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In early 2000, the "water war" in Cochabamba (Bolivia) pitted a social movement, led by the Coordination for the Defence of Water and Life (CDWL), against the national government, over the concession of water services to a transnational private consortium, Aguas del Tunari. What politic of scale has enabled the CDWL to constitute a political subject able to impose its demands and challenge the scalar arrangement of domination? What become this high place of contestation in the reorganization of power relations resulting from the change in national political hegemony? The answers to these questions will be based on an analysis of the texts produced by the CDWL (and militant graffiti), combined with an ethnographic approach. In addition to observing the moments of commemoration of this popular victory, interviews were conducted with actors of the "water war". By adressing the "people of Cochabamba" in order to defend water and its territory, the discursive strategy of the CDWL legitimized the reappropriation of urban space by the segregated working classes, forcing the central state to temporarily cede control over the capital of the department. Over the following decades, the CDWL updated the memory of the "water war" by organizing events in Cochabamba, a symbolic dimension attached to the place that was subject of appropriation by the "government of social movements" of Evo Morales.

El propósito general de este trabajo es contribuir a la comprensión de las transformaciones políticas de las comunidades indígenas de la región andina de Bolivia a partir de las reformas estatales implementadas en la década de 1990, desde una perspectiva que atiende a la manera cómo la comunidad indígena, en nuestro caso el ayllu Kirkyawi, se ha reconfigurado política y organizativamente a partir del nuevo marco legal, institucional y político. En el mismo pretendemos mostrar que es la “comunidad” construida desde su sistema de organización política propia la que podría constituirse jurídicamente como “nación” en el contexto del Estado Plurinacional, es decir, que es necesario pasar del “reconocimiento” de la diversidad étnica y cultural a la construcción de un sistema político administrativo que contemple la posibilidad de que las comunidades indígenas puedan construir su verdadera autonomía; es decir, determinar el sistema político por el que les conviene regirse, el sistema de autoridades, las instancias de participación y toma de decisiones y las instancias y formas legislativas propias. En definitiva, la posibilidad de gobernarse a sí mismos. Este es el proyecto político que surge a partir de la comunidad para la constitución de las nacionesdel Estado Plurinacional.