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El siglo XVII conoció en España varios periodos de crisis agrarias que provocaron escasez de productos de primera necesidad y un aumento del precio de los cereales. Las fluctuaciones de los precios del trigo, cebada y centeno están relativamente bien documentadas en muchas zonas del país; sin embargo, el conocimiento de la influencia que sobre estas variaciones pudieron tener factores climáticos y ambientales es aún muy limitado. En este trabajo se presentan los registros históricos del coste de los cereales de cuatro ciudades de diferentes entornos geográficos del Nordeste de la península Ibérica durante el periodo 1630-1660 y se comparan con los índices de sequía reconstruidos a partir de fuentes proxy documentales y dendroclimáticas. Se observa que las variaciones de los precios coinciden con anomalías regionales en la sequía de primavera-verano. Las correlaciones directas entre ambos son bajas, apenas superan r = 0,19; sin embargo, si el análisis se centra en los valores extremos, la influencia del clima aumenta: los precios son altos durante los periodos más secos y descienden durante los periodos considerados normales o húmedos; aunque con respuestas espacialmente variables. Esta correspondencia es mayor en los años anteriores y posteriores a la Guerra dels Segadors, lo cual indica que el intercambio de bienes y la coherencia de los datos estaban controlados tanto por factores sociopolíticos como ambientales, siendo estos últimos más influyentes en tiempos de paz.

El Gran Catharro (1580) es considerado como la primera epidemia de gripe. El análisis conjunto de los datos contenidos en diferentes testimonios, suscita dudas respecto a que se tratara de una epidemia de gripe y apoyan la posibilidad de que se tratara de una de tos ferina.