a su vez dinamizar y fomentar la actividad en el barrio. Se trata de una infraestructura entendida como extensión de la calle y continuación del propio camino, que actúa como un filtro para acceder al barrio. Actualmente gran parte del producto local no puede venderse dentro del propio barrio, debido principalmente a la mala conexión con el resto de la ciudad de Valencia, por lo que los vendedores se ven obligados a salir fuera de sus límites, pudiendo ser esta producción uno de los principales focos de interés de la zona y actualmente desaprovechada. Por otra parte, los espacios lúdicos son muy escasos y se limitan a bares, por lo que la población joven se ve obligada a salir de Nazaret para divertirse, fomentando la inactividad. Debido a que hoy en día existe una fuerte competencia económica con los supermercados e hipermercados, es necesario que los mercados se refugien en su fuerza colectiva, entendiendo el espacio como un foco social ligado a la compra de alimentos y otras actividades que fomenten las relaciones entre las personas y siendo una prolongación del espacio público. Es por esto que el mercado existente en Nazaret y sus premisas, no permiten la formalización de esta idea, lo que produce el desplazamiento de esta actividad a otro lugar en el barrio. Históricamente el mercado se ha destinado principalmente a la compraventa de productos, y durante mucho tiempo ha tenido cierta componente nómada, pudiéndose producir en cualquier lugar. Es esta idea la que se pretende recuperar, mediante la utilización de una arquitectura concienciada con el medio ambiente, ocupando la mínima huella posible y siendo desmontable y trasladable cuando sea necesario. De la mano de la sostenibilidad, y junto con estas ideas mencionadas, surge la utilización del container como propuesta de arquitectura de kilómetro 0, debido a la cercanía con el puerto y devolviendo parte de la deuda de este con el barrio. Además, la utilización de este sistema constructivo, permitirá la versatilidad de usos, desplazándose estos containers cuando no sean necesarios y abriendo espacio al resto de actividades. Así pues, este conjunto arquitectónico pretenderá servir de ejemplo de conciencia con el medio ambiente y responsabilidad del consumidor, dotando al barrio de un espacio identitario que sirva de escaparate del producto local y actividades propias del barrio, fomentando la socialización e integración de sus vecinos, así como el ocio y la cultura., [EN] Responsible consumption is based on the concept that human beings must change their consumption habits, adjusting them to their real needs and those of the planet, being aware that resources can be depleted, choosing options that favor the environment and social equality. Solidarity and respect for all the people involved in the production processes of the products or services we enjoy is key to understanding this concept, as well as exercising our power as consumers in a conscious way for the welfare of future generations. It is as a response to these premises that arises to project a 0 kilometer market, with a product coming from the same place where it is implanted, also hybridizing the use of market with others, related to leisure and culture, obtaining as a result a space aware of the value of traditions, activities and services that the undervalued Nazareth can offer. The market is located on the boundary between the orchard and the neighborhood, at the intersection with the Old Monteolivete road, being the first of a succession of facilities, adapting to its character of kilometer 0, facilitating a minimum displacement of the products of the orchard and in turn can energize and promote activity in the neighborhood. It is an infrastructure understood as an extension of the street and continuation of the road itself, which acts as a filter to access the neighborhood. Currently much of the local product cannot be sold within the neighborhood itself, mainly due to the poor connection with the rest of the city of Valencia, so that sellers are forced to go outside its boundaries, and this production could be one of the main focuses of interest in the area and currently untapped. On the other hand, recreational spaces are very scarce and are limited to bars, so the young population is forced to leave Nazareth to have fun, encouraging inactivity. Because today there is a strong economic competition with supermarkets and hypermarkets, it is necessary that the markets take refuge in their collective strength, understanding the space as a social focus linked to the purchase of food and other activities that foster relationships between people and being an extension of the public space. This is why the existing market in Nazareth and its premises do not allow the formalization of this idea, which produces the displacement of this activity to another place in the neighborhood. Historically, the market has been destined mainly to the buying and selling of products, and for a long time it has had a certain nomadic component, being able to be produced anywhere. It is this idea that is intended to be recovered, through the use of an environmentally conscious architecture, occupying the smallest possible footprint and being removable and relocatable when necessary. Hand in hand with sustainability, and together with these ideas mentioned above, the use of the container as a proposal for kilometer 0 architecture arises, due to the proximity to the port and returning part of the debt of this with the neighborhood. In addition, the use of this construction system will allow the versatility of uses, moving these containers when they are not necessary and opening space for other activities. Thus, this architectural complex will serve as an example of environmental awareness and consumer responsibility, providing the neighborhood with an identifying space that will serve as a showcase for local products and neighborhood activities, promoting the socialization and integration of its neighbors, as well as leisure and culture.